El centro histórico de Guadalajara estuvo colmado por personas que quisieron atestiguar y felicitar de primera mano a Saúl El Canelo Álvarez y a Fernanda Gómez por su boda, bajo el rito católico, en la catedral de la capital de Jalisco. Un insider compartió con Quién imágenes de la decoración del sitio.

La ambientación del templo se montó apenas unas horas antes del enlace de Álvarez y Gómez, a la cita llegaron grandes amigos del boxeador y que son también personalidades muy reconocidos en el género urbano, como J Balvin, que posó con la hija de su amigo, Emily Álvarez, y también Prince Royce.

En medio de flores blancas y velas, El Canelo y su ya esposa ante la ley se dieron el “¡Sí, acepto!” frente al altar de la catedral basílica de la Asunción de María Santísima. Desde las 16:30 horas la gente trató de ocupar el mejor lugar, luego de que se colocaron vallas para delimitar la zona.

Tres horas de espera bajo los rayos del sol y una temperatura de 36 grados, se olvidaron por completo cuando apareció Álvarez, como dicta el protocolo, vestido con el clásico esmoquin negro, que combinó atinadamente corbatín a juego, una camisa en blanca y zapatos oscuros.

Al descender de su automóvil y a manera de agradecimiento, Saúl hizo tres reverencias en cada uno de los puntos que la gente le gritaba vítores y sus mejores deseos en esta nueva etapa al lado de Fernanda, quien prefirió bajarse del lado de la puerta de la iglesia y, también como es tradición, no perder la vista al frente, por lo que entró de inmediato.

Al finalizar la ceremonia, los novios han querido tener un gesto con la gente que se reunió en el atrio y accedieron a la petición que les hacían en un coro multitudinario: “¡Beso, beso, beso!”. Entonces Saúl y Fernanda, sin dudarlo, sellaron su amor frente a todos al unir tiernamente sus labios, algo que generó furor.

La novia no podía estar menos que a la altura y por eso recurrió a la haute couture; su vestido fue confeccionado por Elie Saab, digno de una boda de cuento de hadas: discreto en blanco roto; escote cuadrado con tirantes, un faldón maxi aderezado de pedrería, que remataba en una larga cauda.

Para complementar su bridal look, Fernanda optó por una corona de hojas de olivo, engalanada de cristales y perlas, que tenía la función de sostener el velo que caía sobre los hombros de la novia y cubría el escote de su espalda. Como accesorios, aretes de brillantes y una pulsera de perlas.

La ceremonia fue más que emotiva, ya que luego de que pronunciaran sus votos y tras el característico: «¡Ya puedes besar a la novia!», tras unirse en una tierna expresión de su amor, El Canelo Álvarez y Gómez se emocionaron aún más al recibir el cariñoso aplauso de sus invitados.

Después de la ceremonia, la pareja recién casada y todo su círculo más cercano, que era de por sí amplió, alrededor de 500 personas, se trasladaron a una hacienda en Tlajomulco de Zúñiga, en donde celebraron al ritmo de la música de Maná, Los Ángeles Azules y Banda El Recodo.

Revista Digital Quién

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