Tres días después de la tragedia de la línea 12 del metro de la ciudad de México, la herida no deja de supurar pus. Como en los sismos de 2017, la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México dio prioridad al manto de protección e impunidad -como sucedió con el caso del Colegio Rébsamen- y se olvidó de las víctimas.

Al paso de las horas, se fortalece la percepción de que fue un milagro que no haya ocurrido antes o que tampoco haya sucedido en otras estaciones. Corrupción, omisión y negligencia son sólo algunos de los ingredientes que cocinaron el desastre. Además, pese al escándalo mundial por la estulticia del gobierno, ni siquiera se ha dado atención médica gratuita a las víctimas.

Van aquí algunos datos. En los resultados de la revisión de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a la Línea 12 del Metro detectó ¡¡11 mil fallas!! durante el proceso de construcción y en la administración de recursos que involucró dinero del gobierno federal –entonces encabezado por Felipe Calderón- y de la Ciudad de México; incluso en el reporte de la Cuenta Pública 2019, la ASF alertó de más daño patrimonial.

La ASF advirtió desde 2010 –dos años antes de la inauguración de la obra-, que en los tramos Calle 11-Periférico Oriente y Tlaltenco-Tláhuac, entre otros, se presentaron “fisuras y desprendimientos en las zonas restauradas”, según se dio a conocer este miércoles. Eso provocó la suspensión del servicio en 2014.

¿Qué han hecho con el dinero? Apenas el año pasado, el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) registró un subejercicio de 587 millones 855 mil 933 pesos, del cual, el 67.3% correspondió a materiales y suministros para mantenimiento. El presupuesto anual del Metro es de 14 mil 878 millones 366 mil 537 pesos, sin embargo, sólo se destinan 120 millones para el mantenimiento de las línea 12.

Los tres días de luto nacional decretados por el Presidente son una hipocresía frente al trato que han recibido algunas de las víctimas. Ayer familiares de los lesionados por el colapso del viaducto elevado denunciaron que personal del Hospital Xoco les han solicitado insumos para operar a las personas; incluso, ni las autoridades del Gobierno de la Ciudad ni del Metro los han contactado para darles apoyo, al menos para cubrir sus gastos médicos.

Por increíble que parezca, hasta ahora nadie siquiera ha perdido su empleo a causa de la tragedia del lunes por la noche.

Morena, los siervos de la nación al rescate

Los primeros días de campaña han confirmado lo que siempre se ha dicho. Los siervos de la nación son los únicos y verdaderos promotores del voto morenista, a costillas del ingreso que reciben a través de programas sociales.

Este miércoles coincidí por casualidad con dos de los candidatos que hacen campaña en Xalapa. El primero, don Ricardo Ahued, visitó el mercado Galeana en la calle de Poeta Jesús Díaz. Desde Lucio y hasta Madero, decenas de jóvenes brigadistas portaban banderas de Morena -no de Ricardo Ahued-, bailaban salsa, al tiempo que enloquecían en tráfico de la mañana. A pesar del escándalo, las personas intentaban continuar con su vida cotidiana, prestando poca atención a la visita.

Por cierto, ante el alud de criticas a Morena y el gobierno municipal, decidió pintar su raya. «Mi apellido es Ahued», reviró durante una entrevista con Alcalorpolítico.com. «Yo no me apellido PAN, PRI, ni MORENA, ni PRD”, metiendo a todos en el mismo costal. “Nadie va a ser responsable de mis actos, ni yo de los que hagan en la alianza que estoy ahorita». No habló del Presidente López Obrador ni del gobernador Cuitláhuac García; ¿acaso ya midió que le representan un lastre?

La otra candidata fue Ana Miriam Ferráez quien durante buena parte de la mañana se apostó en el semáforo de la avenida Circuito Presidente, sobre el cruce con Murillo Vidal. Ahí también, decenas de brigadistas abordaban a los automovilistas para regalar propaganda e intentar colocar la imagen de la candidata en los medallones de los autos, mientras desplazaban a las personas que acostumbran vender o pedir dinero.

Debería estar muy preocupada. La gente le prestaba muy poca atención, algunos cuántos le aceptaban la propaganda -muy pocos la tomaban de mano de los siervos de la nación- y no vi a uno sólo que prestara su auto para colocar el microperforado con su fotografía.

Parece que los xalapeños ya le tienen el mismo “asquito” que ella le tuvo algún día a López Obrador.

La del estribo…

1. De no atenderse la decisión de la SCJN de restituir a los integrantes del Ayuntamiento de Mixtla de Altamirano, podría ser la cereza en el pastel de la peor Legislatura que ha tenido Veracruz: la destitución la diputada Paola Linares Capitanachi, presidenta de la Mesa Directiva. Es cosa de días.
2. Resulta que hasta ahora la obra más importante del gobierno federal para Veracruz no es un hospital; tampoco será una autopista o un aeropuerto. Lo será una escuela de beisbol. Para que no haya duda del cariño del presidente a Veracruz.