Nunca lo habían visto tan enojado en lo que lleva como Presidente, de hecho, su coraje le hizo tirar al suelo la jarra con agua que habían dispuesto para su consumo. Y es AMLO tuvo un auténtico día de furia después de los reveses que el Tribunal Electoral le propinó tanto a él, como a Morena.
El de Tabasco no paraba de reprochar a sus operadores políticos la vergüenza que le hicieron pasar. La negativa a las candidaturas de Félix Salgado y Raúl Morón, así como “el palo” a la sobrerrepresentación en la cámara lo tenían agrio, de verdad. “Lárguense”, gritó, y sólo se quedaron tres, los de más confianza, mismos que no deseaban permanecer ahí.
Fue la noche más obscura en Palacio Nacional desde la llegada de López Obrador. Si bien es cierto ha tenido días difíciles, nunca de este tipo, nunca con golpes que ponían no sólo en riesgo la estabilidad de su mandato, sino la de su movimiento entero a semanas de las elecciones intermedias.
Fuentes cercanas al Presidente aseguran que se trata, (de acuerdo al comportamiento de AMLO), de la más “profunda herida” que le han hecho en sus aspiraciones por extender su mandato (con su propia persona o algún alfil). “Fue la primera vez que Andrés Manuel nos dijo que no quería salir a su conferencia matutina. Nunca había comentado algo así”.
“Ganas de ausentarme en la mañanera y que me sustituya Olga Sánchez no me faltan, pero si lo hago, ahí tendrían a todos los conservadores, intelectuales a sueldo y periodistas adversarios dándose vuelo, y no, por eso saldré a darles batalla”, dijo, mientras tomaba un par de pastillas relajantes que su médico personal le recetó.
“Fue la noche en que más le costó conciliar el sueño, y también, la mañana en que más temprano se despertó”, me afirma la gente que lo asiste. Se trató de la primera ocasión, (desde que llegó a Palacio), en que el gigante con treinta millones de votos sintió que el retador podía, en algún momento, noquearlo o cuando menos, llevarlo contra las cuerdas.
Justo antes de salir a “la mañanera” más difícil en lo que va de su mandato, y habiendo vivido una noche de furia, AMLO dijo a quien le llevaba algunos papeles que lo observaran, pues no se sentía del todo bien. “Estaba muy enojado, es la primera vez, desde que es Presidente, que lo veo realmente tocado, herido”, dijo una de las personas que más le aconseja.
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