Desde hace más de cincuenta años comenzaron a gestarse movimientos en favor de la preservación del planeta, los cuales durante la década de los setentas lograron importantes avances, tales como el establecimiento del Día Mundial del Medio Ambiente y la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, acciones impulsadas con la finalidad de concientizar a la población acerca de la importancia del cuidado a la naturaleza.

Sin embargo, fue hasta finales del siglo pasado y a principios del actual, cuando la situación medioambiental se convirtió en una prioridad en la agenda pública a nivel mundial, pues el daño causado a nuestros ecosistemas se hacía cada vez más visible y las consecuencias de las acciones nocivas en contra de nuestro propio hábitat comenzaban a tener un impacto negativo en nuestra calidad de vida.

Con el objetivo de revertir tal situación, los esfuerzos tanto de la comunidad internacional como de Organizaciones No Gubernamentales y de la sociedad civil, crecieron exponencialmente; en consecuencia, se emprendieron medidas más enérgicas para hacer frente a la problemática medioambiental.

En 1992, durante la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro Brasil, más de 178 países, incluido México, signaron tres importantes documentos:  la Agenda 21; la Declaración sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo; y la Declaración de Principios para la Gestión Sostenible de los Bosques, hecho que representó un significativo avance en la protección de nuestro planeta.

Como reforzamiento a estos importantes esfuerzos, 2008 fue declarado por Naciones Unidas como el “Año Internacional del Planeta Tierra”; durante este periodo se intensificó la realización de congresos y seminarios encaminados a reunir el conocimiento y  experiencia de expertos para construir una sociedad más próspera, sana y segura.

Continuando con estas importantes acciones, en 2009 la Asamblea General de la ONU a través de la resolución A/RES/63/278 designó el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra, el cual se conmemora cada año a través de la iniciativa denominada “Armonía con la Naturaleza”, plataforma que tiene como objetivo propiciar un diálogo interactivo entre personas originarias de todas las naciones para impulsar acciones en beneficio del medio ambiente.

Esta conmemoración busca visibilizar la grave situación en la que se encuentra nuestro planeta con relación al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez del agua, entre otras problemáticas que contribuyen a la degradación de los ecosistemas, además de recordarnos el deber social y moral de proteger nuestro hogar para equilibrar las necesidades de las generaciones actuales y de las futuras.

Dentro de los Tratados Internacionales y consensos multilaterales suscritos por nuestro país en materia medioambiental, además de los ya mencionados se encuentra la Agenda 2030, plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad, adoptado formalmente en septiembre de 2015, dentro de cuyos objetivos se encuentra el combate al cambio climático.

La situación actual, demanda acelerar el camino hacia la sustentabilidad; el Informe de la ONU sobre el Medio Ambiente publicado en el año 2019, alerta que, de no impulsar drásticamente protecciones ambientales, se producirán millones de muertes prematuras a mediados de este siglo, además de advertir que de continuar por este camino no será posible alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible ni para 2030 ni para 2050.

Asimismo la edición 2020 del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, señala que el cambio climático influirá negativamente en la cantidad y calidad del agua a nivel mundial, situación que impedirá satisfacer nuestras necesidades básicas.

El panorama actual es alarmante, la superpoblación, la contaminación y el uso irresponsable de los recursos naturales amenazan nuestra salud y ponen en riesgo nuestro hogar: la tierra; sin embargo aún estamos a tiempo de reflexionar de manera consciente y elegir el camino del desarrollo sostenible para heredarles un mejor planeta a las generaciones futuras, recordando que, la tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra.