La planta nucleoeléctrica de Laguna Verde ha presentado alertas “naranjas” de riesgo de manera continua desde septiembre de 2020; en enero se reportó incluso la fuga de combustible en uno de los generadores, la evaluación de riesgo advirtió “probabilidad de accidente severo y de una descarga radiactiva grande al medio ambiente”

El evento de mayor riesgo ocurrió el 21 de enero de 2021, a las 3:10 de la mañana cuando reportó la fuga de combustible; las imágenes de ese suceso muestran generadores nucleares corroídos y sitios oxidados en esta planta.

El físico matemático Bernardo Salas Mar denunció lo anterior, y dijo que tiene pruebas de los oficios de alerta, señaló que la planta nucleoeléctrica señaló que antes, el 21 de diciembre se registró una “fuga de diésel” como un “evento no usual”, un día antes el 20 de enero la Unidad 1 de la planta tuvo un paró súbito luego de llevar 110 con problemas de recarga de combustible para su operación, sin tener operables los sistemas de seguridad y con fallas en cinco de las ocho barras de protección contra accidentes.

Esta información fue publicada en una columna de El Universal de la periodista Penyle Ramírez, en la que se advierte que el 21 de enero la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias informó a la jefatura de Laguna Verde que no tenía autorización para modificar los planes de trabajo para operar con dichas fallas porque los estándares de seguridad requieren que al menos seis barras de control estén funcionando, con niveles adecuados de boro, que permite amortiguar los efectos de radiación ante un accidente nuclear, y solo tres estaban activos

Previo a ello, el 15 de septiembre de 2020, la división de Energía Nuclear de General Electric envió una carta al Gerente de Centrales Nucleoeléctricas de la CFE en la que afirma que en su contrato como proveedor incluía que 60 días antes de cada recarga de combustible nuclear, la CFE entregaría una minuta con las actividades que iba a realizar, lo cual no ocurrió y en cambio entregó el programa el 16 de julio de 2020 para iniciar trabajos el 14 de agosto.

En la carta que Salas Mar envió al presidente Andrés Manuel López Obrador, señala que al iniciar la recarga de combustible la CFE no entregó equipo de protección radiológica y, aunque la compañía dijo que necesitaban por lo menos cambiarse 15 barras de control, CFE dijo que solo pagaría por 12. La empresa advirtió que garantizaba las barras que ellos cambiaron y se deslindó de lo que ocurriera con el resto y que la CFE no les había pagado, aunque ellos hicieron el mantenimiento.

El físico explica que las barras de control son “como los frenos de un carro” porque permiten detener la fisión nuclear y apagar el reactor.

AVC

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