Ya son varios los amagos que el presidente de la República hace sobre el regreso a las aulas en México, ninguno ha prosperado, a pesar de que en Campeche se abrió una ventana de oportunidad con la vacunación del magisterio y la continuidad de ese estado en semáforo epidemiológico verde por algunas semanas.

Un estudio realizado por investigadores de la Université de Montréal, la Covid Écoles Quebec y la George Washington University, realizado entre agosto y diciembre de 2020 en suelo canadiense, asegura que las escuelas son un importante factor de contagio.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer en un reciente informe la recopilación de evidencia científica en todo el mundo respecto al rol de los niños en la pandemia. El organismo asegura que los colegios, más allá de ser epicentros de contagio, reflejan la situación epidemiológica de la comunidad, lo que podría ser igual de arriesgado o peor, pues se replicaría el comportamiento que tiene la pandemia en nuestro país, algo que ya sabemos ha estado sin control y con un subregistro de casos.

Parece que Andrés no ve que la problemática nacional tiene tintes variados en cada región, como ejemplo les pongo el caso de un secretario de educación estatal que se opuso con argumentos al regreso a clases, cuando todavía Esteban Moctezuma era titular de la SEP; en una reunión en línea entre el secretario de educación federal y sus homólogos estatales se planteó el tema como una indicación presidencial, para ver si alguno se comía la finta y ponía el desorden; resulta que uno de los secretarios participantes esperó al final de la reunión para expresar educadamente y con datos duros su negativa hacia lo propuesta, pues el semáforo epidemiológico de la entidad donde el responsable funcionario laboraba pondría en extremo riesgo a alumnos y docentes si se aceptaba el retorno a las aulas; Esteban Moctezuma aceptó la aclaración y agradeció con franqueza la objetividad de aquel secretario de educación estatal que se atrevió a poner la vida y salud de la sociedad por encima del capricho presidencial.

¿Qué urgencia hay de meter a un número significativo de personas en un espacio con poca ventilación? No toda la infraestructura educativa garantiza que las aulas cumplan con las mínimas condiciones que la OMS ha sugerido, por otro lado, la protección de la vacuna en México no ha llegado ni al mínimo necesario como para juntar gente; sabemos que el lavado de manos y uso del cubrebocas son nuestra mejor protección contra el Covid hoy, pero no son suficiente en espacios cerrados, lo ha demostrado la ciencia; la OMS ya dispone de un manual para regreso a clases y está al alcance de todos los gobiernos, pero sabemos que a AMLO y López Gatell lo que diga ese organismo se lo han pasado por el arco del ganso.

Una de las condiciones que el mismo presidente y, por obvias razones, las agrupaciones magisteriales piden es la vacunación a todo el personal docente, pero si no tenemos para lo mucho, menos tendremos para lo poco; la estrategia de vacunación va a contentillo de las farmacéuticas, todavía hay médicos de “primera línea” sin su dosis; hasta el momento no tenemos certeza de dónde saldrían miles y miles de vacunas para las y los maestros de México, y si eso implicaría el quitarle la oportunidad de vacunarse a grupos de la sociedad que están en el calendario considerados como los siguientes.

Algo positivo de la ocurrencia nos deja cierto “dejo” de responsabilidad, el regreso será voluntario; es decir, madre, padre o tutor decidirán si el alumno bajo su cuidado regresa a clases presenciales. Pero eso implica un reto que caería en manos del magisterio, como cuando les echaron la bolita de hacerle como pudieran para dar clases a distancia, se trata de un modelo híbrido entre educación presencial y a distancia, lo que implica seguimientos distintos al desempeño del alumnado y otras dificultades para las que todavía no están preparados. Por eso insistimos ¿para qué tanta prisa?

Afortunadamente la prudencia impera en este tema si hablamos de Veracruz, el pasado 17 de marzo Zenyazen Escobar, Secretario de Educación en la entidad, afirmó que “el retorno a clases será cuando las condiciones sanitarias lo permitan, de acuerdo con el semáforo epidemiológico, no se pondrá a nadie en riesgo”. De esa afirmación es que nos atacó la inquietud, al menos en nuestro estado habrá objetividad y responsabilidad, no es que querramos más muertes y más contagios, lo que legítimamente debemos exigir es que se cumplan las condiciones de seguridad sanitaria.

Esperamos que desde el gobierno no generen más desacuerdos con la sociedad, ya son muchos sindicatos y agrupaciones de padres y madres que no ven positivo el regreso, no entendemos por qué López Obrador tiene prisa en abonar a una tercera ola del tsunami que ha arrastrado vidas, salud y la economía.