El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró este miércoles que no quiere “expropiar por expropiar” ni generar miedo a los inversionistas tras la aprobación de su reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, pero sí renegociará contratos con una decena de empresas de energía, entre ellas Iberdrola.

“No queremos expropiar por expropiar, no hemos hecho ninguna expropiación desde que estoy en el gobierno, esto lo digo para que nuestros adversarios, que no son nuestros enemigos, no infundan miedo a los inversionistas ahora con la reforma eléctrica”, manifestó en su conferencia de prensa matutina.

Las declaraciones de López Obrador ocurren horas después de que el Senado aprobó su iniciativa de reforma eléctrica para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en detrimento de los generadores privados, sobre todo extranjeros y de renovables.

El principal cambio de la reforma será eliminar el criterio económico para siempre despachar primero la electricidad de las plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles de la empresa del Estado, la CFE, sobre las centrales privadas de renovables y al último las de ciclo combinado.

Pero la reforma también ordena revisar de forma retroactiva los contratos que gobiernos previos firmaron con productores independientes de energía.

El mandatario reconoció este miércoles que propuso la reforma eléctrica, enviada al Congreso el 1 de febrero, porque empresas extranjeras se negaban a renegociar los contratos “leoninos”.

“No hubo respuesta y eso me llevó a presentar la iniciativa de modificación de la ley para que tengamos un marco legal y tengamos mejores condiciones y defender el interés público”, sostuvo.

El presidente mencionó que tras la aprobación de la reforma tiene pensado hablar con la empresa española Iberdrola y otras 10 compañías.

“Está bien concentrado el manejo del mercado eléctrico, entonces vamos a buscar acuerdos en esta lógica de que queremos seguir manteniendo contratos, pero que los tenemos que actualizar a la nueva realidad, que no es solo la nueva realidad económica, es la nueva realidad política”, indicó.

“Básicamente son Iberdrola (de España) y unas 10 más”, añadió el mandatario en respuesta a una pregunta sobre cuántas firmas deberán renegociar sus contratos.

La reforma también cambia las reglas de los Certificados de Energía Limpia (CEL) para darlos a plantas viejas de la CFE, algo que podría impedir a México cumplir con su compromiso ante el Acuerdo de París para generar 35% de la energía con fuentes limpias en 2024.

Pero López Obrador prometió que invertirá en las plantas viejas de la CFE para generar energía más limpia.

“Ya voy a anunciar un plan de modernización de las hidroeléctricas, vamos a cambiar turbinas para producir más energía limpia, con menos costo, vamos a empezar con 14 hidroeléctricas”, manifestó.

La reforma se produce en un contexto en el que la CFE perdió más de 3,700 millones de dólares en 2020.

El Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP) del Congreso estima un aumento de hasta 135,558 millones de pesos (cerca de 6,499 millones de dólares) en las utilidades de CFE con la reforma.

Pero el CEFP también advierte que están en riesgo más de 451.000 millones de pesos (unos 21.622 millones de dólares) invertidos en 105 proyectos privados de generación de energías renovables.

“No estamos en contra de los empresarios, estamos en contra de la corrupción”, aseguró esta mañana el presidente.

FORBES/EFE

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