El 29 de diciembre, un día después de que al menos 12 estados del país se quedaran sin luz por varias horas, el Presidente López Obrador aseguró que eso no volvería a suceder. “Hubo esta falla no se va a repetir y hoy se va a explicar, que la gente tenga seguridad que no va a volver a pasar”, dijo al tiempo que buscaba una excusa entre un “desbalance” en el consumo de energía y un incendio de pastizales en Tamaulipas.

Pues resulta que mes y medio después volvió a pasar. Ayer el país vivió el segundo mega apagón que afectó por la mañana a por lo menos 4.6 millones de personas en seis estados del norte de México –principalmente Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas-, mientras que a lo largo del día se extendieron a los estados de Hidalgo y Puebla, alcanzando en la noche a una buena parte del Estado de México, incluyendo su capital Toluca.

En una insensata y criminal apuesta, el gobierno lopezobradorista estaría induciendo el colapso del sector eléctrico para justificar la reforma energética que ha propuesto para recuperar su control. Esta mañana, el Presidente dirá una vez más que el país requiere más plantas de combustóleo y carbón para producir energía eléctrica y no la inversión privada en energías renovables.

En una excusa absurda e inverosímil, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) anunció que se harán tandeos de luz en las horas pico ante la incapacidad de atender la demanda del mercado nacional. Explicó que a partir de las 18:17 y hasta las 23 horas, se realizarían cortes de luz “rotativos” ante la imposibilidad de atender la demanda de energía eléctrica.

Esto provocó que en todas estas regiones del país se paralizaran las actividades comerciales y bancarias, que los hospitales se quedaran sin energía eléctrica y que millones de usuarios tuvieran problemas con sus telecomunicaciones: telefonía por cable, internet, entre otros.

En el norte del país, el apagón inició a las 7:58 am de este lunes 15 de febrero y hasta aproximadamente las 11:30 horas en Chihuahua no se había logrado restablecer el servicio; en Coahuila se logró reactivar el servicio al 68%, en Nuevo León al 75%, Tamaulipas en 39% y solamente en Durango y Zacatecas se logró ya el total restablecimiento.

Más tarde, en municipios de Puebla e Hidalgo se registraron apagones que dejaron en oscuridad al menos a una docena de municipios; usuarios de redes sociales mostraron las principales avenidas en absoluta oscuridad sin que hasta la noche la Comisión Federal de Electricidad emitiera un comunicado al respecto.

El problema de la falta de energía eléctrica no es más que el resultado de la obcecación presidencial por reinstaurar el monopolio del sector eléctrico. El país no tiene la capacidad para generar energía suficiente pero tampoco permite que las empresas privadas lo hagan a través de plantas de energías limpias y más baratas. Paradójicamente, los frecuentes apagones han fortalecido el prejuicio presidencial de que se debe apostar por el combustóleo y los fósiles, algo que el resto del mundo está dejando atrás.

La iniciativa presentada por el Ejecutivo federal modifica aspectos fundamentales en el diseño y operación del Sistema Eléctrico Nacional: pretende priorizar las plantas eléctricas de la CFE en el despacho al sistema eléctrico nacional y relegar las plantas de energía renovable de la iniciativa privada, cancelar permisos para que empresas generen su propia electricidad, así como eliminar la obligación para que la subsidiaria CFE Suministro Básico —que atiende a 45 millones de clientes— compre luz de las subastas eléctricas derivadas de la anterior reforma energética.

Pese a la promesa presidencial, no habrá basto suficiente y los precios tampoco bajarán por decreto restableciendo un monopolio estatal. El reciente aumento en los recibos de luz doméstica y los apagones en algunas regiones del país son sólo algunas advertencias.

Hasta hoy, las centrales con menor costo de producción, es decir, las más eficientes, eran las primeras en subir su electricidad a la red. Este principio favorecía a las renovables y a las centrales de ciclo combinado en manos de privados, casi siempre más baratas. Ahora será la CFE la primera en abastecer al mercado nacional, no importa si produce electricidad más cara; no importa si no tiene la capacidad de producir suficiente.

La 4T celebrará su reforma energética a oscuras.

La del estribo…

  1. México ya tiene planes de producción para su propia vacuna. En un esfuerzo de la 4T en conjunto con científicos mexicanos, pronto estará disponible en cada rincón del país. La vacuna se llamará ATOLE, no requiere refrigeración y se aplicará CON EL DEDO. (JJGE).
  2. Los abuelitos recibirán su vacuna aunque no se hayan registrado en la plataforma; se vacunarán a personas en municipios que no son ni los más pobres ni los de mayor contagios, son los que arrojó la tómbola del Dr. Gatell; y sólo se inmunizará a unos cuántos en lo que esperan el abasto de la siguiente dosis.