Hoy el país no tiene siquiera vacunas para prevenir la tuberculosis y el cuadro básico al nacer. Enfrascado en una soterrada guerra política y de abasto de vacunas para enfrentar el Covid-19, el gobierno federal se olvidó por completo de garantizar de cuadro básico de vacunación a millones de niños y menores de un año.

La vacuna contra la tuberculosis BCG, que se aplica desde el nacimiento, cumple al menos medio año en desabasto; en algunos estados del país hasta tres. De hecho, desde 2019 se registró la escasez de seis de las 10 vacunas que se aplican de manera gratuita y universal en México. Un año antes de la pandemia, la falta de vacunas era el más grave desde 2013, lo que continuó el año pasado principalmente en niños menores de un año.

La pandemia no provocó el desabasto, lo hizo más grave. Desde el primer año de su gobierno, el Presidente López Obrador enfrentó una feroz batalla en contra de los monopolios farmacéuticos que habían tomado como rehén al gobierno federal. En algunos casos, no se trataba ni siquiera de laboratorios sino de intermediarios que forjaron grandes fortunas, algunas veces en contubernio con las autoridades. No obstante, hasta ahora nada de esto se ha investigado ni sancionado.

Sin embargo, la decisión del Presidente de romper una viciada cadena de suministro provocó que el país se quedara sin vacunas; nunca se previno contar con un proveedor sustituto. Tampoco ha tenido la iniciativa que buscar en el mercado internacional para abastecer siquiera el cuadro básico. Ha preferido dejar sin vacunas a la población antes que negociar con las farmacéuticas.

De septiembre a noviembre del año pasado, tan sólo en el IMSS unos 30 mil o 35 mil recién nacidos se han quedado sin la vacuna. Cada mes que pasa, otros 10 mil bebés se quedarán sin la dosis del esquema universal. Si bien este desabasto se debe a la escasez mundial de la vacuna, provocado por la demanda internacional y la concentración del mercado en pocas empresas -a México llegaba la vacuna de un sólo fabricante-, tampoco se buscó una solución al problema.

Hoy todos los esfuerzos y recursos están enfocados en la urgente adquisición de vacunas contra el Covid-19, vengan de donde vengan. El resto de las vacunas podrían llegar en dosis muy limitadas hasta el mes de marzo. Hoy todos los laboratorios están enfocados en producir para detener la pandemia.

El caso de la tuberculosis es uno de los más graves. Tanto en los hospitales públicos como privados no hay la vacuna y tampoco se tiene idea de cuando la habrá. De hecho, el último lote a nivel nacional caducó en septiembre pasado, por lo que las pocas que hay en existencia ya no sirven.

En un reportaje publicado por el diario español El País, Manuel Ybarra, pediatra infectólogo de Veracruz, confirmó que “desde hace meses, directamente no se está aplicando la vacunación contra la tuberculosis en todo el territorio nacional. Hemos solicitado información a las autoridades y nos dicen que hay desabasto y que están tratando de resolverlo”. El gobierno también reconoce problemas para abastecer los biológicos de BCG (contra la tuberculosis), DPT (difteria, tos ferina y tétanos), hepatitis B, sarampión, Tdap (tétanos, difteria y pertussis acelular) y Tb (tétanos y difteria), en diversas edades.

Según la publicación, una de las enfermedades infecciosas más antiguas y letales, pero con una medicación probada y accesible desde hace más de 70 años, amenaza con regresar con fuerza a México. El sistema de salud pública suma varios meses sin vacunas para la tuberculosis, como lo confirman

México había conseguido bajar también el número de contagios por tuberculosis pero en los últimos años se ha vuelto a disparar. El aumento entre 2018 y 2019, último año que la vacuna estuvo disponible, es de más del doble: de 17,433 casos a más de 45 mil según datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud.

El desabasto ya tiene una implicación directa en el crecimiento exponencial de casos de esta enfermedad y su creciente letalidad. Según la Secretaria de Salud revelan que en México, en 2018, más de mil 800 personas murieron por tuberculosis y sus secuelas. La crecida llega además en un momento particularmente delicado por la emergencia de la pandemia de la Covid-19.

Hoy el Presidente López Obrador puede presumir que no cedió ante la presión de las empresas farmacéuticas, mientras cientos de padres de familia recorren a diario hospitales y clínicas en busca de una dosis. Son los pacientes y las muertes que nadie ve.

Las del estribo…

  1.  Justo en medio de la lucha por las candidaturas y los amarres, el Congreso inició la recepción de las Cuentas Públicas Municipales 2020. Los ayuntamientos tendrán hasta el 30 de abril de 2021 –un mes antes de las elecciones- para realizar la entrega. Como en cada proceso electoral, se ofrece justicia y gracia para los aliados, no importa del partido que sean. Al resto, la guillotina.
  2. La debilidad de los partidos políticos y las oscuras relaciones de muchos pre candidatos traen nubarrones de violencia durante el actual proceso electoral. Ayer en Puente Nacional asesinaron al pre candidato de Morena a la alcaldía de Úrsulo Galván. En muchos municipios, varios aspirantes han desistido de participar ante las amenazas de la delincuencia organizada que ya tiene a sus propios candidatos. Muchos están dispuestos a ganar sin importar si la sangre llega al río.