El discurso de seguridad y de procuración de justicia de las autoridades responsables del área ha sido rebasado por los hechos delictivos, de violencia que se registran de manera cotidiana en el estado de Veracruz.

El atentado que sufrieron la fiscal de distrito, Marisela Rojas Cisneros, y la diputada local de Morena Florencia Martínez Rivera, en el local de comida denominado “El Delirio”, en Acayucan, muestra que los grupos del crimen organizado se mueven de manera libre por el territorio estatal, sin que sean detectados por las autoridades encargadas de prevenir y procurar seguridad.

Otro caso que ilustra la crítica situación que prevalece en Veracruz es el robo de un vehículo propiedad de la Fiscalía General del Estado y que estaba asignado a la fiscal de distrito con sede en San Andrés Tuxtla.

A pesar de los discursos de la fiscal general, Verónica Hernández Giadáns, sobre el supuesto avance que existe en las carpetas de investigación, poco o nada se sabe de los casos más graves que han ocurrido en diferentes zonas de la entidad.

Sólo repiten las trilladas frases de que se investigará a fondo, que se va a dar con los responsables, pero la realidad de Veracruz es otra, los ciudadanos de a pie que no viajan en camionetas blindadas o que no traen a su alrededor a escoltas, se perciben inseguros.

Incluso, hay que recordar lo que expuso hace unos días el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de seguridad, Leonel Cota Montaño, en el sentido de que Veracruz es el estado con menos policías, pero, además, se ubica en la posición número 24 en materia de seguridad.

De acuerdo con la dependencia federal, Veracruz tiene 1.6 policías por cada mil habitantes, pero se tiene el objetivo de alcanzar la meta de 2.8 por cada mil habitantes.

En muchos municipios, la situación es más crítica; hay algunos que apenas cuentan con cuatro policías y otros carecen de ellos.

Si bien este año, el Gobierno de Veracruz ejercerá 5 mil 544 millones de pesos, por lo menos se debe destinar el 20 por ciento, alrededor de mil 108 millones de pesos para el rubro de seguridad y no aplicarlos para pavimentaciones o alumbrado.

El tema va más allá y tiene que ver con el pago y prestaciones a los elementos de las diferentes corporaciones policiales que, al recibir bajos salarios, podrían ser tentados por la delincuencia.

Cota Muñoz también aseguró que Veracruz cada vez se aleja más de los estados más violentos e inseguros en el país, situación que habría que preguntársela a la población, particularmente de la zona sur, que sufre a diario los hechos delictivos.

Desde hace dos años, cuando se dio el tan esperado cambio de gobierno, la situación en materia de seguridad poco ha cambiado.

Si bien y según las cifras oficiales, los índices delictivos han disminuido, la percepción es completamente diferente; basta observar las estadísticas de homicidios dolosos y ejecuciones.

Por si fuera poco, el trabajo de procuración de justicia no ha sido el mejor, sólo basta recordar las múltiples manifestaciones que se han realizado y, particularmente, por parte de familiares de personas desaparecidas que exigen que se aceleren las investigaciones.

Cuando estamos en el tercer año de gobierno, parece que la seguridad sigue siendo uno de los grandes pendientes del actual gobierno de Veracruz.

@luisromero85