Para aumentar el valor de su lote de joyas declarativas, ayer el Subsecretario de Salud Hugo-López Gatell atribuyó a la “curiosidad inicial” y no a la ineficacia de la plataforma digital, que no se haya podido iniciar el registro de adultos mayores que deberán recibir la vacuna contra el Covid-19. Una vez más, sólo se trató de una cortina de humo para ocultar que México tiene un plan de vacunación pero no tiene vacunas.
Con absoluto cinismo, el funcionario restó importancia al colapso del sistema ya que la vacuna “no va a ser esta semana”, porque sencillamente ya se terminaron. El registro tampoco es garantía de que se recibirá la dosis. Lo que en realidad el gobierno está haciendo es generar otra enorme base de datos con propósitos electorales; un nuevo padrón de adultos mayores que incluya aquéllos que no están inscritos en sus programas sociales.
Si en verdad el gobierno tuviera la intención de utilizar este registro para apoyar el plan de vacunación, desde hace meses habría hechos dos tareas estratégicas: solicitar al INEGI la información sobre el número de adultos mayores y sus características sociodemográficas, y segundo, elaborar el sistema meses atrás, para que al inicio de la etapa correspondiente a adultos mayores ya estuvieran listos para aplicar la vacuna. Pero resulta que les llegó el mes de febrero y apenas van a levantar el censo.
¿No deberían tener listo el padrón y la logística el mismo día que iniciaba la vacunación? ¿Acaso no cuentan con información confiable de sus padrones de 70 y más, donde se hace entrega de dinero de manera directa? ¿Temen que haya beneficiarios fantasmas y se entreguen vacunas a difuntos? ¿No confían en los operadores de sus programas sociales? ¿O sólo quieren hacer un cruce de información de aquéllas personas que no reciben apoyo económico pero que deberán recibir la vacuna para convertirlo en un potencial votante?
El procedimiento de registro es una confesión diáfana del propósito electoral del plan de vacunación. Según el instructivo, los adultos mayores que deseen ser vacunados deberán ingresar a la página mivacuna.salud.gob.mx, introducir el CURP y verificar datos, para después confirmar la opción “quiero vacunarme”.
Más adelante se debe seleccionar entidad y municipio o alcaldía en donde vive actualmente. Según el portal, no importa si este domicilio no coincide con el de la identificación oficial, lo importante es saber la ubicación reciente para hacer el registro en el centro de vacunación más cercano. Sin embargo, esta información permite identificar a las personas que ya no habitan en el mismo domicilio y por tanto, se les debe ubicar por los servidores de la nación en otro lugar.
En la plantilla también se debe agregar el código postal, si se conoce. Y para el contacto, uno o más teléfonos y correo(s) electrónicos personales o de familiares. El registro concluye con notas de contacto donde se pueden agregar más detalles, como el horario en el que se prefiere recibir la llamada o si el teléfono es de algún familiar o amigo. Se debe “enviar” y se podrá solicitar un comprobante dando clic al botón “comprobante”.
Y listo, oro molido para los operadores de los programas sociales, del partido, de los encuestadores, de todos los que sean necesarios para Morena.
¿Es una duda fundada, mera especulación o será un argumento de los partidos políticos en el calor de la contienda? Resulta que la información que se recabe en la plataforma no irá a parar a manos de la Secretaría de Salud –quien debería ser la encargada del programa de vacunación-, sino de los servidores de la nación, quienes deberán realizar las llamadas a las personas registradas para proporcionar la fecha y el lugar de vacunación.
En efecto, la pandemia sigue cayendo como anillo al dedo a la 4T. Permitió al Presidente disimular los problemas de inseguridad y crisis económica, justificando los efectos de la pandemia; facilitó generar una bolsa de cientos de miles de millones de pesos sin tener un fin específico –a la fecha México no ha adquirido siquiera un millón de vacunas, mientras que en Reino Unido ya aplicaron más de 9 millones-, y permitirá contar con información actualizada y confiable para el proceso electoral.
El gobierno no tiene prisa en que funcione la plataforma por dos razones: no hay vacunas y la jornada electoral es hasta el mes de junio.
Las del estribo…
1. La reacción del escolta de la Fiscal de distrito, Marisela Rojas, evitó que Veracruz se convirtiera nuevamente en nota nacional a causa de la violencia. En una rápida y efectiva reacción, el elemento logró repeler la mortal agresión en contra de la fiscal y de su acompañante, la diputada local Florencia Martínez, quienes afortunadamente viven para contarlo. Un acto de heroísmo que debe ser reconocido.
2. En el primer día de la operación de la plataforma del registro de adultos mayores para recibir la vacuna contra el Covid-19, se les cayó el sistema. Se trata de un registro para saber cuántos son y dónde están, algo que debió hacerse hace meses y no el mismo día en que supone iniciarían la vacunación. La ineptitud sigue siendo la otra pandemia.