No sabemos todavía cómo la pandemia y las cuarentenas han afectado el entorno familiar. No hay estudios que den cuenta de ello. Lo que sí sabemos es de las noticias impactantes y tristes que nos llegan a través de los medios de comunicación o de las redes sociales, sobre hechos violentos que suceden entre personas de una misma familia.
Ante esa realidad, no existe un sistema eficiente y eficaz de conocer los casos de alerta de violencia familiar, de valorar los riesgos y de actuar ante ellos.
El Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, nos encargó a varios de sus colaboradores, revisar el marco legal e institucional para la atención de la violencia familiar, y con base en ello, elaborar un sistema de alerta temprana que tenga como principal objetivo identificar los casos de riesgo y sobre todo los casos de riego alto y máximo, para que las instancias de gobierno correspondientes implementen acciones de atención, prevención y asistencia tanto para las víctimas como para las personas agresoras.
Esta semana el Gobernador del Estado presentó ya ante el Congreso la iniciativa de Ley de prevención, atención y asistencia de la violencia familiar en Veracruz, y el Sistema de Alerta Temprana está prácticamente terminado ya en su diseño y en la plataforma informática, misma que incluye protocolos de coordinación interinstitucional y de atención especializada.
Desde julio y agosto, nos dimos a la tarea de instalar una mesa interinstitucional e interdisciplinario con la participación de SEGOB, SSP, OFIGOB, DIF, IVM, SIPINNA, PEPNNA, SS, COESPO, así como de la Fiscalía General del Estado, para elaborar tanto el proyecto de ley como el sistema, reglamento, protocolos y ruta de atención.
Sin entrar en detalles del contenido de la ley, de ser aprobada por los diputados locales y correctamente implementada, puedo decirles que se trata de un mecanismo novedoso que no existe en ningún otro estado, que permitirá recibir las denuncias o noticias de casos de violencia en el seno familiar, identificar el nivel de riesgo, e iniciar un protocolo de atención por parte de las instancias estatales y municipales.
Es importante precisar que la ley está dirigida a atender y proteger tanto a mujeres como a niñas, niños, adolescentes, personas adultas y adultas mayores, sin importar su edad o sexo.
Esta ley y el Sistema que crea también contemplan el trabajo que se debe hacer con las personas agresoras, que en su mayoría son hombres. Y en este punto hay un gran camino por recorrer porque prácticamente no se ha hecho nada en el trabajo que se debe de llevar a cabo con los hombres agresores y violentadores, por ejemplo, en perspectivas tan vitales como sus masculinidades o sus paternidades.
En lo personal, estoy muy contento por esta ley, porque además de que se trabajó de manera muy colaborativa con profesionales de varias disciplinas y dependencias, a quienes reconozco su dedicación, entusiasmo y compromiso, se trata de la octava o novena legislación en la que he participado directamente en mi carrera profesional en las materias de Servicio Profesional de Carrera (2003), Procesal Penal (2003-2006), Reelección inmediata de legisladores (2004), Trata de Personas (2005), Justicia para Adolescentes (2007), Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas (2012), Desaparición de Personas (2015-2017), además de algunos reglamentos y protocolos de algunas de estas legislaciones.
Este año, una vez aprobada y publicada la ley, se debe instalar el Consejo Estatal, pero sabemos que esas instancias son, la mayoría de las veces, protocolarios, en las que los titulares de las dependencias acuerdan los asuntos más generales y estratégicos.
Así, para que el Sistema de Alerta Temprana funcione, debe seguir trabajando con la mesa o comisión interinstitucional y operativa, para revisar, analizar y tomar decisiones con base en la información que se genere de los casos de riesgo, además de que las instituciones apliquen y accionen efectivamente las medidas de atención y protección, encabezados por el Sistema DIF que tendrá la responsabilidad de su operación.
En mi próxima entrega para esta columna, haré referencia a las nuevas series emitidas por plataformas como Netflix o Amazon Prime, en las que se tocan temas de las relaciones interpersonales en familias o amigos, muchas de las cuales no sólo manejan excelentemente estos temas, sino que abren también a la reflexión de que no se trata solamente de un problema del Estado, sino que es de todos, de toda la sociedad, y en el que sea como personas o colectivamente, tenemos que trabajar para contar con nuevas y mejores competencias emocionales y conversacionales, para evitarnos gran parte del sufrimiento que nos traen la angustia, la incertidumbre, la depresión, cuando pasamos por situaciones como esta pandemia, la pérdida de un empleo, la perdida de la esperanza, o enfrentamos las numerosas pérdidas que aparecen “necesariamente” en nuestras vidas.