Venimos de padecer gobiernos corruptos, saqueadores y asesinos que dejaron hecho pedazos a Veracruz. En 2018 y a sabiendas de que no eran la mejor opción, los veracruzanos se decantaron por unos sujetos que hablaron de honradez y honestidad; que prometieron acabar con la corrupción, ponerle fin al saqueo y gobernar con austeridad.

Y están resultando peores.

Se supone que tras decepcionante actuación, los partidos de oposición (responsables también de la debacle veracruzana), recapacitarían, aprenderían de sus errores y aprovecharían la coyuntura para buscar entre ocho millones de habitantes, a hombres y mujeres de bien que nos representen con altura de miras en el Congreso local, el Congreso federal y en las 212 alcaldías.

Pero no, volvieron a las andadas y sin consultar con sus bases y menos con la ciudadanía, están escogiendo (salvo honrosísimas excepciones) a sujetos indeseables por deshonestos. Y continúan en la pepena de cantantes, galanes telenoveleros, ex reinas de belleza, ex deportistas y cómicos venidos a menos, con el único fin de ver por sus intereses y conservar su registro.

Un ejemplo lo es Francisca Viveros Barradas, conocidísima como Paquita la del Barrio. Una popular cantante y venerable mujer de 73 años que no tiene ni idea de dónde se metió y así lo hizo saber (No sé qué estoy haciendo aquí). Pero que en una de esas gana en el distrito de Misantla y sus votos le ayudarán a Movimiento Ciudadano a seguir pegado a la ubre presupuestal.

Si se hicieran encuestas y sondeos serios, ayudarían a los partidos a elegir a mejores perfiles que además contarían con la aprobación popular.

En Xalapa el PRI, PAN y PRD tienen esa oportunidad si quieren ganar la alcaldía porque deberán elegir entre dos aspirantes y un colado.

El colado se llama Sergio Hernández Hernández, diputado local con licencia que busca con desesperación que su partido el PAN lo nomine, cosa que es punto menos que imposible.

Los otros dos son David Velasco Chedraui y Cuauhtémoc Velázquez Martínez. Y aquí es donde se traba el asunto.

David cuenta con el apoyo del PRI, Cuauhtémoc es abanderado del PRD. Y el PAN que no tiene un candidato de peso, quedaría en calidad de fiel de la balanza. Por lo que ambos aspirantes deberán hablarle bonito al oído al líder blanquiazul Joaquín Guzmán Avilés.

Y no te creas lector que se lo van a echar a la bolsa llevándole el mejor proyecto para Xalapa. No, nada de eso. Ganará la candidatura el que le ofrezca la rebanada más grande del pastel en posiciones y canonjías.

Para evitar que Joaquín se vaya con el que le prometa más sin ser el mejor aspirante, nada como que se realice una encuesta; no con las militancias sino con la ciudadanía xalapeña. Un sondeo así brindará elementos sólidos para elegir al mejor aspirante.

Incluso podrían agregar a Sergio Hernández sólo para que se dé cuenta de cuánto lo quiere la raza y eso le baje la calentura electorera y lo ponga con los pies en la tierra.

Si David y Cuauhtémoc son buenos aspirantes (aunque el primero esté mejor posicionado que el segundo) ¿por qué no dejar que sean los propios xalapeños los que designen al candidato?

Eso le daría a la triple alianza la seguridad de que competirán con una persona que cuenta con el respaldo ciudadano y por consiguiente, con amplias posibilidades de alzarse con el triunfo.

Esa es mi humilde opinión. Pero por lo demás, háganle como quieran.

bernardogup@nullhotmail.com