En 2018, Alex Mercado obtuvo una beca del Programa de Creadores Escénicos con Trayectoria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Es un estímulo que cubre tres años, el proyecto de Alex fue grabar un disco anual durante ese período. En 2018 entabló una serie de complicidades con grandes exponentes de la música clásica y del jazz, de ellas salió Convergencias, un disco formado por doce conversaciones íntimas entre el piano y algún otro instrumento. Alex Terrier en el saxofón soprano, Rodrigo Nefthalí en la guitarra clásica, Emanuele Cisi en el saxofón tenor, César Olguín en el bandoneón, Aarón Cruz en el bajo electroacústico, Horacio Franco en la flauta, Alyosha Barreiro en la electroprehispánica, Luca Santaniello en la batería, Marc Osterer en la trompeta, Luz María Frenk en el chelo, Faustino Díaz en el trombón e Iraida Noriega en la voz fueron los convergentes a las conversaciones a dúo.
Para el siguiente año, se propuso rescatar piezas, que nunca habían sido grabadas, de tres generaciones de pianistas mexicanos. Hurgó en los archivos de Enrique Nery, Eugenio Toussaint, Francisco Téllez, Olivia Revueltas, Antonio Sánchez [a quien conocemos mayoritariamente como baterista pero también es pianista y compositor], Miguel Villicaña, Héctor Infanzón, Mario Patrón, Jorge Martínez Zapata, Alejandro Corona, Abraham Barrera, Pepe Morán, José Luis Arcaraz y Eduardo Gamboa, y encontró partituras que arregló y, junto con una pieza suya compuesta ex profeso para el proyecto, grabó a piano solo. Tesoros escondidos, de 2019, es el resultado.
El fatídico 2020 le sugirió una metáfora, homologó el confinamiento con el exilio y con ese tema desarrolló su tercer disco. Él mismo nos platica.
Conocí a un viajero de una tierra antigua
quien dijo: «dos enormes piernas pétreas, sin su tronco
se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena,
semihundido, yace un rostro hecho pedazos, cuyo ceño
y mueca en la boca, y desdén de frío dominio,
cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones
las cuales aún sobreviven, grabadas en estos inertes objetos,
a las manos que las tallaron y al corazón que las alimentó.
Y en el pedestal se leen estas palabras:
«Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:
¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!»
Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia
de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas
se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas»
Percy Bysshe Shelley
«Exilio es el cuarto disco a trío y el séptimo de la discografía completa como líder, es un disco grabado con Gabriel Puentes en la batería e Israel Cupich el contrabajo. Este disco fue creado completamente durante la contingencia, por eso se llama Exilio, porque trata de plasmar el sentir de los artistas y de la humanidad en general que de un momento a otro se vio forzada a emigrar de una cierta forma de vida hacia una nueva normalidad a la que tiene que adaptarse para poder subsistir.
«Aproximadamente, en el mes de agosto comencé la etapa de composición de estos once temas que tienen ciertos tintes exóticos: música del mundo, música del Medio Oriente, algunos toques brasileños. Son estilos que no había abordado en los discos anteriores, ahora lo hice, precisamente, para dar este toque de migración, de movimiento entre los pueblos. Esta pandemia está afectándonos a todos por igual, independientemente de las razas, de la nación, de la zona, por eso quise hacer un disco que fuera, de alguna manera, universal.
«Este es el tercer disco que hago con el apoyo del Programa de Creadores Escénicos con
Trayectoria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, el primero fue Convergencias, en 2018; el segundo, en 2019, fue Tesoros Escondidos, y Exilio es el último, el programa dura tres años.
«La portada es un desierto en Argelia y se ve un viajero que camina hacia un destino incierto, es muy simbólica porque el desierto representa la precariedad que estamos atravesando como humanidad y vamos con cierta fe siempre hacia delante sin saber exactamente hacia dónde nos dirigimos, pero caminamos buscando ese oasis de esperanza que está representado por el sol que se esconde detrás de las dunas en la portada del disco.
«Muchos de los títulos de estas composiciones están relacionados con el tema de la jornada de un exilio, tienen esa idea de trasladarse de un lugar a otro de manera forzada, pues un exilio raras veces es voluntario. El primer tema se llama Exilio. El segundo, Ozymandias, está inspirado en el famoso poema de Percy Bysshe Shelley que habla de un viajero que precisamente en el desierto se encuentra con las ruinas de una ciudad egipcia y ve la estatua de un rey tirada y tiene una leyenda que dice que todos los súbditos deben de alabarle y valorar todo lo que ha hecho por ellos, y la lección que ve este viajero es que ya pasaron aproximadamente mil años y lo único que se ve alrededor de este lugar es arena, dunas, soledad; es un ambiente desértico que representa al olvido, quiere decir que todo aquello que hacemos, tarde o temprano el tiempo se encargará de llevárselo, y nos pone a reflexionar sobre la fugacidad versus la permanencia del arte, todos luchamos porque el arte permanezca y tenemos la esperanza de que deje un legado para las generaciones futuras, sin embargo, solo el tiempo dirá si esto va a ocurrir.
«El tercer tema es Aguedita, está inspirado en la hermana de César Vallejo, específicamente en el tercer poema de Trilce, que dice:
Aguedita, Nativa, Miguel,
cuidado con ir por ahí, por donde
acaban de pasar gangueando sus memorias
dobladoras penas,
hacia el silencioso corral, y por donde
las gallinas que se están acostando todavía,
se han espantado tanto.
«César Vallejo estaba en la cárcel, lo cual, de cierta forma, es otro exilio. Al final dice:
Llamo, busco al tanteo en la oscuridad.
No me vayan a haber dejado solo,
y el único recluso sea yo.
«Él está soñando con su familia, con sus hermanitas, con sus hermanitos y está teniendo esa fantasía dentro de la cárcel. Es un tema muy bonito que evoca, precisamente, esa sensación de familiaridad, esa sensación de volver al hogar que todos estamos teniendo en estos momentos, a final de cuentas, César Vallejo vivió en el exilio en París la mayor parte de su vida. Ese tema es un bossa nova.
«El cuarto es una zamba que se llama Río de Oro, hace alusión a la apariencia de la arena, a cómo representa al tiempo que fluye, como en muchas metáforas de la poesía y de la literatura
«El quinto es Damon, ese tema fue hecho durante la pandemia en un concierto en línea, hice un concurso, el ganador lleva el nombre de Damon y yo debía componer instantáneamente un tema basándome en las sílabas de su nombre. También tiene mucho que ver con esta pandemia porque todos los artistas, especialmente los músicos, tuvimos que volcarnos hacia el mundo virtual para poder darle continuidad a nuestro trabajo.
«El sexto se llama Nómada, también habla de este trasladarse de un lado a otro. Luego sigue Mis dos pasiones, que son la literatura y la música. El octavo es Volver, todos esperamos algún día poder volver a la vida como la conocíamos anteriormente. El noveno es Counterclockwise, contra las manecillas del reloj. Dunas es el décimo, y el final tiene que ver con la esperanza, se llama Towards The Sun, hacia el sol. En el booklet del disco escribo: ‹En todo exilio hay una puerta hoy parece un muro, hay un sol seguro que energiza. Sus rayos son pinceles de luz que trazan un nuevo sendero y, en un impulso tan grande que nos arroja hacia el futuro, no nos queda más remedio que extender la vista, que extender las alas —apenas descubiertas— en la inefable búsqueda de otros destinos›. Este exilio nos está obligando a buscar otros destinos, otra manera de enfrentar la vida, a reinventarnos, a evolucionar —en ese texto también digo: ‹Todo exilio es una evolución precipitada›.
«Es un disco grabado el 3 de octubre en el estudio 13, aquí, en la Ciudad de México. El arte está realizado por Desislava Dudeva. Está masterizado por Dave Darlington en Nueva York, de manera remota. Las fotografías son de Mónica García. El ingeniero de grabación es Juan Pablo González. Me acompañan Israel Cupich en el contrabajo y Gabriel Puentes en la batería.
«Creo que es una labor del artista ser portavoz de lo que ocurre en su época y en el sentir de sus coetáneos, y transmutarlo en obras de arte y transmitirlo, por eso quise hacer un disco que expresara lo que estamos viviendo durante este proceso tan difícil».
Exilio puede adquirirse en Claro Shop.
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