Cuando califiqué al 2010 de depredador porque ese año murieron Carlos Montemayor, Carlos Monsiváis, Germán Dehesa, Alí Chumacero y José Saramago, muy lejos estaba de imaginar lo que sucedería una década después, el veinte de diciembre del año pasado publiqué una lista de quince jazzistas que fallecieron ese fatídico año que, antes de concluir, cobró una víctima más, Claude Bolling murió el día veintinueve, un par de días antes del fin de año. Como es habitual, en esta columna lo despedimos con una décima.
Un sonido casi místico,
una vida polifásica
que unió la música clásica
con el lenguaje jazzístico.
Un sonido paisajístico
y humanístico, además.
Ha partido Claude en paz
y hoy está en el cenit
interpretando una suite
para cielo y trío de jazz.
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