El crecimiento empresarial de los tres hijos mayores del presidente López Obrador,
hoy magnates propietarios de la chocolatera más importante del país, solo se explica
en el marco del engaño a que ha sometido AMLO a los mexicanos haciéndoles creer
que su gobierno favorecerá primero a los pobres y combatirá a los ricos “Fifis”, cuyas
fortunas son el resultado de la corrupción que imperó en gobiernos anteriores en los
que los empresarios no pagaban impuestos y de ahí las grandes fortunas que lograron
acumular, sin tomar en cuenta que gracias a esos empresarios es que el país tenía
fuentes de empleo y que si existieron los favores de los que habla (exención de
impuestos) debería castigar a quienes lo hicieron no culpar sin aplicar consecuencias
solo por alentar el odio de los pobres contra los ricos, haciéndoles creer que la miseria
en que se debaten se la deben a los “Fifis”.
Andrés Manuel, José Ramón y Gonzalo Alfonso, los hijos mayores de AMLO quienes
antes de que su padre llegara al poder carecían de antecedentes laborales, vivían de lo
que el papá les daba, hoy como magnates explican sobre el producto que inunda el
mercado mundial: Este es el resultado de un esfuerzo por recolectar la mayor
cantidad de variedades de cacao criollo en México para después sembrarlo en la
“Finca El Rocío”, sin tener riesgo de ser polinizado por otras variedades. Creando así
una rica mezcla del cacao seleccionado que nos da un resultado único en el
mundo. Nuestro cacao entonces podría definirse como una mezcla de cacaos criollos
mexicanos de almendra blanca, con calidad de exportación y certificación orgánica”,
aseguran…La ventaja de ser hijo de un charlatán, de un mitómano a quien lo siguen
millones de analfabetas.