Jáltipan de Morelos, Ver.- El padre de la joven Samara Aurora Arroyo Lemarroy, aseguró no guardar rencor ni odio para el asesino de su hija, además de asegurar que solo pide el castigo que le corresponda de acuerdo a la ley y el estado de derecho.

“Meto las manos al fuego por Samara, era una persona sana, que se preparó, hizo su carrera, quisiera que en el mundo hubiera muchas Samaras y ningún William, ojalá, en la tierra, porque eso la verdad no nos conviene”.

Este día, el doctor Octavio Arroyo, junto con su esposa Tayde Lemarroy, y su hija Tayde, encabezaron una marcha para pedir por el eterno descanso de Samara, y para agradecer a los veracruzanos su apoyo en estos días, gracias a lo cual: “Ya está su cuerpo en el panteón y su alma en el cielo, en los brazos de Dios”.

Expuso que fueron días de sufrimiento e incertidumbre, pero también de muestras de cariño que les daban fuerzas para seguir caminando, incansablemente, en su búsqueda en cañaverales, zanjas, pozos e incluso de pedir buzos para buscarla en el río La Antigua.

Y aunque hubieran querido obtener un mejor resultado, finalmente recuperaron el cuerpo de Samara, lo cual es un gozo, una satisfacción al tenerlo ya en el lugar en el que habrá de descansar.

A las autoridades les pidió que hagan lo que les corresponde, porque quien comete un delito comete una barbarie y se debe aplicar el castigo que corresponda, no más del que le toca, para el que obra mal.

Al cuestionarle como recuerda a su hija, respondió que siempre la tendrá en su mente viva, alegre y entusiasta ya que fue lo mejor que le pasó en su vida, pues Samara fue como su madre, después de su madre: “Me trataba como su hijo, en mi corazón nunca se va a borrar su imagen, va a crecer”.

Unos 300 habitantes de este municipio del sur de Veracruz acompañaron a la familia esta tarde en la marcha y parada en el parque central para pedir por el alma de la joven secuestrada a finales del mes de diciembre y cuyos restos fueron encontrados hace unas horas en el municipio de Actopan.

Hombres y mujeres de todas las edades elevaron una oración para su eterno descanso y también para pedir justicia para la joven, quien fuera asesinada supuestamente por su instructor físico.

Destacaron que el dolor, la impotencia y la injusticia que se siente por la muerte de Samara Aurora Arroyo Lemarroy, valga la pena y se convierta en buenas acciones para el pueblo de Jáltipan y Veracruz.

Con oraciones y pasajes de la Biblia, las familias hicieron hincapié en que cuando el pueblo se hermana el dolor se minimiza, ya que su pérdida es irremplazable y su imagen “estará por siempre en nuestros corazones”.

El evento finalizó con un fuerte aplauso para Samara Aurora Arroyo Lemarroy y la colocación de veladoras en la parroquia de esta población.

AVC

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