El gobierno estatal y su partido no terminaban de colocar algunos de los espectaculares que rezan: “VERACRUZ ES MÁS SEGURO”, cuando se confirmó el homicidio de Adriana Beatriz López Rodríguez -desaparecida el 5 de diciembre en Cosoleacaque al salir de una fiesta-, justo el mismo día en que también se dio a conocer el hallazgo sin vida de la joven Samara Arroyo Lemarroy, cuyo caso fue difundido a nivel nacional.

El gobernador Cuitláhuac García emitió un mensaje en el que aseguró que no habría impunidad en los casos de feminicidios, destacó la actuación de la policía y la Fiscalía, pero ni siquiera tuvo palabras para la familia de Samara. En cambio, para Adriana no hubo una sola mención por parte de su gobierno. En realidad, la respuesta oficial fue mediática y atendiendo la presión que generó el círculo social de Samara.

La evidencia en video de la participación de su presunto asesino permitió que el caso prácticamente se resolviera solo: su entrenador tenía en posesión la camioneta de la víctima y su cuerpo fue hallado en un terreno de su propiedad. En cambio, en el caso de Adriana, después de un mes, no tienen más respuesta que el silencio. Por desgracia, ambas pasan a engrosar la larga lista de mujeres veracruzanas víctimas de la violencia feminicida.

La oferta de justicia por parte del gobernador fue oportunista y frívola. Dijo que quien atente contra la vida de alguna veracruzana, “será investigado, puesto ante la justicia y sentenciado, ante instituciones lideradas por mujeres”, refiriéndose con torpeza a que las titulares de la Fiscalía y el Tribunal Superior de Justicia son mujeres. A pesar de contar con “una justicia con equidad de género”, Veracruz sigue siendo la segunda entidad con el mayor número de feminicidios en el país.

En su mensaje, el mandatario pasó por alto un pequeño detalle. El Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres de la Universidad Veracruzana (UV) identificó -de enero a octubre del año pasado- la desaparición de 238 mujeres, de las cuales sólo se localizaron 73 (30.7 por ciento). Lo anterior implica que 165 de esas mujeres (69.3 por ciento) siguen sin ser localizadas, a pesar de las “instituciones lideradas por mujeres”.

Si Veracruz ocupó el segundo lugar nacional en feminicidios el año pasado –y no el primero como en 2019-, fue porque la Fiscalía cambió la forma en que clasifica los crímenes contra mujeres, a pesar de que la propia Fiscalía General de la República (FGR) analiza proponer al Congreso federal que todos los asesinatos de mujeres en el país sean clasificados automáticamente como “feminicidios”.

Esa fue tan sólo una de las aportaciones que hizo Veracruz -el estado que es más seguro según la publicidad electoral-, a las cifras nacionales que confirmaron que durante el año 2020 vivimos en año más violento en la historia del país, a pesar del confinamiento a causa de la pandemia.

A reserva de confirmar las cifras definitivas al cierre del año, durante 2020 se registraron un total de 36,469 homicidios, mil 887 más que los 34,582 homicidios dolosos registrados a lo largo de 2019, hasta entonces el año más violento. En dos años del gobierno de López Obrador, más de 72 mil personas –sumando los 425 de esta primera semana del año- han perdido la vida de manera violenta.

Y peor aún. El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, confirmó que en México hay 61.637 personas desaparecidas -4,960 sólo en 2020-, lo que implicaría que en la última década hay casi tantos desaparecidos como las muertes violentas de los últimos dos años.

Según el gobierno federal, tan sólo seis estados concentran un 52% de los homicidios, con el estado de Guanajuato a la cabeza, seguido de Baja California, Estado de México, Chihuahua, Jalisco y Michoacán. Por fortuna, el estado de Veracruz ha abandonado esta lista.

En este infierno que vive el país, los periodistas han sufrido el propio. La violencia contra los reporteros en México continuó sin freno con seis asesinatos y más 600 agresiones con lo que el 2020 se sitúa ya como el año más violento de la década, sin que se vislumbre una leve mejora para 2021, según las estimaciones de la organización Artículo 19.

El 2020 concluyó como el más violento para la prensa del que tenemos registro” y México seguirá siendo el país más peligroso de Latinoamérica para los periodistas, dijo en una entrevista con Efe, el director de la oficina regional para México y Centroamérica de Artículo 19, Leopoldo Maldonado, a unos días de concluir el año.

Por eso el tema de la seguridad ha sido borrado de la agenda de las mañaneras. De eso nadie dirá nada en las campañas, porque para ellos, vivimos en un lugar más seguro.

La del estribo…

1. En una puntillosa entrevista, el dirigente estatal del PT, Vicente Aguilar se refirió a un aspecto en el que pocos han reparado: Morena carece en Veracruz de una dirigencia formal, y por tanto, sus líderes no tienen las facultades que exigen las autoridades electorales para la representación partidaria. El otro dato relevante es que, en efecto, la alianza Morena-PVEM-PT no ha muerto, a pesar del desprecio de la 4T por sus aliados.

2. La estulticia y arrogancia de las autoridades de Comunicación Social del gobierno estatal no deben impedir una investigación profunda sobre el fallecimiento de Tania Merino García, quien trabajaba en el área de Recursos Materiales y fue obligada a laborar pese a considerarse población en riesgo.