El jarabe de maple es uno de los ingredientes más dulces y ricos que podemos encontrar en nuestra cocina, pero en ocasiones es confundido con la miel. Entonces, ¿de qué está hecho? Aquí te lo explicamos.
Sin duda alguna, este jarabe, también conocido como miel de maple, ha resultado ser un gran complemento para nuestros alimentos, por ejemplos ensaladas, hot cakes, wafflles, entre otros; no obstante, este no tiene nada qué ver con la miel pura de las abejas, aunque ha resultado que también es un ingrediente natural.
Como bien se sabe, la miel se trata de una sustancia un tanto pegajosa y con un sabor extremadamente dulce, el cual es producido a través del néctar de las abejas que depositan tanto en flores como en las celdas de sus panales.
Incluso, es considerado como un ingrediente sano tras ser rico en vitaminas A, B1, B2, B6, C y K, razón por la que también es utilizado en remedios caseros.
Por otra parte, se encuentra el jarabe maple, el cual no está nada relacionado con la miel que anteriormente explicamos. Este ya no es producido por el néctar de las abejas, pero también es una sustancia que se produce en la naturaleza y es poco tocado por la mano del hombre en la industria.
La miel maple es producida a través de los árboles, especialmente de los densos bosques del Este de Norteamérica, donde los árboles de maple crecen hasta alcanzar los más de 200 metros sobre el nivel del mar.
Para la obtención del jarabe de maple, en invierno se vacía la savia que se acumuló durante la temporada de verano para posteriormente almacenarla en el sistema de raíz que asegura al tronco del árbol durante las temperaturas congeladas.
Luego, con tubos de plástico colocados durante el invierno, se extrae la savia cuando las temperaturas comienzan a subir. Al momento de que la savia sale del árbol ya contienen agua, azúcar, sales minerales y un sabor natural a maple.
Tras ser un producto natural, resulta que el jarabe de maple no es dañino para la salud de las personas, pues contiene altas cantidades de antioxidantes, vitaminas y minerales. Asimismo, se han realizado estudios sobre sus beneficios para la desaceleración de células cancerígenas.
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