Las células apoptóticas, o “moribundas”, pueden revivir durante el tiempo suficiente para promover su reemplazo
Los zombis son un elemento básico de las películas apocalípticas, pero no todos los muertos vivientes son malvados. En los intestinos de las moscas de la fruta, las células moribundas reviven durante un tiempo muy corto para ayudar a otras células a proliferar.
La apoptosis, o muerte celular programada, es un proceso que contribuye a la renovación natural de las células, especialmente en la sangre, la piel y el revestimiento del intestino. En sus estudios con la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), Andreas Bergmann, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts en Worcester, y sus colaboradores han descubierto ahora que, en el intestino de este insecto, las células destinadas a morir pueden entrar brevemente en un estado similar al de los «no muertos», lo que provoca la proliferación de las células madre intestinales que las reemplazarán.
Para ello, las células moribundas fabrican una proteína que se une a su propia membrana plasmática, lo que estimula la producción de unas moléculas potencialmente dañinas llamadas especies reactivas de oxígeno. Estas hacen que las células inmunitarias del insecto se desplacen hasta el tejido. Una vez allí, producen unos mensajeros moleculares que activan una proteína de las células moribundas, la cual lleva a las células madre vecinas a multiplicarse.
Las células que se hallan en este estado de muerte transitoria podrían ser importantes para la renovación de los tejidos de otros organismos, incluidos los humanos, explican los investigadores.
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