Los jueces estaban muy sueltos; hoy hablo a diario con ellos para conocer los casos más sensibles de delitos de alto impacto.
Debemos derribar la “puerta giratoria” de los juzgados para que los veracruzanos sientan que se les hará justicia.
Especial para Formato Siete
Es domingo por la tarde. No ha dejado de llover y frente a su escritorio se yergue una gélida cortina de neblina. “No imaginé el tamaño de la responsabilidad” confiesa la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Isabel Romero Cruz, al tiempo que toma nota de la información que recaba con los jueces. Suena el teléfono y atiende algunos casos que ya se encuentran en la víspera de la audiencia de juicio.
“Tenemos un proyecto para el Poder Judicial. Debemos cambiar la mentalidad si queremos limpiar la casa”, asegura mientras entrevera anécdotas de su experiencia como juez. “No es mi proyecto, es el proyecto del Poder Judicial, por eso es que debemos impulsar una nueva mentalidad en todos: los jueces, los secretarios, los oficiales judiciales, los actuarios y hasta con los conserjes; la gente quiere justicia pero también debe recibir un trato digno”.
Eso lo han propuesto quienes ocuparon esa silla antes de usted, ahora podrán lograrlo. “Si entendemos la importancia de nuestro trabajo, lo podremos hacer. Este ha sido un año muy difícil, se nos vino la pandemia y paralizamos las actividades; ahora que reanudamos el trabajo se nos vinieron las vacaciones, por eso estamos aquí en domingo, porque todos los días hay cosas que atender, muchas cosas que resolver.”
¿Es fácil cambiar la mentalidad de una institución?, le cuestiono. “Por supuesto que no. Hay que trabajar mucho. Los jueces en Veracruz han estado muy sueltos, no había ningún control, estaban desatados. Por supuesto que reconozco el trabajo y el profesionalismo de mis compañeros jueces. Hay gente muy preparada en este Tribunal, pero por desgracia, ante la gente teníamos muy mala imagen.
Ataja: “Pero no se trata de un asunto de imagen; se trata de hacer eficiente a todo el Poder Judicial. Lo demás será respuesta de los veracruzanos que sientan que tienen acceso a la justicia, no importa si sin acusados o víctimas. Debemos ser un Poder Judicial que garantice el acceso a la justicia sin prejuicios ni intereses creados”.
¿Cómo es su relación con los jueces? Por supuesto que ha cambiado mucho. Han entendido este proyecto, que como dije, es para todos. Muchos se han acercado, han conversado conmigo y están en la mejor disposición de trabajar en este cambio. Todos los días hablo con muchos de ellos para saber de los asuntos más relevantes, que sepan que tienen el apoyo de la Presidencia, que estamos atentos a su trabajo. Esto debe ser una práctica común. El Poder Judicial seguirá después de mí y de muchos, esto es algo que le pertenece a los veracruzanos.”
¿Hay que apretar a los jueces? Si hay que apretarlos, pero no en un sentido coercitivo sino de colaboración. Si la Presidenta del Tribunal está en su oficina en domingo, lo deseable es que también el resto del personal cumpla con la tarea encomendada. Es un privilegio trabajar en el Poder Judicial pero no es un espacio para gozar de privilegios.
De vez en vez voltea a buscar la mirada afirmativa de sus colaboradores, mientras el teléfono no deja de sonar. “Soy una persona muy creyente; tengo principios. Muchas veces como juez, negué a los fiscales órdenes de aprehensión sin sustento, muchas que eran pura paja.” Y recuerda no sin hacer un mohín de frustración “¿Por qué hacen esto? No es correcto. ‘Tenemos instrucciones’, me decían, pero esto no es correcto. Había personas que lloraban cuando se sabían en libertad sin haber cometido delito” recuerda mientras charla con fluidez para Formato Siete.
Isabel Romero llegó a la Presidencia del Poder Judicial del estado luego de un convulsionado proceso de renovación, tras la abrupta salida Sofía Martínez Huerta, la primera magistrada presidenta en dos décadas que no cumple su periodo constitucional. La llegada de Romero Cruz supuso un periodo de recomposición donde se tendieron puentes con los poderes Ejecutivo y Legislativo y se recuperó el vínculo con las asociaciones y barras de abogados. Con los medios de comunicación también.
El 19 de noviembre, con escasos 28 días en el cargo, presentó su primer informe de Gobierno. Dijo entonces: “La corrupción, el nepotismo y la omisión son conductas fuera de la norma que no tienen cabida en la nueva etapa que vive el Poder Judicial, señaló Isabel Inés Romero Cruz, Magistrada Presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de Veracruz, al presentar su Primer Informe de Actividades Virtual”
“Este nuevo Poder Judicial tiene un gran reto y compromiso de disminuir el rezago, sea por acción u omisión, tenemos la obligación de implementar mecanismos más ágiles no solamente para acabar con él, sino impedir que los juicios se hagan lentos, engorrosos y proclives a la corrupción”, sostuvo.
¿Hoy que conoce un poco mejor su responsabilidad como Presidenta del Tribunal, suscribe esos compromisos? Si claro. No fue un discurso, fue la forma en que observo al Poder Judicial. Por eso una de mis primeras tareas fue empezar a visitar los distritos judiciales; aún me faltan mucho porque estamos empezando y las medidas sanitarias debemos respetarlas, pero quiero conocer muy bien la responsabilidad que me han conferido.
“Les puedo decir con satisfacción que los jueces y el resto del personal empiezan a contribuir con este cambio. Me avisan de los casos difíciles y delicados que les toca llevar y eso no es fácil. Es verdad que muchos jueces ya se están poniendo a la altura, y también debo decir que mucho de lo que se dice en los juzgados tampoco es cierto. Debemos derribar la “puerta giratoria” de los juzgados para que los veracruzanos sientan que se les hará justicia”.