«Soy la generación del cambio, de niño no tenía Internet, no tenía redes, agradezco que de adolescente no estaba pegado en el Facebook para que vieran cómo estudiaba; fue padrísima esa época, de joven —me siento joven pero entonces estaba más joven— me dediqué a estudiar, me dediqué hacer música, y no era de que ya estudié algo y voy a subirlo a redes a ver qué pasa, ahora es así, llega un momento en el que es hasta ridículo (risas), ya llegó el momento en el que que los jóvenes estudian para ver salir en las redes, yo les diría estudia por ti, para superarte tú», me dijo Yaury Hernández en esta última parte de la conversación, en la que narra el trabajo que desarrolló antes de la contingencia y hace una serie de reflexiones sobre el profesionalismo de los músicos.

Toca marinero, toca, ya / se perdió de vista el malecón…

Antes de la pandemia estuve trabajando como músico de crucero en la compañía Norwegian Cruise Line, estuve tocando en el show band, es la banda principal, la que toca en los teatros de los barcos. Ese barco salió de Nueva York y los primeros dos meses fuimos hacia el norte: Boston, Canadá —Quebec, Prince Edward Island—, todo el norte; después bajamos hasta llegar a Florida — Miami, Q-West, Tampa— y luego todo el Caribe —Bahamas, Bermudas, Puerto Rico, Aruba, Curazao, Islas Caimán, Jamaica— hasta llegar a Colombia, fue padrísimo porque fueron seis meses tocando diario y ganando bien, aunque creo que deberían pagar más esas compañías porque son esclavizantes, dejas tu familia, tu tierra, todo, pero yo aprendí mucho, mejoré mucho mi inglés, toqué con muchos músicos: ucranianos, polacos, búlgaros, la band lider era una chica de Inglaterra, excelente saxofonista; y volvemos a lo mismo: otros sabores, otros olores, otros humores, otros gustos, eso es lo que enriquece al músico.
Empecé ese contrato en agosto de 2019 y lo terminé el uno de marzo de 2020 y el ocho de marzo empezó la pandemia, por eso he podido sobrevivir, porque regresé con un buen dinero ahorrado, pero después de nueve meses, no hay cuenta bancaria que aguante.

All The Things I Am

Siempre he procurado no solo ser buen baterista sino ser músico, entender de armonía, componer, arreglar; a mis alumnos le decía apréndanse la melodía, apréndanse la armonía, al menos sepan lo que está pasando. Creo que para eso me ayudaron mucho estos maestros polacos que eran mano dura, muy exigentes, con ellos aprendes porque aprendes. También he tratado de cultivarme leyendo libros no solo de música sino de muchos temas para tener una cultura amplia.
No solamente me gusta el jazz, he tocado de todo, así como he ido a una boda, he ido a un club de jazz y a muchos lados. Yo no soy un jazzista de hueso colorado, de hecho, ni siquiera me considero jazzista, en mi disco hay smooth jazz, latino, bolero y no hay ningún swing straight ahead. No es un disco de jazz tradicional ni de swing, yo lo que quiero es que la gente, cuando lo escuche diga eso es música, ya si le quieren poner el nombre de jazz o como la quieran bautizar, es cosa de ellos, para mí es música. Claro que sí hay jazz ahí porque hay formas, porque hay estructura, están escritos los temas pero hay espacio para la improvisación y, en el fondo, eso es el jazz, tener espacio para improvisar.
He colaborado en cuatro o cinco ocasiones con los Villalobos Brothers, son oriundos de Xalapa, los conocí en la Facultad de Música, luego se fueron a Estados Unidos y llevan dieciocho o veinte años allá, son excelentes músicos clásicos pero se reconectaron con su tradición en Nueva York y ahora hacen son jarocho fusionado, algunas veces me han invitado a ir a tocar allá con ellos y les agradezco esas invitaciones, de ellos he aprendido también.
Como te decía, a mí me gusta la música, me gusta el pop, el jazz, la timba, el flamenco, el tango. A mí me gusta la buena música, hay géneros que me gustan más que otros, hay géneros que no los trago mucho pero tampoco es que me molesten, puedo escuchar reguetón pero después de un rato me canso, hay música para cada momento.

La academia en la pandemia

He dado clases en academias privadas, en instituciones como JazzUV que depende de una universidad, clases particulares en mi estudio y ahora, con la pandemia, no estoy dando muchas clases presenciales porque estoy cuidándome, más bien hago mis clases online.

La pandemia apremia

La época actual es punto y aparte, yo he decidido no parar porque mi música siempre va a seguir pero el mundo se detuvo, afortunados los músicos que siempre tienen trabajo, es a que uno le tira, pero la música es de altas y bajas, y esta es una época que ha cambiado todas las perspectivas musicales y de vida.
Te puedo decir que esta pandemia cambió mis perspectivas, si siempre he tratado de retribuir a mis músicos, ahora más, prefiero no hacer tantos proyectos sino hacer uno que realmente le deje algo al músico, que digan Yaury me invitó a grabar y este video me sirve, tiene calidad, y aparte me pagó, creo que eso es lo que separa a los estudiantes de los profesionales, ser realista, yo, de adolescente tuve mucho la ilusión de tocar, pero conforme vas madurando te das cuenta que no puedes ser un músico que se sube a un camión a ver cuánto le dan.

Porvenir

Estoy abierto a todas las posibilidades en un futuro, a ser docente en una buena universidad o trabajar en un crucero o si me llaman acompañar a un artista, perfecto, o si me piden que haga arreglos, pues voy; yo le entro a todo siempre y cuando haya calidad musical, mientras haya calidad musical, no importa el género, y si hay calidad musical, usualmente la persona va a hacer todo por retribuir a sus músicos, y cuando hay eso, también hay cariño.

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PRIMERA PARTE: CIMIentos y jazzimientos
SEGUNDA PARTE: Loco de contento…

 

 

 



 

 

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