Este fin de semana pasado, el PAN hizo realidad la posibilidad de ir en alianza con otros partidos para la próxima elección, el morenismo salió inmediatamente a burlarse del movimiento político, algunos calificando de “perversa” la posible unión de PAN con PRD y PRI para unir fuerzas contra la 4T. La realidad nos muestra que no hay ya purismos, que las estructuras partidistas operantes, bajo otros tamaños que en sexenios anteriores, son las del PRI y PAN y que MORENA no acaba de organizarse.

La elección pasada nos dejó muchas lecciones como país y como democracia, un partidismo puro no existe en ningún lugar de México, la perspectiva ya resulta ciertamente lejana, porque en medio de aquel hecho y el proceso electoral actual han sucedido un montón de situaciones que han fijado la atención de la sociedad. Un pueblo que quiera crecer no debe olvidar su historia, ni repetir los errores del pasado.

Si usted es morenista de hueso colorado, si usted cree fielmente en la palabra de López Obrador y que todo lo que huela a PRI, PAN, PRD  es corrupto; si usted piensa que nadie está por encima del peso moral del presidente y su partido; lo siguiente no le va a gustar y es un recuerdo, hecho ya varias veces, para que tomemos en cuenta que una verdadera transformación necesita de congruencia.

Y nos ahorramos el incluir en el texto los casos regionales de nuevas y nuevos aspirantes a cargos, quienes buscan bajo el membrete de le 4T seguir viviendo del poder; mujeres y hombres que han defendido colores de otros partidos y que brincan a MORENA, a cambio de engrosar el régimen. Pero vaya usted revisando, en todos los partidos, si no se le harán conocidos los nombres pero con diferentes colores.

Eso de buscarle por donde se pueda ha sido algo común en la generalidad, sobre todo en política.El mismo titular del Ejecutivo Federal funcionó en tabasco como importante operador político del PRI durante 14 años, luego brincó al PRD y de ahí se inventó MORENA. No hay nada nuevo bajo el sol.

Si usted cree que los gobiernos anteriores ponían a jueces, fiscales y magistrados a modo para hacer de las suyas, pues recordemos que Olga Sánchez Cordero, hoy secretaria de Gobernación, llegó a ser ministra cuando Ernesto Zedillo era presidente.

La joya de la corona, el peso más grande en las espaldas del morenismo, es Manuel Bartlett; no hace falta ir al fondo, con recordar la “caída del sistema” podemos dimensionar la calidad de servidor que representa. Hoy es un inmaculado, ungido por la moral obradorista.

Otro que militó en el PRI, por 18 años, y además estuvo a cargo de la política interna del país es Esteban Moctezuma Barragán, el hoy genio de la educación nacional; él sirvió a Ernesto Zedillo, ese expresidente tan señalado por AMLO, como secretario de Gobernación y en otra etapa de ese sexenio como titular de Desarrollo Social.

Quien también rebasa los 15 años de militancia priista es Alfonso Durazo Montaño, 17 años dentro del PRI y otros más como empleado de Vicente Fox le dieron, seguramente, la experiencia necesaria para encargarse de la seguridad pública en el gabinete Obradorista; pero como lo marcan las leyes no escritas de la vieja y tramposa política mexicana, deja su cargo para brincar a una candidatura a gobernador de su estado natal. Chapulineo le dicen ¿no?.

Y para dejar en paz al gabinete PRIMORISTA, le recuerdo a un personaje que 35 años alentó la política desde el PRI como uno de sus activos, un militante de la política más charra, el líder minero Napoleón Gómez Urrutia y quien llegó al Senado como un ferviente morenista más. Señalado de supuesto robo de 56 millones de dólares, el famoso Napito encontró en MORENA el mejor escondite.

La batalla electoral que viene es entre alianzas de facto, no le demos vueltas, no haga corajes si usted es fundador o fundadora de MORENA, si usted es parte del activismo joven que vive en el romanticismo del discurso de Andrés Manuel. México, hoy, no necesita de partidos, necesita de una sociedad objetiva, unida y que vea el pasado y el presente como una lección, no necesitamos políticos reciclados, mercenarios del partidismo, nuevos iluminados; necesitamos servidores públicos, ni mesías ni pastores.

Entonces ¿qué de malo tiene que hoy quieran unirse unos con otros?. Que yo sepa, no hay ley que lo prohíba.