Ciudadanas consejeras y ciudadanos consejeros electorales

Representaciones de los partidos políticos nacionales

Representaciones de los partidos políticos estatales

Amigas y amigos de los medios de comunicación que cubren la fuente

Personas que nos siguen a distancia por el portal del INE y Facebook Live

El pasado 7 de septiembre de 2020 se instaló en sesión extraordinaria el Consejo General del Instituto Nacional Electoral para dar formalmente inicio a los preparativos del Proceso Electoral Federal 2020-2021, cuya jornada electoral tendrá lugar el domingo 6 de junio de 2021.

Corresponde ahora al Consejo Local del Instituto Nacional Electoral en el Estado de Veracruz proceder a instalarse en sesión extraordinaria para dar continuidad a los trabajos encaminados a garantizar la renovación pacífica y paritaria de la Cámara de Diputadas y Diputados al Congreso de la Unión.

Nos encaminamos a una elección ordinaria en condiciones marcadamente extraordinarias por sus dimensiones y complejidad, y por los afinados procedimientos implantados para la vigilancia cuantitativa y cualitativa para la recepción y cómputo de los sufragios, lo mismo que para la realización de los trabajos colegiados y para muestra el formato en el que nos hemos reunido este día; asimismo, por los modelos en que se realizarán las campañas y por los alcances en la cobertura noticiosa, entre otros rubros igualmente delicados; todo ello enmarcado en un escenario de pandemia mundial que por sí mismo implica un desafío mayúsculo.

La expectativa institucional frente a semejante contexto, dimensionada así por el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, Doctor Lorenzo Córdova Vianello, es no permitir que la democracia sea una víctima más de la pandemia.

El desafío es mayúsculo, insisto, por lo que para solventarlo exitosamente estamos llamados todas y todos a concitar esfuerzos, cada cual desde nuestras circunstancias y desde nuestra respectiva diversidad: autoridades electorales, actores políticos, personas líderes de opinión, medios de comunicación y ciudadanía en general.

En efecto, el Instituto Nacional Electoral cuenta entre su principal activo con un Servicio Profesional Electoral Nacional comprometido con el ideal democrático y con el convencimiento pleno de cumplir los objetivos institucionales, producto, esto, de la experiencia acumulada durante 30 años de hacer elecciones muchas veces en condiciones adversas y de la formación y desarrollo al que está sujeto como parte de la evaluación del desempeño, por lo que no hay improvisación ni ocurrencias en su actuar; pero, bizarro al fin como es nuestro procedimiento electoral, garantizar la celebración periódica y pacífica de esas elecciones no ha sido ni es una tarea que dependa sólo de un cuerpo profesional por muy comprometido que esté con la misión y visión institucional.

Hacer elecciones de calidad de exportación, si se me permite el calificativo y para ello están de muestra las múltiples misiones internacionales de las que el INE ha sido parte, depende esencialmente de una ciudadanía que acompañe las más trascendentes tareas dentro del proceso: nada menos, como que los votos son recibidos, clasificados y contados por personas que en ningún sentido trabajan en el INE. Son nuestras vecinas y vecinos, con mucha frecuencia algún familiar o amistad y, sin duda, personas totalmente ajenas a quienes contienden en la justa comicial.

Y así podemos continuar con una larga cadena de personas que no solamente vigilan celosamente el desarrollo de las elecciones, sino que contribuyen activamente a su correcta realización: ciudadanas y ciudadanos de reconocido prestigio social que sancionan con su voto los trabajos institucionales, erigidas y erigidos en consejeras y consejeros electorales; representaciones partidistas que cuidan con igual celo los intereses legítimos de quienes compiten por los cargos públicos electos, bien en los cuerpos colegiados como en el que ahora nos encontramos o bien en las mesas directivas de casilla; e, incluso, quienes, desde el lugar preferente de donde se aprecia el más amplio panorama, despejados de suspicacias, escudriñan con ojo avizor la transparencia de las elecciones, me refiero a las observadoras y observadores electorales.

En este punto, cobra relevancia el apoyo interinstitucional que las autoridades electorales reciben de los poderes ejecutivo y legislativo en sus tres esferas de gobierno: federal, estatal y municipal. Un gran aporte a las elecciones es más un no hacer o un dejar de hacer. Me refiero, concretamente, a cumplir en todo tiempo con la obligación de aplicar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su responsabilidad, sin influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos, conforme al séptimo párrafo del artículo 134 constitucional; así como a evitar a toda costa incluir nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público en la propaganda gubernamental, conforme al octavo párrafo del citado artículo 134 constitucional.

Ahora bien, sin menoscabo de lo anterior, también existen apoyos interinstitucionales consistentes en la posibilidad de hacer.

En este orden de ideas, el principal aporte de la administración pública para con las autoridades electorales, entre otras instancias, corre destacadamente a cargo de la Secretaría de Educación Pública en el ámbito federal, y a cargo de la Secretaría de Educación de Veracruz en el ámbito de la entidad.

Al ese respecto, la ley dispone que, para la ubicación de las casillas, se preferirán los locales ocupados por escuelas y oficinas públicas; por ello, además de reconocer públicamente el apoyo recibido en este rubro en procesos electorales pasados, así como su permanente compromiso con la construcción de ciudadanía, desde esta tribuna hago un respetuoso llamado institucional a la Secretaría de Educación de Veracruz para que una vez más coadyuve con las autoridades electorales brindando las facilidades para que el INE pueda contar con las escuelas de Veracruz, como lugares neutrales que garanticen la secrecía y libertad del sufragio.

En ese tenor, no puedo dejar de aludir a la vibrante comunidad universitaria de nuestro Estado, de quien esperamos la mayor participación cívica, teniendo en la Universidad Veracruzana a una de sus principales exponentes; así como de invocar el auxilio de las fuerzas del orden público, de quienes demandamos seguridad antes, durante y después de la celebración de los comicios; además de significar el cuidado de las boletas electorales en tanto asunto de interés nacional por parte del Ejercito Mexicano y de la Marina Armada de México.

En este hilo conductor, más que un aliado fundamental, el Organismo Público Local Electoral del Estado de Veracruz, acertadamente Presidido por el Licenciado José Alejandro Bonilla Bonilla, a quien saludo en la distancia, está llamado a colaborar estrechamente con el Instituto Nacional Electoral en la preparación, vigilancia y desarrollo de las elecciones.

Cada organismo, con pleno reconocimiento y respeto de la autonomía y del marco competencial de su par, debe sumar esfuerzos para asegurar a la ciudadanía condiciones de certeza y, en el contexto de la pandemia, condiciones de salud para concurrir a las casillas con la tranquilidad de que podrá votar con absoluta limpieza en la acepción más amplia del vocablo.

Por supuesto, la lista de instituciones aliadas estratégicas tanto del INE como del OPLE de Veracruz para la transmisión del poder por la vía democrática y para la construcción de ciudadanía es mucho más extensa, y no quisiera ser omiso en la mención de alguna de ellas dejando de reconocer su labor de suma de esfuerzos, por lo que permítaseme englobarles diciendo que todo este entramado institucional da cuenta del compromiso del Estado mexicano por contribuir a la paz social.

A manera de colofón, celebremos una de las pocas reformas acaecidas en la materia, tendentes a evitar o, en su caso, sancionar la violencia política en razón de género; y, al amparo de tal reforma, el que ningún sujeto que hubiera violentado o violente a una mujer pueda aspirar a una candidatura. Denunciemos con energía todo abuso dirigido a menoscabar el derecho de las mujeres a contender en igualdad de circunstancias por un cargo de elección popular.

Ciudadanas y ciudadanos presentes y distantes:

Nos encontramos reunidos, reunidas, para dar vigencia al Estado de Derecho: sociedad, medios de comunicación, autoridades electorales, actores políticos, personas con intereses y anhelos propios, pero con el objetivo común de transitar socialmente en paz. Hagamos lo que toca a cada cual, dejando de lado las estridencias y anteponiendo los intereses y anhelos legítimos al interés de todas las personas. Asumámonos vigilantes de las normas que nos hemos dado, respetemos ese gran acuerdo plasmado en la Constitución en forma de principios, decidamos de manera racional y en forma responsable quiénes habrán de asumir el mandato popular y asegurémonos de que ese mandato se cumpla en todos sus términos, porque la fiesta democrática no comienza ni termina en las urnas, sino que se recrea en el ejercicio corresponsable del poder público.