Al menos siete personas murieron en Filipinas tras el paso del tifón Goni, el más poderoso de este año.

Las autoridades de país asiático hablan de condiciones “catastróficas” en algunas regiones, tras haber evacuado a cerca de 400 mil personas.

El tifón tocó tierra en la isla de Catanduanes hacia las 05:00 hora local, con vientos de hasta 225 kilómetros por hora (km/h) y ráfagas a 310 km/h que arrancaron tejados, árboles y provocaron inundaciones.

Unas horas antes de alcanzar al archipiélago, Goni entró en la categoría de supertifón, pero al avanzar sobre la isla de Luzón, en dirección a Manila, perdió fuerza, según la agencia meteorológica filipina.

El fenómeno meteorológico avanzaba hacia Manila y a varias provincias cercanas, las cuales fueron afectadas hace una semana por otro tifón que dejó al menos 22 muertos.

“Hay muchísima gente que está en zonas vulnerables”, dijo Ricardo Jalad, director de la agencia filipina de gestión de desastres.

La agencia meteorológica filipina recalcó esas preocupaciones y señaló que en las 12 horas desde que el tifón tocara tierra, se producirían “vientos violentos, catastróficos, y una intensa lluvia torrencial”

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En las próximas 12 horas se esperan que lluvias intensas y torrenciales se registren en la región de Bícol, en el sureste de la isla de Luzón y en la de Catanduanes, advirtió la agencia.

En Catanduanes, la situación es “extremadamente peligrosa” ya que se teme un aumento del nivel del mar de hasta tres metros y “daños catastróficos debidos al viento”.

Al menos siete personas murieron, una de ellas un niño de cinco años, en la provincia de Albay, informó su gobernador, Alfrancis Bichara, en una radio local.

ADN40

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