En medio de la total incertidumbre, hoy mismo podríamos estar llegando a los 90 mil muertos a causa de la pandemia del Covid19, consecuencia de una estrategia fallida del gobierno y la negligencia de la gente. Volvemos a tener cifras de contagios y muertes similares a las de abril –apenas el sábado fuimos el tercer país con el mayor número de muertos en un día-, el tema de la vacuna es igual de inseguro y los gobiernos siguen haciendo de la pandemia su principal bandera política. Incluso el Presidente ya decretó tres días de luto nacional.

El optimismo del gobierno federal no corresponde a la realidad. Prácticamente han fallado en todo: en los periodos y comportamiento de la pandemia, su duración, el número de contagios y víctimas fatales, la semaforización, la reanudación de actividades económicas y hasta en la protección básica del personal de salud, mientras el Presidente se mantiene firma en no usar un cubrebocas que aliente una cultura de la prevención. ¡Hoy rogamos porque nos pase el peor de los escenarios que ha previsto el gobierno!

El 4 de mayo, el polémico subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, dijo que se estimaba que México tendrá casi seis mil muertes por coronavirus. “Ahorita tenemos dos mil 271 personas que han perdido la vida por COVID y estamos cerca del punto medio de la curva epidémica. En el descenso de la curva podemos tener las otras más o menos dos mil o tres mil, y con ello ya tendríamos casi seis mil o cinco mil 271 si lo ponemos nada más así, simplemente agregando tres mil más”, dijo en conferencia de prensa.

Exactamente un mes después, el funcionario multiplicó por diez el escenario “más catastrófico”. Para el cuatro de junio, la proyección era de más de 60 mil muertos, cifra que alcanzamos apenas el 22 de agosto. De eso ya pasaron dos meses y es posible que antes de terminar el año estemos por llegar a ¡cien mil fallecidos! Es decir, en menos de un año, tendríamos el triple de muertos por la pandemia que por la inseguridad y la violencia.

Esa ola de optimismo infundado fue impuesta por el propio Presidente de la República, quien desde el 25 de abril dijo que el país ya estaba viendo «el final del túnel» de la situación creada por el COVID-19 en México. «Hay que hacer caso de todas las recomendaciones (sanitarias) y sí hay futuro, ya estamos viendo la luz a la salida del túnel (de la pandemia)», dijo en un video publicado en su cuenta de Twitter. Resulta que apenas estábamos ingresando al túnel.

Esto lo repitió una y otra vez. Al mes siguiente insistió en que el país estaba muy próximo a llegar al pico de la pandemia, y de ahí los contagios deberán descender. “Desde ayer en la mañana -2 de mayo- hablamos de que las cosas mejoran en el país con relación a la pandemia del coronavirus. Estamos viendo la luz a la salida del túnel. Hay muy buenos resultados. «Ya vamos a empezar a salir de la etapa más crítica de la pandemia.

El 16 de agosto, López Obrador aseguró que La vacuna Covid 19 en desarrollo “es la luz al final del túnel”, luego de reconocer que la pandemia había dejado 56 mil defunciones y por ello una vez que llegue la vacuna habrá un cambio total. “Hay buenas noticias. Desde luego nos duele mucho que siga causando estragos la pandemia del Covid-19, pero está bajando su intensidad”. No sucedió ninguna de las dos cosas: ni llegó la vacuna ni bajó la intensidad.

La última vez que repitió la desafortunada frase fue apenas el sábado pasado, cuando dijo que pese a la posibilidad de presentarse un rebrote en el país, “vamos saliendo tanto de la crisis sanitaria como de la crisis económica y ya se advierte de que vamos salir del túnel en el que entramos, ya se ve la luz a la salida del túnel». Las últimas cifras económicas y de salud muestran que la luz que ve el Presidente corresponde al faro del tren que viene contra nosotros.

Ahora quien se ha subido al tsunami del engaño es el poderoso canciller Marcelo Ebrard, quien aseguró este martes que el mejor escenario para que se tenga una vacuna que haga frente al Covid-19 es que esté lista a finales de diciembre y en el peor escenario que no se tenga una vacuna segura hasta el mes de marzo, fecha en que el optimismo cuatroteísta escogió para el regreso a clases.

El 4 de junio, cuando la expectativa de fallecidos subió a 60 mil como el “peor de los escenarios”, el presidente López Obrador aseguró que para evitar el contagio por coronavirus hay que cumplir con las medidas sana distancia, pero que “no mentir y no robar” es igual de importante para evitar contraer Covid-19.

Ayer martes se confirmó que Claudia Sheinbaum dio positivo a la enfermedad. La jefa de gobierno de la Cdmx se suma a gobernadores, integrantes del gabinete presidencial, senadores, diputados federales y decenas de legisladores locales en el país, así como presidentes municipales, algunos de los cuales perdieron la vida.

Por desgracia, será la realidad –y no el gobierno- la que nos revele cuál será el peor de los escenarios. Y cualquiera que este sea, será una tragedia inimaginable.

La del estribo…

  1. La crisis política que vive Morena a nivel nacional se replicará irremediablemente a nivel estatal. En Veracruz, el del morenismo porfirista, podría cambiar el escenario de quienes se sentían seguros en una candidatura. En el caso de Manuel Huerta, la destitución de su prima hermana como presidenta del TSJE azuza el fuego de las disputas internas; si el Góber no pudo meter orden en el Tribunal, menos lo hará en su partido. Mientras, la suerte sonríe a otros cuyo proyecto avanza de la mano de Marcelo Ebrad y Mario Delgado.
  2. La primera acción de Isabel Romero Cruz como Presidenta del TSJE fue convocar a sesión del Consejo de la Judicatura. Se acordó investigar el uso y destino de los recursos del Fondo Auxiliar, la implementación de los juicios en línea para abatir rezago y visitar órganos jurisdiccionales en los 21 distritos judiciales. En dos días ya hizo más que Sofía Martínez Huerta en diez meses.