“López Obrador tiene mucho más

enemigos de los que se imagina”

María Scherer

El sacrificio del senador tlaxcalteca  Joel Molina, quien tras permanecer en el saloncito de sesiones del Senado de la República, compartiendo el espacio con más de 130 personas en una sesión maratónica de más de doce horas, con tal de cumplir con la “lealtad ciega” que les exige AMLO a sus seguidores, en la extinción de los fidecomisos, es un ejemplo claro de lo que algunos mexicanos están dispuestos a hacer (dar la vida) a cambio de “quedar bien con el jefe”.

¿Vale la pena el sacrificio?, nos debemos preguntar. Claro que no. En principio porque si los mentados fideicomisos estaban atiborrados de corrupción no era necesario desaparecerlos enviando a los congresos la iniciativa y obligando a los legisladores a distraer su tiempo en algo que el titular del Ejecutivo, y en uso de sus facultades, hubiera resuelto nombrando titulares en cada fideicomiso con la instrucción de moralizar esos espacios, auditarlos, denunciar a quienes se estaban robando los fondos públicos, encarcelarlos, decomisarles lo que habían sustraído propiedad del estado devolviéndolo a lar arcas del estado, dando de baja a todos los aviadores y desapareciendo solo aquellos fideicomisos, que si eran varios, que fueron creados para robar dinero público, y punto.

¿Para qué demonios, otra vez igual que la consulta para enjuiciar a los expresidentes, poner a los coordinadores de los Congresos a chambear tiempo extra cuando una pandemia cobra casi noventa mil vidas y los contagios se multiplican?

Conocemos el pinchurriento saloncito donde sesionan los Senadores, en la calle de Xicotencatl, muy bonito con un estilo de la época de la colonial pero diseñado para la mitad de lo Senadores que hoy se reúnen ahí. No tiene ventilación, las butacas están juntas, carece de ventilación aunque tenga clima, que éste permite la supervivencia del virus del Covid por más tiempo, y en fin, que a nuestros representantes populares los mandaron al matadero anteponiendo los caprichos de un presidente que trata de simular que es el pueblo, a través de sus representantes, el que toma las decisiones y no un dictador, como él, a quien le vale madres que mueran en la raya sus simpatizantes si consigue el objetivo final, como en este caso. Logró AMLO la desaparición de los fideicomisos a costa de la muerte de unos de sus compañeros de partido, el tlaxcalteca Joel Romero y el contagio de decenas de cumplidos Senadores que quisieron cumplir con el dictador.

Ricardo Ahued no asistió, la libró

Confirmamos lo que deseábamos que fuera cierto: el Senador de la República, por Morena, Ricardo Ahued Bardahuil, no acudió a esa mortal sesión en la que los Senadores dieron la puntilla a los fideicomisos pero en ello expusieron la vida, tanto que uno la perdió y una cententa está contagiada.

En verdad nos alegra que don Ricardo no haya acudido a ese aquelarre de Covid-19, dentro del saloncito ese del Senado de la República, y haya sido cierta su caída accidental en su domicilio, o no, pero que bueno, lo importante es que no se contagió de Covid. El se opuso, días antes de la sesión, desde las redes sociales, a la desaparición de algunos fideicomisos.

Lo cierto es que don Ricardo no cabe en ese grupito de los “leales a ciegas” porque él, como lo ha demostrado siempre, opina y vota anteponiendo los intereses de sus representados, algo que ninguno de los diputados o Senadores hace.

Este vez mandó un mensaje a redes sociales definiendo su postura: estaba de acuerdo con la desaparición de algunos fideicomisos pero no con todos (sí, pero no), luego entonces la historia debe registrar que el Senador Ahued no estuvo de acuerdo con AMLO en todo… acorde a su postura de sí, pero no, que tantos bonos electorales le ha generado.  Y si hoy más morenistas lo aborrecen por no seguir la línea de AMLO, el PAN, el PRI (si lo dejan), el PRD,  MC, o una alianza de partidos, incluso uno de los nuevos, lo puede lanzar como candidato a gobernador y tendrán votos, cuando menos para mantener el registro.

Bien por don Ricardo… Primero, lo primero.

Salud avala muertes y contagios

El protocolo sanitario implementado en el Senado de la República fue avalado por la Secretaría de Salud, a partir de un plan que resultó compatible con las medidas necesarias para contener el contagio del coronavirus pandémico, admitió hoy el subsecretario de Prevención de la Salud, Hugo López-Gatell.

Sin embargo, precisó, la Secretaría de Salud revisó dicho protocolo, pero no el estado de salud de cada senador.

El pasado martes 20 de octubre, el Senado de la República sesionó para aprobar las reformas que permitieron extinguir los fideicomisos, un tema en el que el presidente Andrés Manuel López Obrador fue insistente. Debido a las protestas que se registraron en la sede legislativa de la avenida Reforma, la sesión, que terminó al día siguiente, se realizó en la antigua sede de la calle Xicoténcatl.

Tras la sesión, varios legisladores anunciaron haber dado positivo a covid-19, y el día 24 se reportó el fallecimiento del senador morenista Joel Molina, senador por Tlaxcala, por complicaciones de dicha enfermedad.

Varios actores de oposición acusaron a la Secretaría de Salud por avalar los protocolos, asunto sobre el que López-Gatell fue cuestionado hoy, durante la conferencia de prensa presidencial. El funcionario expuso que el senador Molina no pudo contagiarse en la sesión, debido a que el período de incubación es de varios días y que, al salir de la sesión, ya presentaba síntomas. ¿Entonces porqué lo obligaron a permanecer entre tantas personas en la maratónica sesión?.

En la aldea buscan a Caro Estrada

De lo que nos enteramos. Un juez federal libró una orden de aprehensión contra Carolina Estrada Acosta, ex subdirectora de la Tesorería de Veracruz en el gobierno de Javier Duarte y mano derecha de Tarek Abdalá Saad, quien fue señalada por la Fiscalía General de la República (FGR) por su presunta responsabilidad en el delito de peculado. Ante esta situación, la ex funcionaria promovió un amparo para evitar su captura y requirió que no se emita una alerta migratoria en su contra, y mucho menos se pida a Interpol la emisión de una ficha roja. Su demanda fue admitida a trámite, pero no hubo pronunciamiento sobre la suspensión porque no la solicitó.

En la administración pasada, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) le imputó haber autorizado en el año 2014 transferencias por un total de $857 millones 300 mil pesos de una cuenta con recursos federales del Fondo de Aportaciones Múltiples a otras cuentas del gobierno veracruzano, lo que evitó conocer las erogaciones de los recursos.

Sin embargo, el mandamiento judicial fue negado a la PGR el 10 de noviembre de 2018, porque un juez de control del Centro de Justicia Penal Federal, con sede en Xalapa determinó que la PGR obtuvo la información financiera de manera ilegal, ya que no lo hizo con autorización judicial. De acuerdo con fuentes cercanas al caso, ahora la Fiscalía General de la República (FGR) solicitó su inmediata captura por su probable responsabilidad en el delito de peculado.

Estrada Acosta era colaboradora y mano derecha del ex tesorero de Veracruz, Antonio Tarek Abdalá, quien obtuvo un criterio de oportunidad días antes de concluir el sexenio de Enrique Peña Nieto para no ir a la cárcel, y quien es una de las personas que aportó mucha de la información que sirvió para sentenciar al ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, actualmente preso en el Reclusorio Norte.

REFLEXIÓN

Las pérdidas sufridas por los inversionistas del mundo por la severa caída que sufrieron ayer las bolsas neoyorquinas fue matizada de alguna manera por la noticia del éxito de la vacuna Covid-19 desarrollada por la Universidad de Oxford con AstraZeneca, la cual ha producido una sólida respuesta inmune en los adultos mayores… Menos mal.