Que el COVID 19 llegó para cambiarlo todo no es novedad para nadie. Y que la política en Estados Unidos, en un año electoral, ha estado atravesada por la pandemia, tampoco. Por eso, cada vez que un alto funcionario da una definición acerca de lo que cree que va a ocurrir con el virus con miras al futuro, todos prestan atención.

En este caso se trató del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, quien en una sola frase dio tres versiones de lo que piensa que ocurrirá en las próximas semanas con el COVID-19.

“Cuando miramos lo que está pasando sabemos que vamos a vencer al virus. No vamos a controlarlo. Vamos a tratar de contenerlo de la mejor manera en la que podamos”, decía ante una decena de periodistas frente a la Casa Blanca.

No es la primera vez que Meadows expresa que no se va a poder controlar al virus. Lo dijo por primera vez el fin de semana en entrevista con la cadena de noticias Fox, generando una reacción inmediata por parte de Joe Biden, quien envió un comunicado al respecto a todos los periodistas del país.

“Esto no fue un acto fallido de Meadows. Fue el reconocimiento explícito de lo que ha sido la estrategia del Presidente Trump desde el comienzo de esta crisis: izar una bandera blanca de la derrota, y esperar que el virus desaparezca sólo ignorándolo. No ha desaparecido y no va a desaparecer”, afirmaba el candidato demócrata.

Esta vez Meadows, si bien repitió su polémica frase, intentó ponerla en contexto asegurando que se refería que los esfuerzos deben estar puestos “en los tratamientos y en una vacuna”. Además dio esperanzas con respecto a la proximidad con la que se podrá empezar a utilizar la vacuna.

“Basado en una serie de conversaciones que hemos tenido, estoy muy confiado en que el lanzamiento de una vacuna se dará sólo en un par de semanas. Estamos preparándonos para eso (…) el único que está izando una bandera blanca, junto con su máscara blanca, es Joe Biden”, retrucaba Meadow.

Durante meses el Presidente Trump prometió que habría una vacuna antes de las elecciones. A ocho días de la jornada electoral se sabe que eso no ocurrirá, pero el director del instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, dijo que podrían empezar a aplicarse las primeras dosis hacia fines de noviembre o principios de diciembre. Seguramente los primeros en recibir una vacuna sean miembros del personal médico y las personas que pertenecen a las poblaciones de mayor riesgo. El público en general estaría en condiciones de recibir la vacuna hacia mediados del 2021. Otro hecho a tener en cuenta es que la mayor parte de las vacunas que se encuentran en la etapa final de prueba requieren dos dosis. Por lo tanto, si algunos ciudadanos estadounidenses reciben la primera dosis a finales de noviembre, la inmunización completa se daría recién a comienzos del próximo año.

La polémica acerca de si se espera que Estados Unidos controle la pandemia o no se da en medio de otra situación difícil para la Casa Blanca. Después de que el propio Presidente Trump, la primera dama y su hijo Barron contrajeran el virus hace un par de semanas, junto con una decena de sus colaboradores más cercanos, ahora hay un nuevo foco de contagio entre allegados al vice-presidente Mike Pence. El Jefe de Gabinete de Pence, Mike Short, y el principal asesor político del vice-presidente confirmaron tener coronavirus durante el fin de semana.

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