“El Secretario me pidió la renuncia

y me amenazó junto con mi familia”

Sofía Martínez Huerta

Hablar del Fondo Auxiliar para la Impartición de la Justicia nos remite por obligación a mencionar su creador, el brillante político y jurisconsulto Julio Patiño Rodríguez, de lo más destacado que ha ocupado la titularidad del poder judicial en Veracruz, en toda su historia.

En el fondo de la disputa por la presidencia del Poder judicial, está poder disponer de ese millonario fondo que se acumula de las fianzas que se pagan a través de los juzgados en todo el estado, y que se abandonan (ya no las reclaman) en cuanto los involucrados en la comisión de un delito obtienen su libertad, o la obtienen precisamente a cambio de una fianza. ¿A quién le interesa andar reclamando devoluciones de fianzas cuando ya se obtuvo lo más preciado que es la libertad?,  a nadie.

Los recursos que se acumulan en el mencionado fondo suma millones y millones de pesos, dinero que hasta antes de que el visionario magistrado Presidente del TSJ Julio Patiño decidiera usarlo para crear una bolsa para que la administrara el TSJ, se le quedaba a los jueces y ni quien dijera nada.

Patiño con el interés de mejorar las condiciones del poder judicial de Veracruz, al que no le autorizaban recursos desde el Congreso por instrucciones del Ejecutivo, quien generalmente no le daba la importancia que tiene, crea el fondo y da la buena nueva a sus homólogos: sus jubilaciones serán justas gracias a que el poder dispondrá de recursos propios, pero además se destinarán fondos para mejorar las condiciones de las instalaciones donde laboran los empleados al servicio del poder Judicial en todo el estado.

A través del tiempo Julio Patiño Rodríguez ha sido considerado como uno de los presidentes más propositivos en el Tribunal de Justicia de Veracruz. Durante su mandato se consolidó el Consejo de la Judicatura y en particular se creó el ya mencionado Fondo de la Judicatura, que empezó a rescatar los recursos que antes se perdían en el limbo de la corrupción.

El poder Judicial en Veracruz es antes y después de Julio Patiño. Durante su gestión como Presidente del Tribunal Superior de Justicia, se crearon también el Tribunal Estatal de Elecciones como un órgano del Poder Judicial; se constituyó la Comisión Jurisdiccional para Menores Infractores en un órgano especializado en esta materia y formando parte de la estructura del Poder Judicial del Estado; la Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia; se estableció la facultad del Consejo de la Judicatura para proponer a la Legislatura del Estado el nombramiento de magistrados del Poder Judicial, consolidando de esta manera la carrera judicial; se expidió el primer Reglamento Interno del Poder Judicial, se incorporaron los Tribunales de Conciliación y Arbitraje y de lo Contencioso Administrativo al Poder Judicial y se le dio a este último competencia para conocer además de asuntos de naturaleza civil; se integraron los trabajadores y funcionarios de los juzgados municipales a la nómina del Poder Judicial; se ejercitó por primera vez la facultad de iniciativa y diseñó los escudos del Tribunal Superior de Justicia y del Poder Judicial del Estado.

Los bucaneros le caen al fondo

Y de ser un cargo que se daba como reconocimiento a un destacado jurisconsulto, los que sucedieron en la presidencia al Magistrado Patiño, comenzaron a rascarle al fondo, se fueron dando cuenta de que la autonomía del poder en ese sentido (manejo del dinero del fondo) se hacía valer, que los únicos que podían reclamar algo eran los miembros del Consejo de la Judicatura, empleados del presidente del TSJ y luego cómplices, que comienzan a despilfarrar y robar un recurso cuyo destino era noble y positivo. El objetivo se plasmó en un proyecto que el mismo Ignacio Burgoa Orihuela revisó, a petición de su autor Julio Patiño, a quien felicitó por su pulcritud y alcance de miras.

Más tarde, a alguien se le ocurrió empezar a construir las pomposamente llamadas “ciudades judiciales” en distintos puntos del estado, que en apariencia son de utilidad pues en ellas se concentran los juzgados y todo el personal del poder judicial, son las oficinas donde pueden ir los abogados postulantes a ejercer su profesión con decoro en instalaciones dignas, pero que hoy significaban para el presidente del Tribunal ingresos millonarios pues surgieron los moches y la corrupción brotó como ha sucedido en todas las dependencias del Ejecutivo y en el Congreso.

¿Cuánto se llevó de este lucrativo negocio Edel Alvarez Peña?… ¡Uffff!, muchísimo dinero, millones y millones de pesos con el cuento de que andaba construyendo por todas partes ciudades judiciales y lo que en realidad hacía, en complicidad con su jefe de obras o adquisiciones, era obtener cuando menos la mitad de los millones que según decía invertir en cada instalación de estas, por eso no quería soltar el hueso, por eso trató por todos los medios de ser reelecto. Y hay versiones muy sólidas en el sentido de que la Magistrada Sofía Martínez Huerta, aparte de llegar a invadir todos los cargos con familiares y amigos, comenzó a investigar cómo había invertido el dinero del multimencionado fondo su antecesor Edel, un mago en eso de disponer del dinero público, y salieron a relucir sesenta millones de pesos que supuestamente habría usado en unos meses de permanencia al frente del TSJ la Magistrada Sofía Martínez, lo que despertó la voracidad de lo más corrupto que hay en este gobierno y que la tumban del cargo “por bañarse sola”… En el fondo la lucha por controlar la presidencia del TSJ no es ganar el poder político que representa, no, lo que buscan, los involucrados en el “pinochetazo” a La Chilindrina, es disponer del famoso Fondo Auxiliar Para la Impartición de la Justicia, que representa muchos millones de pesos que están ahí a la espera de ser robados, o invertidos en dignificar el Poder Judicial, lo que es un sueño.   

Edel arañó la reelección

La expectación generada por la remoción del Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortiz, coincidió con la maniobra de Edel Humberto Álvarez para triangular los movimientos de magistrados “temporales” en el Poder Judicial del Estado.

El camino a una posible reelección le permitiría tres años más en el cargo, en medio de señalamientos por el desvío de más de 250 millones de pesos con contratos para una empresa con domicilio en Quintana Roo, denominada “Preparación y servicios de alimentos” pero encargada de la videograbación de las audiencias de juicios orales.

Dicha empresa opera bajo las razones sociales de Praka del Pacífico, pero entregaba comprobantes fiscales a sus empleados con la denominación INPRO del Bajío S.A. de C.V. o INPRO del Sureste S.A. de C.V.; además de las razones sociales Unimontaño S.A. de C.V. y Eiram Blanc S.A. de C.V.

De acuerdo con analistas, la remoción de Winckler Ortiz implica desempolvar las denuncias promovidas contra Edel Álvarez. Si Edel hubiera logrado reelegirse, ese sería el mejor emblema de la ignorancia y la voracidad del nuevo gobierno de la 4T, capaz de ganar beneficios económicos de donde sea, lo importante es demostrar que son mejores, pero no para el servicio público sino para corromperse. Afortunadamente el político sureño no lo logró y tuvo que salir como El Jibarito, loco de contento con su tremendo cargamento de billetes a disfrutar lo robado gracias a un cargo que le regalaron sin tener un solo mérito. Bien decía la Magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros: después de Edel cualquier pendejo puede ser Magistrado… ¡Y Presidente!.

REFLEXIÓN

El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 fue creado por el hombre en un laboratorio y es un arma biológica sin restricciones capaz de matar a gran escala, afirmó Li-Meng Yan, viróloga de la Universidad de Hong Kong exiliada en Estados Unidos. «Lo que puedo decir es que sin duda fue liberado a propósito», aseguró Li-Meng Yan desde una ubicación desconocida, durante la entrevista conducida por Iker Jiménez.