Cuatro años en política son una vida y los cambios en el escenario electoral de los Estados Unidos es una prueba ilustrativa. Buena parte de la victoria de Donald Trump ante Hillary Clinton en 2016 estuvo relacionada con la habilidad del ahora presidente de torcer la voluntad de suficientes votantes demócratas en los estados de los grandes lagos: Michigan, Pennsylvania y Wisconsin.
Hoy, la situación no es tan clara para el republicano en estos estados. Según el promedio de encuestas de Real Clear Politics, su contendiente, Joe Biden, le lleva una ventaja en intención de voto de 7 puntos en Michigan, 7 puntos en Pennsylvania y 6,3 puntos en Wisconsin. Todos ellos superan el margen de error previsto por los estudios.
Pero estos tres territorios no son los únicos que Trump ganó en 2016 y hoy están en duda. En esa categoría se encuentran también Ohio, Florida y Georgia. El mandatario sacó ocho puntos de ventaja sobre Hillary Clinton en el primero, que aporta 18 votos electorales. Pero hoy los estudios dan un empate virtual entre los candidatos.
Joe Biden tiene la intención de capitalizar la recuperación demócrata. Desde la semana pasada, cuando comenzó la votación anticipada en ese estado, su campaña duplicó la inversión en publicidad. Hoy tienen comprados espacios publicitarios en 56 de los 88 condados de Ohio. La campaña de Trump, en contraste, recortó su gasto en este sector del país.
Biden también comenzó su semana con un tour por varias de las regiones principales del estado, donde criticó la política económica del Presidente Trump y aseguró que su único plan económico es “bajarle los impuestos a los multimillonarios”. Además, el candidato buscó mostrarse como una persona cercana a los trabajadores en un estado donde buena parte de sus trabajadores son industriales.
“Como muchos de ustedes, yo también he pasado mucho tiempo frente a personajes como Donald Trump, que nos miran por arriba. Son personas que creen que son mejores que yo por tener más dinero. Personas que heredaron todo lo que tienen y así y todo lo despilfarraron”, dijo Biden al respecto.
No obstante, la campaña de Trump se muestra confiada en su capacidad de volver a alzarse con la victoria. “Estamos contentos de ver que Biden está desperdiciando su tiempo de campaña en un estado que no va a conseguir conquistar en tres semanas”, dijo a la prensa en una llamada Bill Stepien, director de la campaña del Presidente Trump. Por su parte, el vicepresidente Mike Pence tuvo un evento en Columbus ayer, en la que fue su tercera visita al estado en menos de un mes.
Georgia es otro de los estados que Trump conquistó en 2016 que hoy está en duda. Allí, al igual que en Ohio, las encuestas arrojan un empate técnico.
Florida, en tanto, fue un estado que Donald Trump ganó por un margen mínimo en 2016. Pero desde entonces, el estado por adopción del Presidente había sido considerado un bastión fuerte para su reelección. Florida aporta 29 votos electorales, fundamentales para ambas campañas pero vitales para Trump. Todo indica que California, el estado más poblado, otorgará sus 55 votos electorales, será para Biden. De igual manera, Texas, el segundo mayor, dará sus 38 votos a Trump.
Le sigue Nueva York con 29 votos electorales, que también irían para Biden. Por ende, Trump necesita los votos de Florida para equilibrar la balanza. Según el promedio de Real Clear Politics, Biden saca una ventaja en intención de voto en Florida de 3,7 por ciento, aún dentro del margen de error, pero mayor que lo que se veía semanas atrás.
Los datos oficiales del departamento de elecciones de Florida indican que hasta el momento, han votado a través de boletas por correo 850.000 demócratas, casi el doble que los 488.000 republicanos. También han depositado sus boletas 313.000 independientes. La ventaja es clara a favor de los demócratas, pero hay distintos alicientes a la hora de analizar el progreso de la votación.
En este estado aún no comenzó la votación anticipada en persona y, dada la cantidad de veces que el Presidente Trump criticó el sistema de voto por correo masivo, se espera que la mayor parte de los republicanos se acerquen en persona a las urnas a votar. Ese concepto se extrapola a nivel nacional, donde más de 10 millones de personas han votado hasta el momento cuando todavía faltan 3 semanas para el día de las elecciones.