Banderilla, Ver.-  Harry Ángel se quedó sin el sentido de la vista desde recién nacido, ha sido cuidado y alimentado por su vecina “Doña Inés” en los últimos cuatro años, pero el paso del tiempo ha mermado la economía y la salud de la mujer mayor de 65 años, y su preocupación es que si ella enferma o pierde la vida, quién se hará cargo del joven.

Harry Ángel tenía a su mamá y su papá que lo cuidaban de niño, le ponían lentes oscuros para evitar las murmuraciones de las personas, porque carece de los dos globos oculares, y era llevado a una escuela especial para personas con discapacidades en la colonia Revolución.

Hasta los 32 años, Harry Ángel tuvo comida, agua, vestido, atención y cariño por parte de su familia, sin embargo el destino le tenía preparada una carencia más, la pérdida de sus progenitores.

El ahora joven con 38 años de edad, perdió a su mamá y a su padre hace seis años, se quedó huérfano, y sólo le quedó una hermana de nombre Mónica, pero a causa de una serie de problemas entre los que se cuentan pérdidas económicas y familiares, ella no se puede hacer responsable de Harry Ángel.

Un día del año 2016, sin haber probado alimento y agua por varias semanas, Harry Ángel se agachó al piso, gateó como si fuera un bebé, puso sus manos en las paredes para guiarse y salir de su casa, tenía hambre y su instinto de supervivencia le obligó a salir de la casa donde vive sólo.

El joven en ese tiempo con edad de 34 años, encontró bolsas con basura, las abrió y empezó a comer con desesperación las sobras de alimentos que otras familias habían dejado, y ahí fue cuando lo vio “Doña Inés”, la mujer que lo ha alimentado y cuidado en los últimos cuatro años.

En días de lluvia, frío, sol, calor, algunas veces con abundancia y otros con precariedades, Doña Inés acude a diario a la casa de Harry Ángel para llevarle de comer, para estar con él un rato, y que el joven no muera de inanición.

Pese a los cuidados de Doña Inés, Harry Ángel ha disminuido gran cantidad de peso, al no hacer ejercicio está imposibilitado para alzar sus brazos, y no se puede bañar sólo, tampoco habla, pero si escucha y camina.

La mujer con edad superior a los 65 años y con problemas en su columna y cadera, no puede cargar a Harry Ángel, así que su hermana Mónica, cuando acude, lo bañan entre las dos, pero después cada una se marcha a sus actividades diarias, y él se vuelve a quedar sólo hasta el otro día.

“Su mamá y su papá trabajaban y lo cuidaban, lo llevaban a una escuela, de ahí lo volví a ver cuando lo encontré buscando comida entre la basura, no podía caminar de la debilidad, se arrastraba como patito, no tenía nada de fuerzas. La gente dice que él es pesado, pero no, conmigo no es grosero, él si me hace caso”

Cuando Doña Inés decide apoyar a Harry Ángel con domicilio en la calle privada Fortino Cabañas número 23, colonia Salvador Díaz Mirón en el municipio de Banderilla, al principio también apoyaba una tía de él, pero después se marcho al puerto de Veracruz y nunca más volvieron a saber de la familia.

“Empecé a tocar puertas, y conseguí a cuatro personas que me ayudarán a darle de comer, pero todos se fueron muriendo o cansando y ya no ayudan, luego una tía le daba de comer una vez a la semana, pero se fue a Veracruz y ya no regresó, a mi me dejó una llave de la casa, y fui al ayuntamiento de Banderilla a levantar un papel y decirles qué estaba pasando, para evitar malos entendidos”, explicó.

Mónica, de apenas 16 años en medio de la depresión por la pérdida del papá y la mamá se fue a México, y al ser una adolescente no pudo hacerse cargo de su hermano Harry Ángel.

Ahora, Harry Ángel Aguilar García está prácticamente solo en una casa, donde no hay energía eléctrica, porque la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cortó el suministro, dado que se deben alrededor de tres mil 500 pesos, y sin que algún familiar se pueda hacer cargo de él.

La mujer que le da de comer a diario, Inés Cruz Silvestre pidió ayuda al Sistema DIF estatal, al DIF municipal de Banderilla, al gobierno de Veracruz, al ayuntamiento local, a la secretaría de Bienestar federal, al Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM) para que le ayuden, porque teme dejar al desamparo al joven, y ofreció su número de teléfono celular 2281514708, por si alguna autoridad tiene la voluntad de apoyar

“Yo no trabajo, porque estoy enferma de mi columna, lo que le doy a Ángel es lo que me da mi familia, yo le hago una sopa y le pongo tortillas despicadas, le pongo su agua, un plátano y eso come, pero y si yo falto, y si un día no puedo caminar para venir a verlo, porque cada día me duele más mi columna, entonces quién va a cuidar a Ángel, por favor se necesita que alguien lo ayude y se haga cargo de él” finalizó Doña Inés.

AVC/Verónica Huerta

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