Andrés Manuel López Obrador fue contundente: “En mi caso, a la primera manifestación de 100.000 y que yo vea que en las encuestas ya no tengo apoyo, a Palenque, Chiapas, ni siquiera espero la revocación del mandato, ahí nos vemos, porque tengo principios, porque tengo ideales”.
Estas palabras fueron pronunciadas por el Presidente luego de ser cuestionado por la represión a manifestantes el lunes, durante la marcha a favor de la legalización del aborto en la capital del país. El mandatario se cuestionó: “¿Cómo se cae o se derrumban los Gobiernos autoritarios?”, e inmediatamente lanzó el reto de reunir 100.000 personas en una protesta para pedir su renuncia.
“La mayoría de la gente está contenta, está satisfecha con el Gobierno, desde luego hay una minoría que está inconforme y eso es legítimo, porque aspiramos a vivir en una democracia no en una dictadura”, dijo el mandatario en su conferencia matutina del martes.
Sin embargo, en otra arena, el mundo digital, una petición para pedir la renuncia del presidente ya rebasa incluso las 450.000 firmas.
Hace más de tres meses circula en la plataforma Change.org una petición electrónica en la que los signantes piden votar para que “AMLO sea destituido a la brevedad” ante “los cada vez más recurrentes pensamientos confusos del presidente y evidenciando él mismo su enfermedad mental”.
La petición señala que las constantes comparaciones que ha hecho López Obrador con el ex presidente Benito Juárez, una figura por la que siempre ha hecho pública su admiración, son muestra de su incapacidad para mantenerse al frente del Gobierno.
“El mejor presidente de México de todos los tiempos, Benito Juárez, ese es mi punto de vista”, dijo en una ocasión el 22 de marzo de 2018 durante una entrevista en Milenio Televisión, cuando aún era precandidato a la silla presidencial.
Entonces prometió disminuir la violencia entre un 30 y un 50%, y dijo que no quería pasar a la historia como un mal presidente, sino como uno similar a Benito Juárez, y aseguró que el movimiento que estaba impulsando, la Cuarta Transformación, era el más importante en el mundo por el número de personas que estaban involucradas.
“Quiero pasar a la historia como Juárez, como el apóstol de la democracia, Francisco I. Madero”, dijo en aquella ocasión.
“Los invitamos a votar para que AMLO sea destituido a la brevedad, pues es imposible que una persona que sufre, evidentemente, de sus facultades mentales gobierne un país”, señala la petición que hasta ahora ha sido firmada por más de 453.000 personas.
Algunos de los comentarios de los firmantes son que “por el bien del país, urge atender esta solicitud», y que «los hechos y los dichos respaldan sobradamente la razón de la misma”.
“Comparto la idea de que AMLO no tiene las facultades mentales ni de salud para gobernar durante su período 2018-2024, tiene que ser destituido y convocar a un período de elecciones”, señaló otro.
“Firmo porque es un ignorante y no tiene idea de nada, roban igual o peor, vienen más hambreado, y le da más dinero a gente floja que no hace nada, que no aporta nada a la ciencia; y la mayoría de la gente que paga impuestos ya se cansó de tanta estupidez e inconciencia de él y de su gabinete sin educación ni principios básicos”, opinó una más de las firmantes.
Aunque los firmantes argumentan razones de salud para pedir la renuncia del mandatario, en México no es posible saber las afecciones del Presidente, ya que se considera un tema de seguridad nacional.
Sin embargo, se sabe que en diciembre de 2013, AMLO sufrió un ataque cardíaco que lo mantuvo en reposo durante semanas.
A los grupos que piden la salida del presidente se sumaron en las últimas semanas los integrantes del Frente Nacional Anti AMLO (FRENAAA), quienes han realizado una serie de plantones y protestas en al menos 22 estados de la República, principalmente en la capital del país.
El líder del movimiento, Gilberto Lozano, que no busca derrocar a López Obrador sino que, con apego al Estado de derecho, esperan ejercer la presión suficiente para que el político tabasqueño, en diciembre de este año, dimita de su cargo y se forme un gobierno interino que de pie a que en junio de 2021 se realicen nuevas elecciones.
Recalcó que esto no se trata de un derrocamiento, sino de una solicitud de renuncia basada en el Artículo 8 de la Carta Magna, el cual precisa que “los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que ésta se formule por escrito, de manera pacífica y respetuosa; pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciudadanos de la República”.
En los regímenes presidencialistas, existen dos vías constitucionales por las cuales es posible destituir al presidente: la primera es el famoso impeachment o juicio político y la segunda es la revocación de mandato. El juicio político es “un mecanismo para fincar responsabilidad política y sancionar con destitución y/o inhabilitación a funcionarios o servidores públicos de alto nivel que […] han incurrido en arbitrariedad o abuso o acceso de poder”[2]. En otras palabras, el juicio político es una vía para sancionar a servidores públicos que trastoquen su verdadera función, ésta manera de destitución no recae en manos de la ciudadanía. Por otra parte, la revocación de mandato es “el procedimiento mediante el cual los ciudadanos pueden destituir mediante una votación a un funcionario público antes de que expire el periodo para el cual fue elegido”[3]. Es decir, la revocación de mandato es una vía de destitución en la cual la ciudadanía mediante el voto elige si un funcionario continúa o no en su cargo público.
Ahora bien, en México es inexistente cualquiera de las dos anteriores vías. El artículo 110 constitucional establece quienes pueden ser sujetos de juicio político, como son: los senadores y diputados del congreso de la unión, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Secretarios de Despacho, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, el Fiscal General de la República, los magistrados del Tribunal Electoral, los Gobernadores de los Estados, Diputados Locales, Magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia Locales, entre otros servidores públicos[4]. Como se puede leer, el presidente de la República no está incluido en los sujetos con responsabilidad política en México, tal omisión es una cerradura a un sistema de pesos y contrapesos para poder destituir el mandato del presidente cuando este sea inefectivo o corrupto.
Si no existe la revocación de mandato o el juicio político para el presidente, entonces, ¿cuáles son los caminos institucionales para que algún presidente sea destituido de su mandato o enjuiciado políticamente? Para responder hay que recurrir al párrafo segundo del artículo 108 de la Constitución: “El presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común.”[5] Los términos de traición a la patria y delitos al orden común son demasiados ambiguos y complejos de entender, en consecuencia, se explicará cada situación. El artículo 123 del código penal federal establece como traición a la patria cuando una persona realiza actos contra la independencia, soberanía o integridad de la nación mexicana, forme parte de grupos armados dirigidos o asesorados por extranjeros, entre otros[6]. Al tener claro lo que es la traición a la patria, no es difícil concluir que es muy complicado hacer operables en términos institucionales conceptos tan abstractos y elásticos en contra de un presidente. Los delitos graves del orden común son sumamente ambiguos, peligrosos y abiertos a la interpretación ya que no existe como tal un órgano determinado que estipule cuáles son estos. De lo anterior, es posible argüir que no existe un criterio que fije con claridad, exactitud y precisión el significado de lo que significa un delito grave al orden común.
Ya se ha explicado las maneras constitucionales para destituir al ejecutivo en regímenes presidencialistas y las maneras que existen para poder destituir al presidente actualmente en México. En los siguientes párrafos se hará un análisis constitucional de otros sistemas presidencialistas, acerca de los métodos establecidos en sus constituciones para poder destituir al presidente.
En pocas palabras su petición no serviría de nada en este país, la petición es lo equivalente a la utilidad de la cartilla militar (ninguna).
Referente al «AMLO pide 100.000 personas en un mitin para renunciar, pero en redes ya hay 453.000 firmas para que deje el poder»
Cuántas firmas a favor???