El biólogo y divulgador de la ciencia, José Morales Trejo, dictó la charla inaugural del segundo periodo del programa “Tardes de Ciencia”, intitulada “Conflictos vecinales: una historia con hormigas león”.
28/09/2020, Xalapa, Ver.- José Morales Trejo, biólogo y divulgador de la ciencia, dijo que la falta de espacio para vivir origina conflictos no sólo entre los humanos, también en los demás seres vivos, como por ejemplo en las hormigas león.
El integrante de la asociación Join the Nod dictó la plática “Conflictos vecinales: una historia con hormigas león”, con la que se inauguró el segundo periodo del programa “Tardes de Ciencia”, el pasado 22 de septiembre, a través de la plataforma digital Cisco Webex y transmisión simultánea en la página de Facebook Sábados en la Ciencia.
Ángel Trigos Landa, titular de la Dirección General de Investigaciones de la Universidad Veracruzana, dio la bienvenida al segundo periodo de dicho programa que se realiza en conjunto con la Academia Mexicana de Ciencias, el cual concluirá el 1 de diciembre.
José Morales mencionó que vivir en un vecindario representa un desafío para las personas, porque se tiene que aprender a lidiar con los gustos y costumbres de los demás; esto mismo sucede en naturaleza.
“Los seres vivos están en interacciones continuas todo el tiempo, así que los conflictos pueden originarse por los recursos que pueden ser esenciales para ellos, ya sea el alimento y/o un lugar para existir.”
Las hormigas león son insectos curiosos, y aunque tienen unas impresionantes mandíbulas no muerden, por el contrario, son muy huidizas. En su etapa de larvas necesitan alimentarse lo suficiente para poder llegar a la adultez y reproducirse, por ello construyen trampas cónicas en sustratos arenosos o de tierra muy fina.
El insecto se coloca en la parte inferior de la trampa para atrapar a las presas, que generalmente son hormigas, probablemente de ahí venga su nombre; también son conocidos como toches o tochitos, pero su nombre correcto sería “león de las hormigas” por la emboscada que construye.
Sus trampas, explicó, tienen forma de embudo, siempre deben estar en óptimas condiciones y no puede existir ningún movimiento, para estar lista a la espera de su presa. Sin embargo, esta tranquilidad se rompe cuando tienen como vecinos a otras hormigas león.
“Estos insectos pueden durar tres meses sin comer, siempre y cuando cuenten con el espacio para colocar sus trampas, y es aquí donde puede surgir el conflicto vecinal.”
Para conocer más sobre este conflicto entre las hormigas león se realizó un experimento en laboratorio: en pequeñas charolas conformaron grupos de hasta 32 insectos y encontraron que cuando hay una gran densidad había un conflicto por el espacio, lo que derivó en diferentes comportamientos, entre ellos el canibalismo; otras más se quedaron inactivas, y algunas entraron a la pupa para pasar a la adultez.
Por último, dijo que se requiere realizar más investigación sobre las hormigas león, por lo que aún no se ha podido determinar con certeza su función ecológica, “los animales con poca información de su rol ecológico pueden ser igual de fascinantes que un gran jaguar”.