Prefacio.
La Secretaría de Salud informó la tarde de este lunes que ya son 76 mil 603 las personas fallecidas por el Covid-19 en México. Además, los casos de contagio confirmados ascendieron a 733 mil 717. *** José Luis Alomía, director de Epidemiología, informó que los casos sospechosos con posibilidad de que den positivo al Covid-19 aumentaron a 30 mil 769. La hipertensión, la obesidad y la diabetes continúan siendo, respectivamente, los primeros tres padecimientos asociados a los decesos por coronavirus. *** Todas las entidades del país cuentan, hasta el momento, con disponibilidad en camas tanto de hospitalización general como con ventilador. Los casos confirmados en el mundo son treinta y tres millones 247 mil 206, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins. *** Mientras tanto, en Veracruz, los casos confirmados de Covid-19 suman ya 32 mil 951, con los 148 nuevos pacientes registrados en las últimas 24 horas. Los fallecidos en la entidad por este coronavirus son ya cuatro mil 290, con los cuatro nuevos decesos registrados este día.
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César Hernández González, especialista en derecho electoral, democracia y derechos humanos, escribía hace año y medio en la revista Nexos:
“Si bien la inclusión de partidos políticos nuevos es sinónimo de una ampliación a la pluralidad de ideas, expresiones, valores, doctrinas o creencias, en el imaginario colectivo estos son percibidos como una extensión de las fuerzas políticas en activo; es decir, son justipreciados negativamente, gracias a condicionamientos derivados de percepciones peyorativas de otros institutos políticos (representan intereses particulares, no solucionan problemas, crean conflictos, fomentan la corrupción, viven del erario, desarrollan el clientelismo, no acatan las leyes, entre otros). Estas percepciones influyen en que las connotaciones negativas sobre los nuevos partidos permanezcan vigentes, materializándose, en la pérdida de confianza, el desencanto y el descrédito”.
La tarde de este lunes, en compañía de un selecto grupo de periodistas, tuve la oportunidad de conocer más a detalle la visión de quienes dirigen el nuevo partido político estatal, denominado “Todos por Veracruz” que encabezan Jesús Vázquez González como Presidente, y Yolanda Gutiérrez Carlín como Secretaria General.
Y, en efecto, “Todos por Veracruz” nació estigmatizado. Apenas habían anunciado su interés por conformarse como partido político, cuando los analistas de café le pusieron nombre y apellido a su “padrino”, a “la mano que mece la cuna”, al “dueño de la franquicia”.
Y así como todos asumieron que “Redes Sociales Progresistas” era el partido de Elba Esther Gordillo; así como algunos atribuyeron a Pepe Yunes la paternidad de “Podemos”, en el caso de “Todos por Veracruz”, son muchos los que dan por un hecho que atrás de su dirigencia formal está la mano del diputado federal por el PRI, Héctor Yunes Landa.
Ellos -Jesús y Yolanda- por supuesto, lo niegan y ponen en la mesa, como testimonio de su independencia, su trayectoria tanto en el ámbito político como profesional. “Hemos caminado demasiado, hemos luchado durante décadas por mejorar las condiciones de Veracruz, como para que ahora sugieran que no somos capaces de crear e impulsar nuestro propio proyecto”, alega Jesús Vázquez.
En su análisis sobre la importancia de los nuevos partidos políticos, César Hernández apunta datos duros que reflejan la pérdida de credibilidad de esas organizaciones:
“En el Informe sobre la Ciudadanía en México: ¿Cuál Ciudadanía? (INE, 2015) se advierte que casi 4 de cada 10 encuestados mencionó que lo que más le molesta es que los partidos no cumplan sus promesas, mientras que uno de cada 4 dijo que son corruptos… el 14% mencionó que a los partidos no les interesan los problemas de la gente… los ciudadanos reconocen a los partidos como grupos con intereses particulares que se movilizan principalmente en temporadas electorales y por ello muchas veces carecen de un sentido ciudadano ‘genuino’; es decir, no buscan el interés general y sus apoyos son coyunturales”.
¿Qué puede ofrecer, entonces, un nuevo partido político?
Jesús Vázquez lo mencionó apenas llegando a la reunión y fue un término que no se volvió a escuchar en toda la tarde, pero que por su significado, trasciende a cualquier especulación sobre sus orígenes y objetivos:
Decencia.
Una sola palabra que engloba casi la totalidad del reclamo ciudadano a las viejas estructuras políticas que aún se disputan los espacios de decisión en el estado y en el país.
Un partido político que, por encima de ideologías o tendencias políticas, se comprometa a actuar con decencia, habrá ganado muchas voluntades deseosas de que las cosas cambien en nuestro entorno.
César Hernández concluye su visión sobre los nuevos partidos políticos:
“Guste o no guste, la sociedad debe de dar una oportunidad a los nuevos partidos políticos para demostrar su valor como agente de cambio de los regímenes democráticos, ya que son la principal vía para que las personas y los grupos sociales se integren a la vida pública para incidir, directa o indirectamente, en la formación de la voluntad colectiva. Para ello, se requiere que las personas eliminen los perjuicios en torno a los nuevos partidos políticos y se involucran en su andamiaje para conocer sus propuestas, ideologías y principios”.
Ese es el examen que habrán de enfrentar las nuevas fuerzas políticas de Veracruz el próximo año.
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Epílogo.
El secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, anunció que recorrerá todo el estado, dialogará con 199 presidentes municipales, para convencerlos de que se sumen a una gestión colectiva para reestructurar la deuda originada por la bursatilización del impuesto a la tenencia vehicular. *** Ese peregrinar nos recuerda uno parecido, en el 2008. Javier Duarte, en ese entonces subsecretario de Administración y Finanzas de Veracruz, caminó por toda la entidad para convencer a los alcaldes de que participaran en el proceso de bursatilización. *** Ya desde ese entonces se hablaba de que ese recorrido tenía otro objetivo: darse a conocer a los veracruzanos, para estar en condiciones de competir por la gubernatura dos años después. ¿Moverá a Lima Franco esa misma ambición? *** La mañana de este lunes en su conferencia de prensa, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se tomó buena parte del tiempo para repasar los cien compromisos hechos al inicio de su mandato. Aseguró que prácticamente ha cumplido con todos ellos, salvo algunos que “están en proceso”. *** Dos de esos compromisos llamaron mi atención. El primero: “Ningún funcionario sin causa de emergencia podrá ordenar cerrar calles. El presidente no cierra las calles, yo voy, cuando me tengo que trasladar a algún lugar y no se cierran las calles, a veces ni se entera la gente, tengo ahí junto a mí a automovilistas que voltean a ver y estoy ahí”. Los xalapeños somos testigos de que eso es una soberana mentira. Durante su participación en un evento realizado en el Museo Interactivo de Xalapa (MIX) el pasado sábado, un tramo de la avenida Rafal Murillo Vidal se mantuvo varias horas cerrado a la circulación, desde antes de su llegada, hasta que se marchó y que sus invitados se retiraron. *** El segundo: “No habrá inspectores en vía pública. Ya se publicó la Ley de Confianza Ciudadana. Aquí aprovecho para decirle a Graciela nada más que se cuide su aplicación, es decir, que cumplamos para que no haya inspectores de vía pública que se dedican a extorsionar a quienes tienen negocios”. Una vez más Xalapa. Al parecer eso no le fue informado al alcalde –postulado por Morena- Hipólito Rodríguez, pues sus inspectores son el mayor obstáculo para los comerciantes.
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