Como muchas de las grandes invenciones de la humanidad, la Penicilina fue un accidente. Alexander Fleming, en 1928, descubrió el primer antibiótico conocido en el planeta. Lo hizo cuando un moho conocido como Penicillium comenzó a crecer de manera accidental. Fue en un plato que dejó cerca de su ventana, este se contaminó con el moho. Y una bacteria de estafilococos que había dejado cultivando murió. Este es el resumen, muy generalizado, sobre el descubrimiento de la Penicilina.

De inmediato Fleming y otros científicos comenzaron a emular este mismo proceso. La intención siempre fue la creación del antibiótico que hoy encontramos en cualquier farmacia. Sin embargo, con el pasar de los años, los científicos comenzaron a realizar este mismo proceso. Pero sin los mismos componentes. Entonces encontraron que, aunque efectiva, la cepa de esta Penicilina es un tanto distinta.

Científicos del Imperial College de Londres y la Universidad de Oxford, al notar estas diferencias, decidieron tomar muestras originales guardadas en las casas de estudios británicas y obtuvieron la cepa original del medicamento. Y no solo eso, también notaron que, después del descubrimiento de Fleming, nadie siguió los pasos del científico inglés. Todos tomaron sus propios caminos para abaratar costos de producción.

La Penicilina original

«Originalmente nos propusimos usar el hongo de Alexander Fleming para algunos experimentos diferentes. Pero nos dimos cuenta, para nuestra sorpresa, de que nadie había secuenciado el genoma de este Penicillium original, a pesar de su importancia histórica para el campo». Palabras que pertenecen al biólogo evolutivo Timothy Barraclough de las dos casas de estudios mencionadas. Y que además fueron reseñadas en el Daily Mail.

Manifiestan que es importante esta investigación ya que en el mundo hay muchos cuerpos que hacen resistencia a la Penicilina. Entonces quizás con la cepa original se podrían eliminar y realizar un medicamento para más personas. La idea es tener una sustancia más amigable para sistemas inmunológicos más débiles.

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