Durante el mes de septiembre los Estados Miembros de Naciones Unidas celebran el periodo de sesiones de la Asamblea General, tradicionalmente esta reunión se desarrolla en el recinto de la organización internacional con sede en New York, sin embargo, en esta ocasión la emergencia sanitaria ha obligado a que los Jefes de Estado y líderes mundiales participen de manera virtual.
En este septuagésimo quinto periodo de sesiones, los discursos se han centrado en los efectos de la pandemia de Covid-19: el desarrollo y distribución de una vacuna, el reto de mejorar los sistemas sanitarios, la reapertura de instituciones educativas, así como en el diseño de estrategias que incentiven la reactivación económica.
En cada una de las sesiones se ha recalcado la urgencia de hacer frente a los desafíos existentes a través de la coordinación y cooperación internacional, pues tal como señaló António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas: “El multilateralismo no es una opción sino una necesidad en nuestra tarea de reconstruir para lograr un mundo más igualitario, más resiliente y sostenible”.
De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, por primera vez en treinta años, la pobreza va en aumento y los indicadores de desarrollo humano a la baja, escenario que nos aleja cada vez más de alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Los citados objetivos forman parte de la Agenda 2030 adoptada formalmente el 25 de septiembre de 2015 durante la septuagésima Asamblea General de Naciones Unidas, con el propósito de lograr mayor prosperidad en los ámbitos: económico, social y ambiental, entre éstos se encuentran: la erradicación de la pobreza y el hambre, el combate al cambio climático, alcanzar una educación de calidad y hacer realidad la igualdad de género.
Lamentablemente a cinco años de su adopción, el panorama actual no es alentador; la pandemia ha empañado los esfuerzos mundiales revertiendo décadas de trabajo y progreso, pero también ha acentuado el compromiso de redoblar esfuerzos para hacer realidad las metas planteadas.
La celebración de esta Asamblea General coincide con el aniversario número 25 de la Cuarta Conferencia sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, de la cual se deriva un importante programa de acción en pro del empoderamiento femenino y de la lucha mundial por la igualdad de género, sin embargo, los resultados no han sido del todo exitosos, de acuerdo con Naciones Unidas al ritmo actual el mundo tardaría 99.5 años en alcanzar la equidad.
Durante este 75° aniversario de las Naciones Unidas, los debates se han tornado más interesantes que nunca, pues actualmente la humanidad enfrenta grandes retos; además de la pandemia el Secretario General de la ONU ha advertido cuatro alarmantes problemáticas mundiales: las tensiones geoestratégicas, la crisis climática, la desconfianza mundial y el lado oscuro del mundo digital.
Aunado a los problemas señalados, las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y China han incrementado en los últimos meses, poniendo en riesgo las estrategias de cooperación y fraternidad internacional frente a la pandemia,
Las fragilidades globales han quedado demostradas este 2020; el mundo tiene un importante desafío: superar el Covid-19 y sus consecuencias, además de prevenir situaciones similares y redoblar esfuerzos para alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible plasmados en la Agenda 2030.
La pandemia nos ha dejado innumerables lecciones, las cuales deben prepararnos para hacer frente a los desafíos venideros y encaminar a la comunidad internacional a reforzar la cooperación y el multilateralismo para la construcción de un mundo más pacífico, inclusivo y sostenible.