La reunión de James Quincy, CEO de Coca-Cola, y el presidente Andrés Manuel López Obrador se realizó el pasado 21 de septiembre.
La reunión de James Quincy, CEO de Coca-Cola, y el presidente Andrés Manuel López Obrador este dio un mensaje positivo para los accionistas luego de las fuertes críticas por parte de las autoridades mexicanas contra la industria refresquera y por una serie de legislaciones para limitar su consumo en el país, señalaron analistas del sector.
“La lectura fue positiva con el gobierno porque los temas estaban siendo bastante duros y están generando bastante riesgo para los inversionistas; por ejemplo, la propuesta de subirle los impuestos a los refrescos (de 5 pesos por litro a 1.2 pesos), además de las medidas de prohibición de venta a de alimentos chatarra y bebidas calóricas a menores en Oaxaca y Tabasco, y la imposición de los sellos negros de advertencia”, dijo en entrevista Marisol Huerta, analista de consumo de Ve por Más.
Hoy James Quincey, CEO de @CocaColaCo, se reunió con el Presidente @lopezobrador_ para reiterar nuestro compromiso con #México y presentar los planes con los que apoyaremos a miles de mexicanos: pic.twitter.com/pthMoBZNRd
— Industria Mexicana de Coca-Cola (@SomosCocaCola) September 21, 2020
La reunión se realizó a unas semanas de que Coca-Cola Femsa promovió un juicio de amparo en contra de la reforma a la Norma Oficial Mexicana NOM-051, que introdujo un nuevo sistema de etiquetado para productos a la venta en México.
“Se podría estar hablando de que las dos partes se sintieron ganadoras, Coca-Cola con la expectativa de que fueran a caer sus ventas tranquilizó a accionistas, empresas, productores y embotelladoras de que ya habló con la cabeza del asunto y quedó en un acuerdo; y por otro lado, la cabeza del Gobierno Federal se siente contento, él trata de ganar este tipo de negociaciones donde quiere verse beneficiado”, señaló Julián Fernández, analista de Bursamétrica.
Ese mismo lunes la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA) acusó al gobierno mexicano de “satanizar” el azúcar con el nuevo etiquetado de alimentos, restricciones a la comida chatarra y ciertas afirmaciones que lo responsabilizan de la mortalidad por Covid-19.
Los “ataques” del gobierno arriesgan a la agroindustria del azúcar de caña que en México genera 500,000 empleos directos y 2.7 millones de indirectos en 267 municipios rurales de 15 estados, aseguró Juan Cortina, presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA).