Para recordar el décimo aniversario de la presencia del huracán “Karl”, una de las peores catástrofes por un fenómeno natural que se ha vivido en Veracruz, ayer de forma por demás sorpresiva se empezó a gestar frente a las playas del norte del estado una depresión tropical, con muy altas posibilidades que se convirtiera en un nuevo huracán en las próximas horas.

Aunque nuestro estado es paso natural de huracanes –afortunadamente la mayoría siguen una ruta que los lleva a las costas de Estados Unidos antes que ingresar al Golfo de México-, no es común que estos se formen frente a nuestro litoral. Generalmente vienen precedidos de una larga ruta desde el Caribe, que suele atravesar la península de Yucatán. Hoy se le ocurrió formarse en nuestras narices.

La información generada hasta la noche de este jueves, indicaba que la depresión tropical 90L estacionada frente a las costas de Tuxpan –no tienen nombre hasta que formalmente adquiere la categoría de huracán-, tiene el 90 por ciento para desarrollarse a ciclón tropical en las próximas 48 horas. Aunque errático en su trayectoria, de evolucionar la depresión tropical y convertirse en ciclón podría tocar tierra en el norte de la entidad.

Sin embargo, aún si no llega a la categoría de huracán, los estragos ya se resienten en una buena parte del territorio veracruzano. Los últimos días ha descargado mucha lluvia y este viernes se prevé una gran acumulación de precipitaciones entre los estados de Veracruz y Puebla, justo donde se gestan las tragedias que alcanzan la región de Costa Esmeralda.

En el municipio de Ixtaczoquitlán ya se registraron deslaves impresionantes y cortes de carretera que han afectado a más de 30 mil habitantes; la cabecera municipal de Tequila, en la sierra de Zongolica, está incomunicada por los derrumbes y el reblandecimiento de las laderas de los cerros. Incluso, la afamada cascada de Texolo corre un eventual riesgo de deslave por la fractura de sus estructuras, principalmente sobre la base del mirador. Hasta ahora, por fortuna, no hay víctimas que lamentar.

En Xalapa y otros municipios la situación es preocupante. Las colonias de la capital ya sufren deslaves e inundaciones y algunos puentes que comunican colonias están por colapsar. Otra vez hay miles de familias asentadas en terrenos irregulares y las faldas de los cerros que corren grave peligro.

Según la Conagua, este jueves se registraron lluvias torrenciales en las cuencas de los ríos Tecolutla, Nautla y Misantla, todos ellos de respuesta rápida y testigos de muchas catástrofes. La acumulación de lluvia podría alcanzar registros históricos además de que a partir de hoy y hasta próximo lunes persistirán las precipitaciones, particularmente en el centro del Estado.

Hace diez años, el último huracán que nos impactó con la fuerza de categoría tres, provocó la muerte de al menos 22 personas y daños materiales por miles de millones de pesos que tardaron muchos años en recuperarse. Las secuelas de aquélla tragedia todavía se observan en municipios como Puente Nacional y La Antigua, donde comunidades cercanas a Cardel prácticamente desaparecieron.

Durante dos días, el 70 por ciento del territorio veracruzano sufrió daños por “Karl”. Más de medio millón de personas se vieron afectadas, muchas de las cuales perdieron su casa por completo. El huracán que tocó tierra precisamente un 17 de septiembre, «destrozó puentes, caminos, escuelas y miles de viviendas. Las lluvias y los escurrimientos provocados por el paso del huracán desbordaron siete ríos de la zona costera del estado.

Todo esto viene a cuento porque “Karl” trazó una larga ruta desde el Caribe, atravesó la península de Yucatán y días después ingresó a tierra a escasos kilómetros del puerto de Veracruz, lo que permitió tomar las previsiones necesarias tanto del gobierno federal como en el estado. Esta vez podría ser muy diferente.

Hasta la noche de este jueves, a pesar de las noticias de lluvias intensas y deslaves, nada de sabía de que el gobierno veracruzano empezara a tomar medidas ante el riesgo de la formación del huracán y las lluvias que provocará en las próximas horas. Durante la mañana, el Gobernador estuvo en el municipio de Pueblo Viejo para encabezar la Mesa de Seguridad y encabezar la instalación del Consejo de Economía Regional de los municipios de la huasteca alta. De la emergencia meteorológica, nada.

Veracruz es en este momento un estado en emergencia sanitaria y económica; un huracán nos tomaría sin un plan de emergencia, sin dinero para la atención de daños y menos aún, para la reconstrucción.

Este año, el Presupuesto para el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) es el más bajo en los últimos diez años (2010), justo desde la presencia de “Karl”. Con apenas tres mil 353 millones de pesos, registró una baja del 11 por ciento respecto al año anterior, a la espera incluso de la desaparición del Fideicomiso que lo alimenta.

Por el bien de todos, ojalá y quede en un mal augurio. 

Las del estribo…

  1. La conmemoración por el 210 aniversario del inicio de la lucha independentista que encabezó el Presidente Andrés Manuel López Obrador la noche del pasado 15 de septiembre tuvo un costo de 7 millones de pesos. La última celebración de Peña Nieto, en medio de los excesos de una burocracia burguesa, la parafernalia, el banquete gourmet a cientos de invitados y la verbena popular, costó 9.5 millones de pesos. Curioso que la abstinencia nos salga más cara que la borrachera.
  2. En respuesta a las cortesías y el agradecimiento del Presidente López Obrador, Donald Trump ha vuelto a poner a México en la lista de países indeseables por productores y rutas para el tráfico de drogas. La airada respuesta de nuestro gobierno fue un “amor y paz”. Por eso desaparecen los programas de apoyo a migrantes y aumenta el presupuesto para el control del flujo migratorio.