A las 23:10 de la noche, el gobernador Cuitláhuac García salió al balcón de Palacio de Gobierno a dar el Grito de independencia en el 210 aniversario.
En un hecho histórico por la pandemia del Covid-19, la Plaza Lerdo lució solitaria solo con medios de comunicación y el tradicional grito se trasmitió virtualmente.
Xalapa, Ver.- En las colonias de la ciudad, en las casas, en los hogares, las familias si gritaron a todo pulmón ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva Veracruz!; las personas miraron el televisor, los teléfonos celulares, siguieron en sus pantallas el momento en que habría de salir al balcón de palacio de gobierno, el Primer Mandatario, Cuitláhuac García Jiménez.
Por unos segundos, el pueblo veracruzano, el xalapeño se unió en una sola voz, en un “Viva México”, tras vivir en confinamiento en casa desde hace cinco meses a causa de la pandemia del coronavirus, que los obligó a abandonar actividades cotidianas, normales, diarias.
Todo lo contrario ocurría en el centro de la ciudad, ahí no había bullicio, ni gritos, ni algarabía, ni música, y ni familias, sólo, se encontraban los representantes de los medios de comunicación, los empleados y empleadas de palacio de gobierno, y los cientos de policías de la secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal; los de la Guardia Nacional; los de la secretaría de Marina y Armada de México (Semar) y los de la secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Es la noche del 15 de septiembre del 2020, diferente y fría a todas las demás, que se han festejado desde los tiempos del expresidente Porfirio Díaz en 1884 quién ordenó celebrar cada año esta fecha, en que México con una batalla logró la independencia del yugo del reino español.
En el presente, la plaza Sebastián Lerdo, el parque Benito Juárez, las calles Xalapeños Ilustres, Enríquez, Rafael Lucio, Clavijero, Juárez, Revolución, Primo Verdad, Leandro Valle, Ignacio Zaragoza, Ávila Camacho e Ignacio Allende, todo ese espacio que abarca alrededor de medio kilómetro a la redonda de palacio gobierno, se escuchaba silencio, apenas uno que otro murmullo.
Un panorama desolador, por no ver a las familias congregadas en el primer cuadro de la ciudad, como lo han hecho por años para celebrar el grito de la Independencia de México en el centro de la ciudad, se animó un poco cuando el gobernador de Veracruz se asomó al balcón del palacio, todo iluminado de los colores verde, blanco y rojo.
El gobernador de Veracruz cumplió con dar el Grito de Dolores, Hidalgo, el que marcó el suceso de aquel 15 de septiembre de 1810, y gritó una y otra vez ¡Viva México!, pero no hubo eco en la plaza Lerdo, apenas unos cuantos funcionarios de gobierno que le respondieron, y la magistrada del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) Sofía Martínez Huerta; y el presidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, que le respondieron.
García Jiménez se retiró del balcón de palacio de gobierno, después de gritar Viva México y de hacer sonar la campana de Dolores durante tres veces.
Un promedio de 50 segundos pasaron, cuando el gobernador del partido Morena, se asomó otra vez al balcón para ver los juegos pirotécnicos y en ese momento sonó el huapango nacionalista de José Pablo Moncayo, y los funcionarios que lo acompañaban comenzaron a aplaudir.
Todo el centro de la ciudad se envolvió con el huapango de Moncayo; sus notas musicales alegraron los corazones desolados por las pérdidas humanas del coronavirus, hicieron vibrar a un México vivo e hicieron olvidar que en Veracruz hay 31 mil 306 casos de coronavirus, y 4 mil 072 personas fallecidas por este mal.
Los fuegos artificiales comenzaron a sonar e iluminar el cielo del centro de la ciudad, y lo mismo ocurría en las colonias Lomas Verdes, Las Torres, y Cerro Colorado, donde la secretaría de Seguridad Pública, la de Protección Civil y el H. Cuerpo de Bomberos de Xalapa se coordinaron para lanzar los cohetes.
Diferente a todos los años anteriores, los veracruzanos y veracruzanos celebraron la noche del 15 de septiembre sin salir a las calles, sin acudir al centro de la ciudad, sin reunirse en salones de fiestas, sin consumir las bebidas espirituosas en los bares, y en cantinas, y sólo con único fin, el de protegerse de un contagio del coronavirus.
AVC/Verónica Huerta