Sin importar el uso que den a sus declaraciones (y si son convincentes o no), Emilio Lozoya cumplió su compromiso para evitar la cárcel y convertirse, (aunque no todavía de manera oficial), en testigo colaborador de la Fiscalía General de la República.

Lozoya dejó de ser prófugo y ahora estira las piernas mientras ve, (con una tranquilidad que no experimentaba desde hace mucho tiempo), la televisión en su cómoda sala. Nunca será lo mismo esconderse y vivir la zozobra por ser capturado, a llevar sus juicios en libertad bajo el visto bueno del que manda en el país.

Lozoya se siente tranquilo a pesar de que su proyección mediática se detuviera por los videos de Pío López Obrador. En realidad, de acuerdo a fuentes cercanas al exdirector de Pemex, los mensajes que EPN hizo llegar a Palacio Nacional exigiendo se detuviera el tema de “Emilito”, no le preocuparon tanto.

“Lozoya sabe que tanto Peña Nieto como Luis Videgaray pueden exhibirlo también. No sólo tienen videos de gente cercana al Presidente recibiendo efectivo, sino del mismo Emilio expresándose peyorativamente del entonces líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Si bien es cierto eso no es delito, pegarían muy bien en lo mediático, y serían valiosos para que la oposición los moviera”, me comentan.

El tema de Lozoya “se detuvo” en la voz del Presidente, sin embargo, en lo jurídico continúa su proceso, y aunque no pase a mayores en ese terreno, (o se quede en un asunto anecdótico), tanto el expresidente ubicado en España, como el exsecretario en un instituto de Estados Unidos, estarán atentos a que no se ventile en exceso el tópico.

“En realidad, a Lozoya le alivió que el Presidente decidiera hacer mutis total sobre su persona y revelaciones, pues sabía que tarde o temprano sus excompañeros habrían de reaccionar, y negociar con los videos que ellos también tienen”, me cuentan fuentes confiables.

Aún así, pase lo que pase, Lozoya ya ganó y cumplió, me dicen en su círculo cercano. “Aunque EPN y algunos de sus exsecretarios se molesten y decidan actuar difundiendo videos o audios, Emilio dejó de ser prófugo, evitó pisar la cárcel, evadió la foto como detenido en uniforme de recluso, y claro, podrá seguir sus juicios en libertad, desde la comodidad de su casa, alejado de una celda”.

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