El Presidente Municipal de Coatepec, Enrique Fernández Peredo, es un personaje que no usa las neuronas, o no tiene. Esto es sabido por todos, posiblemente menos por él. En las telarañas de su mente presume (no piensa) que puede engañar y manipular a su antojo a las personas que le rodean. Fernández Peredo es un caso patológico. Es un hombre con severos traumas, envidias y excesiva ambición por el dinero y el poder. El peor calificativo que alguien pueda tener para un “político” eso es Enrique Fernández Peredo. Para hacer sentir su poder y generar un ambiente de temor en su administración, ha separado de sus cargos a muchas personas con las que tenia deudas de campaña; la factura política la salda con el despido injustificado. Usa a las personas como objeto, poniendo a pelear a sus cuadros, constantemente les inventa chismes y ha convertido al Ayuntamiento en un patio de vecindad. Su obsesión por el poder lo ha llevado a lastimar a los ediles, a corromperlos y a ponerlos a pelear entre ellos creando insidias, grillas baratas que erosionan la vida política de los servidores públicos. Sólo la gente cercana a él, por necesidad de un sueldo, lo soporta. Su conducta es deleznable, su accionar como alcalde está repleto de injusticias y arbitrariedades. Los coatepecanos lo consideran como el peor alcalde que han tenido en toda la historia de ese municipio.