“Aparte de dinero, Duarte le regaló un Ferrari a Peña”. Eso calienta

Para todos los mexicanos, el negocio que fundó con el giro de “partido político” en los noventas el señor Jorge González Torres, denominado Partido Verde Ecologista de México (PVEM), le permitió a toda su familia acumular grandes riquezas sustraídas de los fondos públicos a través de las prerrogativas para los partidos políticos que da el gobierno; luego mediante posiciones que le fueron obsequiando como senadurías, diputaciones federales y locales en todos los estados del país y hasta presidencias municipales. Sin hacer trabajo de base por lo que carecen de piso social que los sostenga, los integrantes de esa pandilla electoral a lo largo de treinta años han sido los privilegiados de los presidentes de la república, para quienes han hecho “trabajos especiales” a cambio de fuertes sumas de dinero.

En su página oficial, los del PVEM dicen haber tenido su origen en “una modesta organización de colonos” en los pedregales de Coyoacán (CDMX) y ésta representó la semilla del “factor de cambio” frente a los 70 años de gobierno de un mismo partido en el poder, el tan repudiado PRI.

En 1991, ondeando la bandera ambientalista, Jorge González Torres se postuló como candidato independiente en las elecciones a la presidencia de la república. Al no contar con los votos suficientes perdió tanto los comicios como el registro de su partido. Sin embargo, para 1993 obtuvo nuevamente su permiso como partido político, adoptando el nombre que continúa vigente hasta hoy día, el cual tiene poco de ecologista, y más que verde ha sido azul y tricolor, pues en las elecciones federales del 2000, el PVEM acordó una alianza con el PAN: la mal llamada Alianza por el Cambio. De estas elecciones resultó ganador Vicente Fox Quesada.

Pero como sabemos, al expresidente le cuesta hacer memoria, y en 2013 se quejó de que los partidos políticos como el Verde y el Partido Nueva Alianza (Panal) fueron manejados como franquicias personales, al igual que los sindicatos.

Al ex mandatario se lo olvidó que llegó a la silla presidencial entre varias cosas también por su coalición con el PVEM y que entonces también era un intercambio de favores. El matrimonio entre el PAN y el Verde no terminó bien, pues fue su amigo, el fundador del Verde, Jorge González quien lo acusó de traicionar su palabra e incumplir compromisos con su partido.

Aunque desde 2006 vendieron su alma al PRI, formando una coalición para impulsar la candidatura de Roberto Madrazo, nunca dejaron de coquetear con el PAN. Así, cuando se dio la estrecha victoria de Felipe Calderón, éste dio a los verdes un espaldarazo al invitarlos a formar una alianza estratégica en las Cámaras que impulsaran la guerra contra el narcotráfico, la bandera de salida de su gobierno.

Al poco tiempo de haber asumido las riendas del país, Felipe Calderón llamó a Los Pinos al entonces dirigente del Verde, Jorge Emilio González, para asegurarse de obtener mediante los partidos pequeños como el PVEM y Nueva Alianza los fondos para su guerra; siempre dispuesto a negociar con el poder, el Verde cedió sus votos en las Cámaras. Entonces también hubo dinero para comprar votos de parte del PAN, y los del PVEM se beneficiaron con cochupos.

Aunque después de su apoyo en 2006 al PRI disminuyó su fuerza política, Calderón no los vio con malos ojos pues se sirvió de ellos como aliados, no obstante, el PVEM no pagó esto con apoyo a Josefina Vázquez Mota, entonces candidata del PAN a la Presidencia; al contrario, fueron ellos los que casi destaparon a Enrique Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México como el posible candidato del PRI, cuando su ex dirigente Jorge Emilio González dijo que era “el hombre más viable”, por representar a las nuevas generaciones. Así se manifestaron por una candidatura de Enrique Peña, fueron sus destapadores vaya.

Una vez en el poder, Peña llamó a sus aliados principales para firmar el llamado Pacto por México, el PVEM acordó no sólo firmarlo sino incluso impulsar 95 reformas legislativas, como si fueran propias.

Entonces, el PVEM endosó a la administración de Peña a sus 28 diputados y siete senadores, el Presidente les mostró su gratitud apoyando a su candidato en Chiapas y nombrando dentro de su gabinete a gente del PVEM como Juan José Guerra Abud a quien puso al frente de la Secretaría del Medio Ambiente.

Pero la alianza más fructífera se acabó. Como cualquier matrimonio el amor se fue por la ventana cuando el dinero se acabó. Así, tras 14 años de alianza, al final del gobierno de Peña, su portavoz Pablo Escudero declaró “la lealtad que debe tener el Partido Verde es con los mexicanos, no con los Partidos Políticos”.

Abandona el barco y hace alianza con Morena

Tras las desastrosas elecciones donde casi pierde el registro, pues su coalición con José Antonio Meade lo llevó a obtener solo 822 mil votos, lo que equivale al 1.80 por ciento de la preferencia, según el INE, estaría por debajo del 3 por ciento requerido para continuar como fuerza política, pero lo salvaron sus resultados en el Senado donde obtuvo más del 4.4 por ciento y en la Cámara de Diputados donde logró el 4.7.

En días recientes sorprendió su movimiento cuando 5 diputados de PVEM se pasaron a las filas de Morena, el cual tendrá mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Según Arturo Escobar Vega, coordinador de la bancada del Verde,  “salió baratísimo porque 16 diputados no representan nada”; de acuerdo a sus informes, este cambio se dio para obtener la construcción de cinco hospitales regionales especializados en oncología infantil, así como 100 plazas para especialistas en dicha área durante cada año del sexenio, además, dijo que con su bancada no hubiesen podido echar a andar estos proyectos. El político del Verde rechazó que sea moneda de cambio por el permiso que obtuvo el ex gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, en el que el Senado le permitió ausentarse del cargo.

Aparecen los chamacos de la Fidelidad y se termina el partido

Todo iba bien para el PVEM con Morena, ya estaban instalados en la alianza, pero el activismo que comenzaron a realizar gentes de Fidel Herrera Beltrán, como Jorge Carvallo, Erick Lagos y el propio hijo del ex gobernador de Veracruz, Javier Herrera Borunda, encendió los focos rojos del morenismo y, antes de que les comieran el mandado les dieron una patada por la espalda y hasta nunca. El pasado 17 de agosto, Carlos Puente, vocero nacional del Partido Verde Ecologista de México, anunció que su partido va solo, que se desprende de Morena y del PT, lo que representa el principio del fin de ese “instituto político”, más bien, fábrica de zánganos convertidos en nuevos ricos, parásitos de la política, vividores del erario.

En las elecciones del año que viene estaremos viendo la ultima participación electoral del Partido Verde Ecologista de México, que no supo aprovechar su permanencia en el poder para crear una base social propia, que usó los cargos que le daban a cambio de su alianza como graciosas prebendas a las que tenían derecho y que se ganó, a pulso, el repudio de todos los mexicanos.

Tenían que aparecer en su escenario un Fidel Herrera y sus chamacos para que desaparecieran…

Reflexión

Como parte de su denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR), el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, reveló que por órdenes del exsecretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, regaló una bolsa Chanel a la columnista Lourdes Mendoza, y el periódico El Financiero presuntamente recibió un crédito de 100 millones de dólares… ¡Que me lo pruebe!, reta la colega.

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