Las televisoras privadas -Azcárraga y Salinas Pliego- impartirán educación. Slim producirá millones de vacunas contra el Covid19; y Hank, Slim y Salinas Pliego construirán una buena parte del Tren Maya.

Ahora reconvertidos en mexicanos ejemplares y solidarios desde la crónica presidencial, la “mafia del poder” -esa entelequia repetida mil veces que se convirtió en una especie de nahual político- está sacando a flote a la Cuarta Transformación.

En realidad, Andrés Manuel López Obrador es un fenómeno social y político fantástico. Llegó a la Presidencia de la República ofreciendo desterrar al viejo PRI cuando en realidad lo trajo de regreso; y endosó a la “mafia del poder” todos los males sociales y económicos del país –entre ellos la corrupción, por supuesto- y ahora les entrega los proyectos más importantes para rescatar a su gobierno.

Lozoya es un tema aparte. De ser la materialización de la corrupción del gobierno de Enrique Peña, culpable del colapso financiero de Pemex y el artífice de una red de tráfico financiero en el que fue capaz de involucrar a su propia madre, ahora es visto como la moderna María Magdalena, la mujer adúltera redimida por el mesías.

El concepto de la «mafia del poder» la acuñó López Obrador desde antes de la elección presidencial de 2012; y ha sido una de las expresiones más poderosas que llevó al tabasqueño a la Presidencia. ¿Quiénes son? ¿A qué se dedican? ¿Qué relación tienen con el mandatario.

El entonces candidato a la Presidencia aseguró cientos de veces que en el país existe una «mafia del poder» integrada por 30 personas, entre ellas: los empresarios Carlos Slim (América Móvil, Telmex), Roberto Hernández (ex Banamex), Claudio X. González (Kimberly-Clark México), y los dueños de Televisa, Emilio Azcárraga Jean y de TV Azteca –emporio en el que también figuran Banco Azteca y Elektra-Ricardo Salinas Pliego. Además, López Obrador ubicó en este grupo a políticos como Carlos Salinas de Gortari, Elba Esther Gordillo, Vicente Fox y al entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto.

«Salinas es el jefe de este grupo. Son 16 multimillonarios. En su mayoría todo lo que tienen se lo deben a Salinas. Antes de Salinas no pintaban y ahora aparecen en la lista de la revista Forbes entre los hombres más ricos del mundo” ha acusado el Presidente hasta el hartazgo, sin que nunca haya presentado denuncia formal contra alguno de ellos. Incluso, hoy tiene acuerdos con la mayoría de ellos.

Con Carlos Slim, el Presidente ha tenido una historia de amor y desamor. Siendo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, acordó con el magnate el rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México. Pero la decisión de cancelar las obras del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México los enfrentó, ya que Slim era uno de los principales participantes en la obra.

«Si es un buen negocio, que lo construya con su dinero”, dijo el entonces candidato. El empresario convocó una multitudinaria rueda de prensa para defender el proyecto y criticar la intención de frenarlo. Ahora, con un gobierno en quiebra, Carlos Slim financiará la producción de la vacuna contra el Covid19, lo que permitirá adelantar casi un año su disponibilidad en México, por lo que López Obrador ha vuelto a envolverlo en elogios.

Emilio Azcárraga (Televisa), también ha sido objeto habitual de las críticas del Presidente durante todas sus campañas electorales. En el pasado, acusó que los dueños de la televisora “avalaron el fraude electoral” de 2006; incluso, a finales de 2008, López Obrador protestó fuera de las instalaciones de la compañía en Chapultepec para pedirle a Azcárraga que le diera espacio al aire en televisión para expresar su defensa del petróleo.

El hoy Presidente acusó a la televisora de ser “la fábrica más grande de producción de mentiras de México”. Sin embargo, ahora esta fábrica será la plataforma para la difusión de los contenidos del sistema educativo en el país. Televisa se sumará a la difusión del programa Aprende en Casa, a través de 16 estaciones, para cubrir las zonas donde no existe cobertura televisiva de los canales oficiales,

Con los políticos señalados ha establecido pactos inconfesables. Respecto a Peña Nieto, López Obrador ha dicho tantas veces como se lo han preguntado, que el Presidente no está bajo investigación, y que será sólo a través de la “voluntad del pueblo” como se decida si es llevado a juicio por corrupción. La versión de un pacto entre ambos siempre ha estado presente.

Ese acuerdo se habría formalizado en plena campaña electoral en una reunión entre López Obrador y Luis Videgaray, previo al segundo debate de los candidatos presidenciales, el 20 de mayo, aseguró en noviembre de 2018 el ex dirigente nacional del PRD Carlos Navarrete. “A eso obedece la ‘transición de terciopelo’ tras las elecciones” declaró a Proceso.

Pero como lo dijo el Presidente, una cosa es lo que se dice en campaña y otra cosa es el ejercicio de gobierno. Esa es la razón de las mañaneras: mantener el discurso de campaña, del candidato López Obrador, para tener el margen político suficiente y traer de regreso al viejo PRI y a la mafia del poder, en medio del aplauso de su feligresía.

¡Un espectáculo sublime!

Las del estribo…

1. La parvada de zopilotes que vuelan sobre el palacio legislativo se van a quedar con las ganas de carroña. Los yerros jurídicos y la incapacidad política de los titulares de la Jucopo y la Mesa Directiva no son motivo suficiente para su remoción. Acaso la sanción sería administrativa por parte de la justicia federal, para lo cual ya han lanzado a los leones a la Subdirectora Jurídica, hoy acusada de usurpación por diputados panistas. A nadie corren por cumplir órdenes como tanto presumieron.

2. Sin pena ni gloria, pero con 135 millones de pesos en las alforjas se marcharon los 585 médicos cubanos que vinieron al país supuestamente para atender a pacientes de Covid19. En efecto, no hay constancia de que su trabajo haya hecho diferencia en la crisis sanitaria que vive el país; si vinieron a tareas de adoctrinamiento, eso lo sabremos muy pronto.