Con toda certeza, este jueves estaremos arribando al medio millón de mexicanos contagiados de Covid19 –de los cuáles han fallecido poco más 54 mil-, lo que echa por tierra todos los buenos augurios oficiales. De hecho, en este momento, México es el país con más muertes por cada millón de habitantes en el mundo, por encima de Brasil y Estados Unidos.

En realidad las estadísticas son relativas, incluso intrascendentes. Hemos pasado del método Centinela –donde debíamos multiplicar primero por 10 y luego por 8.3 el número de contagios oficiales-, hasta la fatídica proyección de elevar por tres la cantidad de decesos, con base en los casos sospechosos, pulmonías atípicas y aquéllos que murieron de Covid sin haberse realizado nunca la prueba. Nadie sabe en realidad cuántos enfermos hay y cuántas personas han muerto por la pandemia.

Lo verdaderamente grave es que llegamos al medio millón de contagios oficiales en medio de la incertidumbre, sin una estrategia sanitaria clara, con una economía colapsada que obliga a la gente a salir a trabajar y con decisiones de gobierno contradictorias como parte de sus disputas políticas. Ni siquiera se ha llegado a un consenso sobre el uso del cubrebocas y las restricciones de movilidad.

Ante la parálisis y la incompetencia, el gobierno sigue utilizando puertas falsas. Sin duda, arribar a medio millón de contagios será un duro golpe mediático para López Obrador quien desde ayer ha lanzado su estrategia para contener la crisis. El canciller Marcelo Ebrard y el Secretario de Salud Jorge Alcocer, anunció que este jueves se dará a conocer que la vacuna que desarrolla la farmacéutica AstraZeneca se producirá en México.

“Mañana daremos a conocer con el Secretario de Salud los acuerdos alcanzados para producir en México y Argentina, con apoyo crucial de la Fundación Carlos Slim, entre 150 y 250 millones de dosis de la vacuna desarrollada por Alestra-Zeneca (sic) para hacer frente al Covid-19”, publicó Marcelo Ebrard en su cuenta de Twitter, en un intento desesperado por hacer un control de daños ante la opinión pública.

Casi de la misma forma que lo hizo el Presidente ruso Vladimir Putin, el gobierno federal intentará hoy generar un clima de confianza para provocar que la gente interprete que el gobierno está haciendo bien las cosas y que la solución a la crisis del Covid ya está por resolverse. Ambos argumentos serían completamente falsos.

En el primer caso es porque no será el gobierno sino la fundación de Carlos Slim –en efecto, el mayor capitalista de este país y uno de los hombres más ricos del mundo a raíz del proceso de privatización salinista-, quien financie la producción masiva de la vacuna contra el coronavirus covid-19.

El mérito que reclama el gobierno es que México y Argentina, a través de la Fundación Carlos Slim, se asociaron con el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford para la producción y distribución de una vacuna contra el covid-19. El laboratorio de AstraZeneca firmó un acuerdo con la Fundación Slim –no con el gobierno de México- para producir entre 150 y 250 millones de vacunas destinadas a toda Latinoamérica, con excepción de Brasil que ya tiene su propio convenio.

Esto por supuesto no sucederá a partir de mañana, sino hasta dentro de algunos meses en que la vacuna haya pasado todas sus etapas de investigación, desarrollo y pruebas en seres humanos y que reciba el aval de los organismos internacionales para su producción a gran escala.

Mientras, López Obrador sigue recurriendo a la mafia del poder para salvar a su gobierno.

El hermano del Gobernador y los barruntos de la tormenta

Ayer, de manera perversa “alguien” hizo circular una esquela a nombre del doctor Xicoténcatl García Jiménez, quien a causa de la complicación de su cuadro de Covid19 fue trasladado a la ciudad de México. Afortunadamente está en recuperación un médico de profesión que nada tiene que ver con la política y que se mantiene al frente de su consulta como neumólogo.

En el lenguaje de la delincuencia organizada, la esquela equivaldría a las coronas de flores que se envían como una amenaza de muerte. Acá no llega a tanto, pero sí muestra el grado de descomposición política –dentro y fuera del gobierno- que está viviendo el estado de Veracruz.

Antes ya había sucedido con la supuesta imagen del Secretario de Gobierno postrado e intubado en una cama de hospital a causa del mismo padecimiento. En esa historia, pocos saben lo que fue un ardid y lo que es verdad, sin embargo, parvadas de zopilotes corrieron en torno de la figura del funcionario.

Hasta ahora, los más notables personajes del morenismo siguen pensando que en la próxima elección no tienen competencia alguna fuera del partido. No hay oposición capaz de vencerlos, por muy deficiente que haya sido su desempeño como representantes populares o servidores públicos. Por eso la lucha encarnizada está adentro, donde ya demostraron que están decididos a hacer lo que sea necesario por empoderarse aún más.

La guerra entre Fidel y Yunes podría ser una caricatura frente a la ambición desmedida de quienes ven en el Gobernador sólo una figura decorativa.

Las del estribo…

  1. En el inicio del periodo de inscripciones, resulta que las asociaciones de padres de familia se ensañan con las cuotas a… ¡los padres de familia!, sin que la SEV meta en orden a nadie. Esto sólo confirma el contubernio que hay con las autoridades y la rapacidad de algunos padres que ven su representación escolar como un buen negocio.

2.    El diputado Gerardo Fernández Noroña (PT) sostuvo que «los muertos de la pandemia no son nuestra responsabilidad»- ¿No se supone que para eso querían ser gobierno? ¿No fueron ellos quienes desaparecieron el Seguro Popular? ¿No es él quien se niega sistemáticamente a usar cubrebocas? Pobre país.