Ayer la SEP dio a conocer el calendario del ciclo escolar 2020-2021. Sin acuerdo con los maestros y sus sindicatos, con más de 14 millones de hogares sin televisión, otros 34 millones sin acceso a internet, sin métodos ni protocolos de enseñanza-aprendizaje y con millones de padres trabajadores que no pueden enseñar a sus hijos, el nuevo modelo educativo que se busca aplicar para hacer frente a la pandemia del Covid19 parece ser otra crónica de un fracaso anunciado.

Al igual que el sistema de salud pública -y su transición del Seguro Popular al Insabi-, la pandemia atrapó los dedos con la puerta a la reformulación del sistema educativo en el país, tras desechar la reforma educativa del gobierno anterior y empoderar de nueva cuenta a los sindicatos, hoy amos y señores de planes, programas y contenidos, así como el reparto de plazas de docentes tras la eliminación de la evaluación magisterial y los concursos de oposición.

En su conferencia de ayer, el Presidente reconoció que hay rechazo por parte de los sindicatos magisteriales del modelo basado en la televisión para el regreso a clases presentado apenas el lunes pasado. Ante las inconformidades de la CNTE por el nuevo modelo, el Presidente instruyó al titular de la SEP, Esteban Moctezuma, para busque un encuentro con el SNTE y la Coordinadora para alcanzar un consenso sobre el nuevo modelo.

En la víspera del inicio del ciclo escolar anunciado ayer, ¿en verdad a nadie se le ocurrió antes alcanzar un acuerdo con los maestros y sus sindicatos? ¿Y si los sindicatos rechazan un modelo para lo cual los profesores no han sido capacitados y les representa jornadas extras de trabajo en la enseñanza? El Presidente le dio prioridad a las televisoras, no a los maestros y padres de familia, lo que podría complicar aún más el reinicio de las clases.

López Obrador dijo que en los casos de los maestros van a seguir recibiendo sus salarios y prestaciones, que no se altera nada en lo laboral. Sólo eso faltaba. En realidad, en lo que sí habrá cambios es en la carga de trabajo de los docentes, lo que generará un nuevo conflicto más temprano que tarde, como sucedió cuando les quisieron endilgar la responsabilidad de cuidar a los niños a la hora de la salida.

El otro problema es que la televisión abierta y el internet no son la panacea como pretende el Presidente. En México más de 14 millones de hogares no cuentan con televisión y 34 millones tampoco tienen acceso a internet, en lo que ha sido otro fracaso del gobierno: el programa internet para todos. Para estos casos, se ha dicho, se prepararán documentos y materiales impresos para hacerlos llegar a los alumnos.

Sin embargo, no se ha resuelto lo más importante: ¿quién se ocupará de la educación de los niños, si la mayoría de sus padres trabajan y luchan por sobrevivir a la pandemia? Si no hay quien los cuide, ¿cómo hacer que alguien le dé seguimiento a su proceso educativo? ¿Qué pasará con aquéllos niños cuyos padres no saben leer ni escribir, o en el mejor de los casos, con mucho esfuerzo terminaron la educación básica? Ya lo veremos, dice Esteban Moctezuma una y otra vez.

Ayer mismo, Daniel Hernández, vocero del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV-CNTE), afirmó que existen resistencias del magisterio hacia el programa “Aprende en Casa”, de ahí que implementarán “cambios” al proyecto de clases por televisión, apelando al derecho a la libre cátedra durante la emergencia sanitaria. Advirtió que los maestros de su organización no van a seguir al pie de la letra lo que está planteando la Secretaría de Educación Pública (SEP); “vamos a hacer lo que sabemos, como profesores”.

Es decir, ¿cada organización sindical hará cambios a su libre albedrío? ¿Es una advertencia de que no realizarán tareas para las que no han sido capacitados? Ya colapsaron la salud, la economía y la educación. ¿Qué sigue?

Héctor Yunes, Presidente de la Cámara de Diputados

La disputa por la Presidencia de la Mesa Directiva de San Lázaro tiene un ingrediente veracruzano. En caso de cumplirse el acuerdo fundacional de que sea el PRI quien la encabece durante el tercer año legislativo, el diputado federal Héctor Yunes Landa es uno de los más fuertes aspirantes a ocupar el cargo, según publicó ayer El Universal.

Los otros dos son la ex gobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri –quien en este momento ya es Vicepresidenta de la propia Mesa Directiva- y el mexiquense Ernesto Nemer Álvarez, ex presidente del PRI estatal y hombre conciliador, muy cercano al ex presidente Peña Nieto, lo que podría significarle el veto de otros partidos políticos, particularmente de Morena.

Hasta este momento ha sido René Juárez Cisneros quien ha llevado las negociaciones con el resto de las fracciones parlamentarias para definir la Mesa Directiva que funcionará en el último año de la actual Legislatura.

Como fuere, Héctor Yunes ya demostró que no es un político que se dé por vencido. Sigue siendo el priista veracruzano mejor posicionado en el altiplano y su cercanía con René Juárez lo vuelve en un serio aspirante si el PT no traiciona el acuerdo signado.

Blindan presupuesto de municipios

Ayer en su cuenta de Facebook, el Secretario de Finanzas José Luis Lima Franco publicó: “Como miembro del Fideicomiso del FEIEF hoy voté a favor de las modificaciones en las reglas de operación, para que se pueda acceder de manera mensual al Fondo de Estabilización de Ingresos de las Entidades Federativas, y que ahora queden compensadas al 100% las participaciones sin que afecte la disminución en la recaudación por efectos de la contingencia del Covid19.”

¿En qué consisten estas modificaciones? La primera brinda la posibilidad a los estados de acceder de manera mensual al fondo; antes los anticipos solo podían obtenerse cada tres meses. Esto ayudará a que los municipios cuenten con mayor liquidez en medio de este escenario que ha sido económicamente muy complicado para los tres niveles de gobierno.

La segunda consiste en el monto a compensar, pues antes de la reforma al Reglamento de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, sólo podía compensarse un 75% de las disminuciones en las participaciones. Ahora con dichas modificaciones, quedarán compensadas en un 100%.

Con esto se disipan los temores. Los Ayuntamientos veracruzanos tendrán sus participaciones a tiempo y completas, algo que en medio de la pandemia es un verdadero tanque de oxígeno.