Tras dos meses de permanecer fuera del escenario público, hay quienes afirman que huyendo fuera del país, el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares hizo su reaparición tratando de quedar bien con el gobernador morenista Cuitláhuac García Jiménez, con la entrega de ocho votos en el congreso local para apoyar las propuestas del titular del Ejecutivo para la designación de nuevos Magistrados del Tribunal Superior de Justicia. Como es sabido, Yunes Linares ordenó a sus empleados Sergio Hernández, Monserrat Ortega, Judith Pineda, Juan Manuel Unanue, Josefina Gamboa, Graciela Hernández, Arturo Serna y María Martínez, a quienes impuso cuando fue gobernador como diputados locales en el Congreso, que votaran a favor de la propuesta del gobernante como una muestra de su “buena disposición” para negociar su retorno a la vida política del estado luego de comprobar que el presidente Andrés Manuel López Obrador, de ninguna manera le perdonará las ofensas que le lanzó durante su campaña, cuando lo calificó de “loco, vividor, mantenido, cobarde” y otras lindezas, retándolo a debatir, quien sabe sobre qué, en una de sus tantas actitudes de bravucón pese a que tiene una larga cola de corrupción que en cualquier momento le van a pisar; ante ese temor hoy, como es su costumbre, se arrodilla ante el poderoso buscando el perdón. De paso, intentó dar una demostración de quién es quién en el PAN veracruzano, cuya dirigencia perdió en un acto de repudio generalizado a su persona y al corrupto líder que sostuvo, José de Jesús Mancha Alarcón, a quien trató de mantener para tener con qué negociar. No lo consiguió pues le ganó el líder Joaquín Guzmán Avilés, por mucho, y hoy lo trata de disminuir en vísperas de la elección para presidentes municipales, diputados locales y federales, sin contar con posibilidades para conseguirlo. Yunes trata, a como dé lugar, de ponerse a las órdenes del morenismo a fin de que le perdonen todos los delitos que ha cometido y que están documentados en denuncias en la FGR y los agravios que le lanzó a AMLO… No lo va a conseguir. Sin embargo, sus gatos en el Congreso, a los que mandó a votar por las propuestas de Cuitláhuac para las magistraturas, ya los tiene la Comisión de Justicia del CEN del PAN analizando la sanción que les aplicarán por traidores.