El Colegio de Veracruz nació hace un par de décadas con la idea de representar un espacio de alta calidad de educación superior y de convertirse en un centro de pensamiento e investigación “Think Tank”, en especial en los campos de las ciencias sociales. No se trataba de hacer competencia a la Universidad Veracruzana en la oferta y formación universitaria, sino que tendría una vocación orientada más a la especialización y posgrado de alta calidad para conformar expertos e investigadores que contribuyeran al estudio y análisis de la realidad social veracruzana.

El objetivo original fue crear un centro de estudios del tipo del Colegio de México, del Instituto Mora, del Colegio de la Frontera Norte o del CIDE. Sin embargo, tanto en su currícula como en su gestión nunca pudo consolidarse como tal, por muchas razones entre las cuales estuvieron los vaivenes políticos, la falta o disminución de su presupuesto, los cambios en su estatuto jurídico, y el paulatino y constante desdibujamiento de su presencia académica, lo que finalmente logró todo lo contrario a su propósito original.

En sus inicios, recuerdo que abrió muchas expectativas porque se invitó a profesores-investigadores de reconocido prestigio de otros lados a participar, de universidades y centros de investigación tanto nacionales como extranjeros. Pero a través de los años, el Colver se volvió una escuela más.

Si lo vemos en términos presupuestarios se puede confirmar esta invisibilidad del Colegio de Veracruz en el escenario educativo estatal o nacional, sobre todo en contraste con los ambiciosos objetivos al momento de su creación para convertirlo en un referente nacional y en un influyente Think Tank. Para el presupuesto federal 2020, al Colegio de México se le asignaron 800 millones de pesos, al CIDE 400 millones, al Colegio de la Frontera Norte 350 millones, y al Instituto Mora 200 millones, mientras que a nivel estatal el ColVer cuenta con 31 millones de pesos.

Es importante destacar que el Colegio de Veracruz nunca ha sido autónomo. Se trata de un organismo descentralizado que en algunas ocasiones no ha estado sectorizado y en otras, como recientemente se estableció, estará sectorizado a la Secretaría de Educación de Veracruz.

El tema es que el ColVer perdió su vocación; nunca ha podido consolidar una presencia o eje temático reconocible, en algunas ocasiones se ha puesto énfasis en los estudios internacionales, en otras en desarrollo regional, en los últimos tiempos en ciencia política y administración pública, pero al parecer ello ha respondido a caprichos de los gobernantes o de los rectores en turno, sin nunca haber podido darle un prestigio o presencia como sí por ejemplo lo hicieron el COLMEX en estudios internacionales, economía y población; el Instituto Mora en estudios históricos y de sociología política: el Colegio de la Frontera Norte bien posicionado en estudios sociales sobre el fenómeno cultural de las fronteras; o el CIDE en estudios económicos, de análisis político y políticas pública. Menos aún se convirtió el ColVer en un centro de investigación de donde salieran estudios o aportaciones que contribuyeran efectiva y realmente a la discusión o resolución de problemas actuales.

En este mes de julio entró en operación el nuevo Tratado entre los Estados Unidos de América, los Estados Unidos Mexicanos y Canadá, el T-MEC. Es un tratado de libre comercio, revisado y replanteado bajo una nueva visión de igualdad entre naciones y con una perspectiva de mayor espectro en términos de ámbitos económicos y sectores productivos, así como de componentes laborales, profesionales y de medio ambiente, y no solamente meramente comerciales, o de privilegio a ciertos nichos o productos comerciales.

Desde el anterior Tratado de Libre Comercio (TLC) se abrió un espectro amplísimo, novedoso y necesario para nuevas especialidades en los campos de los negocios, de la industria, del derecho dedicado a la resolución de controversias, a la mediación comercial, y en general a diversos aspectos de las ciencias económicas, entre otras. Con este nuevo tratado vendrá igualmente, en un distinto y más complejo escenario y contexto económico mundial, la oportunidad y necesidad de carreras, especialidades y posgrados de calidad en ámbitos comerciales, económicos, industriales, de nuevas tecnologías, de ingenierías de la informática, comunicación, etc., para las instituciones de educación superior del país.

Tanto el contexto económico mundial como las teorías económicas hegemónicas han sufrido una radical transformación en los últimos años. Actualmente las inquietudes sobre mayor igualdad y distribución de la riqueza, sobre el medio ambiente, sobre el papel del Estado en la economía, sobre el papel del mundo financiero, así como el de las nuevas tecnologías de comunicación e información, dan paso a un replanteamiento y superación sobre los discursos unilaterales o maniqueos, y a los falsos dilemas o dicotomías sobre el libre mercado o la política económica

Desde la perspectiva de la necesidad de profesionales capacitados no tanto para las diversas áreas de la gestión pública, sino más bien para las oportunidades y necesidades laborales que abren los mercados y la oferta laboral especializada por parte de empresas y el mundo de los negocios, es necesario fortalecer los centros de estudios tecnológicos, las especialidades técnicas y tecnológicas de mayor oferta. Para ello existe una plataforma muy importante que hay que utilizar y apoyar como son las universidades públicas y los tecnológicos regionales.

En ese contexto, hay que preguntarse qué papel juegan centros de estudio como el Colegio de Veracruz, a qué demanda y oferta responde, en qué ramas del saber y del conocimiento debe enfocarse, no por una mera visión utilitaria, sino más bien estratégica.

Si el Colver es una institución para formar cuadros preparados y especializados para la gestión pública, para el estudio y planteamiento de políticas pública bajo un nuevo enfoque de la presencia y papel del Estado en los temas de distribución de la riqueza, de la justicia, de la economía y sociedad con un nuevo paradigma intercultural, plural, e incluyente, pues habrá que plantearlo así. Pero si lo va ser sólo como un centro de estudios para formar y especializar científicos sociales y económicos para realizar investigaciones y estudios realmente útiles para la sociedad y el desarrollo de Veracruz, pues entonces habrá que redefinir sus objetivos, alcances, alianzas y métodos para convertirlo en un verdadero centro de posgrado de excelencia.

Los nuevos tiempos y contextos que vivimos y el futuro que se acerca, nos hablan ya de nuevas realidades, retos y complejidades en todos los ámbitos. Los centros de estudios universitarios, y de posgrado, deben de ir acordes con ellos.