Los diputados locales de Morena en Veracruz han sido raudos para sacar adelante varias iniciativas de ley; algunas, como la reforma electoral, han pasado incluso por sobre los intereses de los partidos opositores, cuyos representantes han caído rendidos ante el sonido de las arpas celestiales que han tañido los operadores políticos en el Congreso.
Pero para el caso de una demanda histórica de las mujeres de Veracruz y el país –no todas ellas, debemos reconocer–, de incluir en la ley que el aborto tenga más circunstancias atenuantes para su práctica, que permita su ejecución en instalaciones hospitalarias públicas o privadas con las mejores condiciones sanitarias, se han hecho como que la Virgen les habla.
Y es cierto que si no la Virgen, sí los altos prelados católicos y protestantes han estado operando para evitar que se tome una medida legislativa en favor de la legalización del aborto a que el gobierno federal nos obliga hace varios años, desde que se lanzó la segunda alerta de violencia de género en Veracruz, por considerar que nuestro código penal es discriminatorio y genera violencia contra la mujer.
Para vergüenza de los jarochos (me incluyo), en Veracruz una mujer que sufrió violación y, resultado de ello, queda embarazada, corre el riesgo de ser encarcelada si se practica el aborto y un médico se acoge a la objeción de conciencia.
¿Qué hacer ante diputados y diputadas locales cobardes que, en su mayoría, prefieren ser acusados de misoginia y espíritu medieval con tal de no ser objeto de señalamientos de las iglesias que perturbarían la posibilidad del voto popular?
Aparentemente, esperar plácidamente a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación obligue, bajo amenaza de acciones penales en su contra, a legislar en este sentido. De esa manera, todos le echarían la bolita a los Ministros de la SCJN como culpables de tan “dura” medida legislativa.
Una nota del periódico El País México, firmado por la periodista Elena Reina, señala: “Sobre este punto, pero también basado en un informe que documenta graves restricciones de las autoridades de Veracruz a los derechos reproductivos de las mujeres, la Suprema Corte de Justicia decidirá en los próximos días si el Congreso estatal debe reformar su Código Penal. Si el fallo dicta que sí, el dictamen puede derivar en un conflicto entre el poder judicial y el poder legislativo de ese Estado”.
En 2016, organizaciones sociales exigieron la declaración oficial de una alerta de violencia de género. En ese entonces se argumentaba que debía elaborarse tal alerta por agravio comparativo, luego de documentar que a las mujeres víctimas de una violación, la mayoría menores de edad, se les negaba el acceso a un aborto legal, “y más del 90% del personal de salud se declaraba objetor de conciencia”, según lo explicó a El País Luz Estrada, directora del Observatorio del Feminicidio.
En respuesta a la petición, la Comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres (Conavim) formuló recomendaciones a los órganos estatales, incluido el legislativo, para reformar tres artículos del Código Penal: que no hubiera plazos para los casos de violación, que se agregara como causal la salud de la madre y que se despenalizara el aborto en las 12 primeras semanas de embarazo.
Van al menos dos legislaturas seguidas que han hecho a un lado la recomendación federal e, incluso, han señalado que el poder judicial federal se ha extralimitado.
Hoy está en un tris de formularse una decisión en torno a un proyecto presentado ante la Corte por el ministro Juan Luis González Alcántara, para resolver si el poder legislativo estatal fue omiso o no, lo que podrá ocurrir esta última semana de julio, en caso de obtener el voto favorable de 3 de los 5 ministros.
En una parte del proyecto se señala: “Se obliga al poder legislatuvo local a modificar los artículos 149, 150 y 154 del Código Penal para el Estado de Veracruz, ya que no superan el umbral establecido por dichos instrumentos, al ser normas discriminatorias y/o constitutivas de violencia contra la mujer que debieron haber sido reformadas sin dilación por el Estado de Veracruz”.
De esa manera, la Legislatura de Veracruz ha pasado de ser uno de los congresos estatales que marchaban a la vanguardia en materia de legislación de avanzada, a un corral de timoratos que buscan evadir la estigmatización de la Iglesia católica por sus aspiraciones electorales.
Las benditas redes sociales
En los próximos días se discutirá en la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) un proyecto de sentencia que revisa la regulación penal del aborto en el estado. #AbortoLegal2020#AbortoLegal2020 @GIRE_mx @AbortarNecesito https://t.co/Bhnjpum6UT
— Voces de Mujeres en Acción AC (VMA) (@vma_org) July 20, 2020
Marea verde para apoyar a la SCJN
Mientras tanto, desde la zona conurbada de Veracruz, el grupo feminista Marea Verde lanzó una convocatoria para apoyar el proyecto de resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la despenalización del aborto en Veracruz.
La ciudad porteña se ha hecho famosa por ser la iniciadora de movimientos feministas virtuales muy importantes, como la convocatoria a la jornada “Un día sin mujeres” el pasado 9 de marzo, lanzado por el grupo Brujas del Mar, que tuvo un impacto nacional.
Tan fuerte fue la respuesta que forzó al presidente Andrés Manuel López Obrador a lanzar un pusilánime decálogo contra la violencia a mujeres, que sirvió para mostrar un carácter misógino que ya había probado al hacer que su esposa se retractara de un tuit de apoyo a la jornada de protesta, ignorar las manifestaciones que se sucedían frente a la Puerta Mariana de Palacio Nacional durante su mañanera y establecer el 9 de marzo como el día para dar inicio a su grotesca rifa del avión presidencial, justo en que era convocado el dìa sin mujeres.
Lo que ahora se ha lanzado en el Puerto, para su respuesta en el ámbito estatal, es una convocatoria para hacer un “Pañuelazo virtual por el aborto legal en Veracruz“ como parte de la exigencia para que en la entidad se reforme el Código Penal que criminaliza a las mujeres que abortan.
El grupo Marea Verde pide apoyar este proyecto subiendo una fotografía en redes sociales con los hashtags #TiempoDeGarantizar y #CorteXLosDerechos, además de etiquetar en redes sociales a este grupo que puede ser encontrado como @mxmareaverde.
De lograr el voto aprobatorio de los ministros de la Corte, el Congreso de Veracruz tendría que reformar tres artículos del Código Penal a fin de despenalizar el aborto hasta la semana 12 de gestación, así como incluir la causal de aborto por riesgo para la salud de la mujer y eliminar el plazo de 90 días para el aborto en casos de violación.
Las benditas redes sociales 2
Somos muchos los que hemos señalado la importancia de conocer con mayor exactitud el número de muertes para dimensionar nuestro problema sanitario. Cuando el @nytimes publicó el primer texto al respecto, el Gobierno mexicano clamó un complot de los medios internacionales.
— Salomón Chertorivski (@Chertorivski) July 26, 2020
Trabajadores de la salud se contagian: ¿quién podrá defendernos?
Dos de cada diez profesionales de la salud en México han enfermado de Covid-19. El dato en términos relativos no muestra la gravedad del hecho, que puede ser una consecuencia trágica de la falta de insumos y protocolos de seguridad en clínicas y hospitales del país donde se combate a la pandemia.
Nurit Martínez, periodista de El Sol de México, muestra la dimensión de la tragedia: “Desde el inicio de la alerta por Covid-19 en México, 68 mil 111 médicos, enfermeras, laboratoristas y personal de salud se han contagiado con el nuevo virus, lo que representa una quinta parte de todos los casos acumulados hasta esta fecha y de ellos 906 fallecieron”.
La nota, publicada este domingo 26, pone en blanco y negro una tragedia que hemos preferido pasar por alto, frente al creciente número de contagios y fallecimientos que cada día deja la Covid-19.
Pero la situación va a agravarse: La Secretaría de Salud señala que, además de los más de 68 mil contagios confirmados (casi mil de los cuales han fallecido), deben sumarse 13 mil 461 personas que se encuentran calificados como casos sospechosos, lo que implicaría que otros 6 mil 730 podrían confirmarse con el virus y el número total de contagiados llegaría a 74 mil 841 médicos, enfermeras y personal hospitalario que habrían enfermado.
Esto pone una alerta singular: hace falta volver la mirada hacia quienes están en la primera línea de batalla contra la pandemia porque pronto, cuando la catástrofe haya crecido a niveles inimaginables (como todo parece indicar que sucederá), tendremos a un sistema de salud colapsado, con médicos, enfermeras, laboratoristas, camilleros y demás protagonistas en centros de atención contra la pandemia agotados, contagiados o fallecidos.
Ante esta realidad, pocos nos asomamos a pesar de su importancia. Muchos mexicanos están más preocupados en confinar o desaparecer de sus centros habitacionales a quienes luchan contra la Covid-19, otros los agreden físicamente o los amenazan de muerte pues los responsabilizan del fallecimiento de familiares porque no creen en la pandemia; en tanto, los funcionarios de salud que salen bañaditos, perfumados y sonrientes a dar las cifras de contagiados y muertos, los elevan al nivel de héroes. La verdad es que son víctimas del sistema de salud, que no los protege.
Nurit Martínez revela un dato del Inegi: hasta 2019, trabajaba en México un total de 365 mil 980 personas en el área de salud, por lo que los 68 mil trabajadores de la salud que se han enfermado significan que dos de cada diez médicos disponibles en el país se han ausentado de su labor.
Hace un símil de qué representan esos trabajadores sanitarios enfermos: con ellos, “se podría haber llenado hasta siete veces el Auditorio Nacional y tres veces el Foro Sol. El hospital convertible del IMSS en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez ha atendido hasta ahora a mil 200 personas, si se hubiera reunido a los médicos que han enfermado en todo el país, ese lugar se habría llenado en 60 ocasiones”.
Y añade: “El informe de la situación de Covid-19 de la Secretaría de Salud señala que diversos estudios han identificado que la transmisión de la enfermedad entre los trabajadores de la salud está asociada con el hacinamiento, la ausencia de instalaciones de aislamiento y la contaminación en el entorno”.
¿Y cuándo se mueran los expertos en salvar vidas?
¿Cuál ha sido el comportamiento de la población durante la pandemia?
La pandemia no solamente ha expuesto el sistema sanitario de cada país y su economía, sino también a sus dirigentes y políticos, y la idiosincrasia de las poblaciones. La conclusión proviene de un estudio realizado por investigadores de varias universidades y centros de investigación públicos del sureste del país.
En Veracruz, la investigación estuvo a cargo de José Manuel Posada de la Concha, profesor de la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana (UV), en colaboración con profesionales en comunicación de la ciencia; el propósito fue saber cómo se informa la gente y bajo qué criterios toma decisiones con respecto a la pandemia por el Covid-19.
”En nuestro país no fue posible mantener a buena parte de la población en cuarentena, y aunque no se había alcanzado ningún pico de contagios, desde el 30 de mayo comenzó el escenario de ‘nueva normalidad’, en (que) dependemos de la educación, compromiso y cultura científica de cada ciudadano para el control de la pandemia. Al día de hoy la situación no es alentadora, esperemos las siguientes semanas para tener datos precisos sobre la evolución de los casos”, comenta el investigador de la UV.
Y es que, se asegura, en México no se emprendieron acciones de control y protocolos sanitarios sino hasta tiempo después de la detección de los primeros casos importados, y la población no aprendió de lo que se vivió “en tiempo real” en diferentes regiones del mundo.
A inicios de la cuarentena, un grupo de profesionales de la comunicación de la ciencia se reunió virtualmente para intercambiar ideas generales sobre lo sucedido en el país, particularmente para conocer cuál sería la percepción de la población sobre la pandemia.
“Queríamos saber cómo se informaba la gente, bajo qué criterios tomaba decisiones, qué recomendaciones sanitarias acataba, cómo estaba modificando su forma de vivir y de convivir, entre otras cosas, por lo que realizamos un estudio durante la fase 2”, dijo Posada de la Concha.
Posteriormente, se llevó a cabo un segundo estudio al final de la fase 3 para comparar las diferencias de percepción con el primero. Entre los resultados obtenidos señaló que entre principios de abril y finales de mayo aumentó de 34.7 a 85 por ciento el uso de cubrebocas cuando salían a la vía pública.
Sin embargo, disminuyó de 97.1 a 78.8 el porcentaje de lavado frecuente de manos; de manera similar, no saludar a nadie ni tener contacto físico disminuyó de 91.3 a 82.3 por ciento.
“Esto nos sitúa ante un potencial riesgo de contagio si descuidamos estos aspectos, suponemos que este cambio se debe a que las campañas de prevención oficiales y las redes sociales se centraron en la importancia del uso de cubrebocas y en mantener una distancia prudente entre las personas.”
El equipo de trabajo está conformado por José Manuel Posada, de la UV; Daniela Tarhuni Navarro, de la Universidad Nacional Autónoma de México-Yucatán; José Luis Hernández-Stefanoni, del Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C.; Ana Claudia Nepote González, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad Morelia, y Milagros Várguez Ramírez, directora del Planetario de Cancún.
Frases sin disfraces
“Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema”. Winston Churchill
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