Veracruz, Ver.- En el cierre del ciclo de conferencias de la Feria de la Salud online, organizada por el Programa de Salud Integral (PSI) de la Universidad Veracruzana (UV), región Veracruz, el académico de la Facultad de Educación Física, Deporte y Recreación, Santiago Castaneyra Mendoza, destacó la relación entre la actividad física y la neurobiología del sueño.

Con el tema “La importancia del ejercicio físico durante la pandemia”, el maestro universitario destacó que el ejercicio físico tiene que ver con la neurobiología del sueño.

“El aumento de la actividad física durante el día tiene una relación directa con una mayor eficiencia del sueño (tiempo total del sueño-tiempo en la cama), esto quiere decir que a mayor cantidad de gasto energético (equivalentes metabólicos) el sueño se hace más efectivo.”

Apuntó que hay una vinculación directa con el sueño, “ya que al realizar actividad física se consume la energía necesaria”.

En estos momentos “estamos ante una nueva realidad en la cual en los nuevos conceptos de la salud y el bienestar, no se puede dejar lo que es el ejercicio físico; no se puede hablar de una salud integral si no está presente el ejercicio físico, sobre todo en estos momentos”.

Santiago Castaneyra subrayó que es importante la preinscripción del ejercicio físico en diferentes patologías, como la hipertensión, el sobrepeso y deficiencia en el sistema inmunológico.

Señaló que la actual situación de la pandemia ha causado alteraciones en el ciclo del sueño, debido a la relación directa con el ejercicio físico.

“Antes del confinamiento teníamos ciertas actividades que nos producían un gasto energético, pero ahora con el confinamiento nuestro estándar de consumo se ha visto mermado, de tal manera tenemos energía de sobra, con energéticos que no fueron consumidos durante el día, iniciando un ciclo vicioso.”

El especialista resaltó la importancia de la carga de ejercicio y horarios del día en que se recomienda la actividad física “tomando en cuenta el ciclo de luz y oscuridad, ya que por la cuarentena la gente se levanta más tarde, se pierde la luz solar de la mañana, que es clave para que el cerebro sepa que dentro de 12 o 14 horas llegará el momento de dormir”.

Indicó que se debe excluir la práctica de ejercicio e intensidad vigorosa por las noches, ya que esto podría afectar a las personas que comienzan con trastornos del sueño; lo recomendable es hacerlo por la mañana, al medio día o por la tarde.

Agregó que la actividad debe ser moderada, prolongada, entre un 50 y 60 por ciento de la frecuencia cardiaca, y nunca arriba del 80 por ciento, “porque son intensidades máximas que pueden afectar el sistema inmunológico”.

UV/Santiago Morales