De acuerdo a estudios sobre mamíferos marinos, investigadores han reconocido que el delfín es uno de los animales más inteligentes del planeta cuyos procesos cognitivos son muy parecidos a los del ser humano, por lo que se le ubica en el segundo lugar de inteligencia, sólo por detrás de la del cerebro del hombre que es más desarrollado por cuestiones evolutivas.

Lo anterior fue expuesto por Ibiza Martínez Serrano, académica de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), al participar el viernes 10 de julio en la Semana del Cerebro 2020, organizada por el Centro de Investigaciones Cerebrales (Cice) de esta casa de estudios, en la que ofreció la conferencia “El cerebro enigmático de los delfines”, que moderó Albertina Cortés.

La Bióloga Marina por el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), con sede en La Paz, Baja California, mencionó que para determinar si un organismo es inteligente se puede partir de una definición tradicional, o bien de una clásica que conlleva la del coeficiente intelectual, aunque existe otra teoría, la de las inteligencias múltiples, en donde el investigador Howard Gardner, profesor de la Universidad de Harvard, propone ocho diferentes aptitudes para distintas habilidades (lógico-matemática, lingüística, interpersonal, naturalista, interpersonal, corporal, kinética y espacial), “que hace que algunos estemos más adaptados a ciertas cosas que otros, pero es posible desarrollar esas inteligencias”.

Con experiencia en trabajos de monitoreo ambiental utilizando almejas, delfines, tortugas y manatíes como indicadores biológicos, la investigadora universitaria explicó que los mamíferos marinos provienen de manera evolutiva de uno terrestre de hace millones de años llamado Pakicetus, considerado como “la primera pista que dio lugar a los mamíferos marinos que se fueron adaptando a las condiciones oceánicas, pero conservan algunas características como las glándulas mamarias, toman leche, tienen pelo y pulmones para respirar”, características que les han dotado de estrategias y adaptaciones para sobrevivir en el ambiente.

Otro dato dado a conocer por Martínez Serrano, es que el ser humano cuenta con 86 mil millones de neuronas, mientras que los mamíferos marinos cuentan con el doble; “pero no sólo es cuestión de números, sino cómo usan el cerebro para adaptarse a las condiciones y para su comportamiento”.

Agregó que en teoría mientras más grande es un cerebro se aportan mayores habilidades complejas y cognitivas, y en este caso el cerebro humano pesa alrededor de mil 300 gramos, en tanto el del delfín tiene un peso aproximado de mil 600 gramos.

Habilidades complejas y cognitivas de los delfines

Entre las habilidades complejas y cognitivas, precisó que los delfines han desarrollado la adaptación al ambiente en el que viven, se comunican entre ellos, navegan, buscan su alimento, huyen de sus depredadores, han aumentado la memoria y aprendizaje, son respiradores conscientes, cambian su comportamiento con base en experiencias previas, tienen sociedades bien organizadas, son conscientes de sí mismos, resuelven problemas, pueden identificar símbolos y figuras, tienen empatía y se asignan roles.

En su conferencia, la académica e investigadora de la UV mencionó que otra característica es que en los procesos cognitivos complejos del delfín, sobre todo en los sociales y emocionales, están relacionados con una hormona llamada Von Economo, que constituye un rasgo interesante que abre la puerta para entender y comparar el aprendizaje, solución de problemas y uso de herramientas (esponjas y caracoles) para protegerse y esconderse cuando buscan alimento.

Ibiza Martínez Serrano se pronunció porque la investigación científica trascienda las fronteras geográficas y culturales, con la finalidad de dar a conocer las características de los procesos cognitivos, y señaló que ha habido propuestas en el sentido de que estos animales sean contemplados dentro de los derechos universales, respetándolos más, sobre todo en el tema de la caza.

La Semana del Cerebro fue clausurada por Domingo Canales Espinosa, director general del Área Académica Biológico-Agropecuaria.

UV/José Luis Couttolenc